A mí no me la cuelan, Dragon Ball Daima puede ser un fracaso incluso superior a GT
El año 2023 los fans de Dragon Ball lo recordarán como el momento en el que el universo de Goku y compañía dio un giro de volantazo radical. El hombre que llevaba años gestionando la licencia en Shueisha, decidió abandonar la compañía y llevarse la licencia con él. La primera consecuencia de ello ya sabemos cómo se titula: Dragon Ball Daima. Conmigo, que no cuenten.
Dragon Ball debutó en 1984 y eso pone la licencia al borde de la celebración de sus 40 años. A lo largo de estas cuatro décadas se han producido tantos productos derivados del manga que es casi imposible seguirles la pista a todos. Las series de anime, por supuesto, han tenido una importancia enorme en el éxito de la marca. Pero quizá, con la nueva serie, se haya ido demasiado lejos.
¿Vuelve Akira Toriyama?
Lo de oír cómo un nuevo proyecto de Dragon Ball va a contar con más participación de Akira Toriyama suena tan poco creíble como cuando Hayao Miyazaki dice que se va a retirar. Está demasiado visto. En este caso, la promoción de la nueva serie indica que el creador de Goku y compañía está al cargo de la historia, de los diseños y de la idea en general. Lo cierto es que hay buenos motivos para creérselo, como que otra vez nos quiera meter por el gaznate encontrarnos a Goku en su versión de niño. No olvidemos que a Toriyama le apasiona el Goku jovenzuelo y que, en realidad, su idea original para Dragon Ball consistía en sus aventuras de chaval. El manga continuó y entró en Dragon Ball Z porque empezó a ganar dinero y la editorial le tentó para que continuara, convirtiéndose al final en uno de los mayores éxitos que se hayan visto en Japón.
Luego, con Dragon Ball GT ya tuvimos una dosis de Goku niño que resultó terrible. Hay quienes adoran la etapa GT, lo que no deja de ser sorprendente, pero varias personas de nuestro equipo la disfrutaron y la defienden. No dejan de ser un par de excepciones en contraposición a millones de fans de Dragon Ball que todavía tienen pesadillas cuando se imaginan a Goku, Trunks y Pan viviendo aventuras (aunque peor es la transformación en Super Saiyan 4).
Ahora, con Dragon Ball Daima, en lo único en lo que puedo pensar es en Dragon Ball GT. Posiblemente sea solo un trauma, pero no estoy dispuesto a pasar por lo mismo. Además, la locura es tal que ya no solo rejuvenece Goku, que sí, vuelve a hacerlo, sino que todos (o casi todos, ya se verá) los personajes acaban en estado chibi. ¡Menuda ida de cabeza! Si a Toriyama le apetecía dibujar versiones niño de los héroes, ¿no se podría haber conformado con un manga? Porque darle a la idea forma de anime resulta bastante delirante.
Pero, como decía antes, no hay que restar relevancia a que este año el responsable de gestionar la licencia en Shueisha, Akio Iyoku, se haya ido de la empresa para fundar su propio negocio. Bautizada como Capsule Corporation Tokyo, se trata de una entidad que tiene el objetivo de gestionar Dragon Ball de una manera más adecuada pensando en los fans. O eso se supone. Se dice que Iyoku es un fan de Dragon Ball hasta la médula, habiendo controlado la marca de forma tan posesiva que muchas de sus ideas se habrían seguido a rajatabla. Por ejemplo, se dice que fue él quien presionó para que Son Gohan volviera a tener el protagonismo en la última película de Dragon Ball y también quien hizo que volviera Broly. Bajo mi punto de vista, la vuelta de Gohan bien, pero a Broly ya le podrían haber dejado tranquilo convertido en leyenda y sin exprimirle hasta la saciedad. Porque algunas cosas no hay que tocarlas.
No creas que están pensando en ti
No quiero que nadie se ofenda ni romper ningún corazón, pero cuando Akio Iyoku, Akira Toriyama o Toei se ponen a desarrollar nuevos proyectos de Dragon Ball, no están pensando en ti. En realidad, no les importas mucho. La popularidad internacional que tiene Goku y compañía es algo que ayuda a reforzar el valor de la marca y de lo que representa, pero el negocio se encuentra en Japón. Es ahí donde se mueve todo el dinero y no es muy relevante que a ti te guste ver anime. ¿La gente ha ido a ver la última película de Dragon Ball al cine en España o Estados Unidos? Seguro que les ha encantado verlo, pero la taquilla que les importa es la japonesa. Y no se trata solo de taquilla, sino también de los incontables productos derivados que van a vender después, de la licencia de los peluches que colocarán en todos los salones recreativos en las máquinas de grúas o los millones de tarjetitas coleccionables que seguirán imprimiendo para lucrarse con el arcade de Super Dragon Ball Heroes.
En Occidente interesa mantener vivo el espíritu de Dragon Ball porque se gana dinero, sobre todo, con los juegos, pero tampoco es que haya mucho más negocio al margen de eso. Y si se hace una cuenta general, al final a los japoneses les da igual que a ti te guste más o te guste menos Dragon Ball Daima. ¿Te parecen infantiles los diseños de personajes que tienen los personajes en esta nueva versión del anime? ¿Sabes que no es una casualidad? El anime de Dragon Ball está dirigido a los niños y seguir viendo a Goku y compañía como adultos les da la impresión de que ya huele a cerrado. Al público joven se le acaba el interés y es obvio que, para mantener viva la franquicia y sacándole dinero, tienen que recurrir a las técnicas comerciales que más funcionan en Japón.
Unos diseños como los de Dragon Ball Daima te garantizan que tendrás personajes para dar y tomar a la hora de fabricar peluches, muñequitos, pósters y cualquier otra cosa que se te ocurra. Si, además, dan en el clavo con algún personaje que sea del gusto del público, podrían tener un nuevo icono que exprimir hasta la saciedad entre los ciudadanos nipones.
Ese Muten Roshi de niño, por ejemplo, podría ser un pelotazo dependiendo del tipo de personalidad que tenga. «¡Qué adorable!» dirían los japoneses y, al día siguiente, miles de adolescentes empezarían a ponerse sus llaveritos adornando la mochila. Como ya se sabe, solo se necesita un personaje adorable, como Anya de Spy x Family, para que las ventas de merchandising sean simplemente espectaculares. Pues imagina que una serie, esta nueva de Dragon Ball, tiene 10 o 15 personajes adorables que puedan poner a prueba. ¡Al final seguro que hay dos o tres que pegan fuerte!
Porque aquí, ahora de lo que se trata es de saber qué nos están vendiendo. ¿Los personajes son niños y tienen la mentalidad de niño? ¿O son adultos atrapados en un cuerpo de niño? ¿Qué es lo que les habrán pedido a las bolas de dragón en este caso? Lo cierto es que me hago muchas preguntas. Por ejemplo, me gustaría saber por qué Bulma sigue llevando el collar de perlas de abuela y no lo ha tirado ya contra la pared.
Tengo claro que acabaré viendo Dragon Ball Daima, principalmente por presión social, pero mi descontento con el trailer y la idea que se ha visto es enorme. Posiblemente no me hubiera molestado tanto si la noticia se hubiera dado más adelante y que no parezca que sea el primer movimiento sacacuartos que tiene Akio Iyoku. Se menciona mucho a Toriyama, pero parece la misma cantinela de siempre y nos lo imaginamos a su bola pasando un poco de todo. Y no le pido que sea Eiichirō Oda controlando One Piece obsesivamente para cuidar cada producto al extremo, pero no estaría de más que se aplicara un poco más.