Una tormenta solar puede arrasar Internet en todo el mundo

Una tormenta solar puede arrasar Internet en todo el mundo

Alberto García

Desde hace años es conocido que el efecto que puede tener una tormenta solar en la tecnología a nivel mundial puede ser devastador. Las redes eléctricas y los dispositivos son susceptibles de romperse en cualquier momento debido a una de estas llamaradas, y ahora una investigadora ha analizado los efectos catastróficos que tendrían estas tormentas solares en Internet.

En la SIGCOMM 2021, Sangeetha Abdu Jyothi ha presentado una investigación llamada «Supertormentas solares: planificación para un apocalipsis en Internet», y los efectos que una nube de partículas solares magnéticas cargadas a alta velocidad podría tener en Internet en la Tierra.

Los cables submarinos, sensibles por los repetidores

El punto más sensible se encuentra en los cables submarinos. Estos cables son la columna vertebral de Internet a nivel mundial, y sirve para interconectar a todos los países y continentes del mundo entre sí. Curiosamente, las infraestructuras locales no se verían afectadas, por lo que sería como cortar por ejemplo una tubería de agua en la entrada de un edificio, dejando sin agua a todos los pisos a pesar de que las tuberías de cada piso estén bien.

Esto es debido a que los cables de fibra óptica como tal no se ven afectados por estas corrientes geomagnéticas, además de que los cables cortos tienen conexiones a tierra con bastante frecuencia. Sin embargo, la cosa cambia con los cables submarinos, donde las consecuencias de una tormenta solar en medio, por ejemplo, de los primeros meses de la pandemia, podrían haber sido devastadoras.

cable fibra submarino electricidad

En la historia reciente sólo ha habido tres grandes tormentas solares: en 1859, 1921 y 1989. Las dos primeras fueron las más fuertes, y causaron averías y cortes en el suministro eléctrico y en las líneas de telégrafo. En 1859, las brújulas empezaron a oscilar sin control, y se llegaron a ver auroras boreales en Colombia, en el mismísimo ecuador de la Tierra. En la de 1989, la red eléctrica de Hydro-Québec sufrió un apagón durante nueve horas.

Los repetidores usan electricidad para funcionar

Así, han pasado 32 años desde el último gran evento solar, y ese periodo de baja actividad solar hace que aumente la probabilidad de que haya otro gran evento en el futuro. Los cables submarinos son los más susceptibles de verse afectados por varios motivos. El más importante es que los cables submarinos cuentan con repetidores a distancias de entre 50 y 150 km entre sí dependiendo del cable. Con ellos, se amplifica la señal óptica y se aseguran de que no se pierde nada en el tránsito. Esos repetidores funcionan con electricidad, y la reciben mediante cobre, el cual puede verse afectado por las tormentas solares.

Los cables de fibra óptica, al transmitir luz y no señales eléctricas, no se ven afectados por la actividad solar. Sin embargo, los repetidores sí, y además las conexiones a tierra sólo ocurren cada cientos o miles de kilómetros, por lo que una tormenta solar puede dejar inutilizados varios repetidores y hacer que el cable deje de estar operativo. Se tardarían semanas e incluso meses en repararlos. Los cables tienen más probabilidad de quedar inoperativos si se encuentran en latitudes altas cercanas al norte. En el ecuador la probabilidad es menor, y regiones como Asia se verían menos afectadas gracias a ello, ya que Singapur es uno de los grandes centros de interconexión, y está ubicado en el ecuador.

Si los cables submarinos se ven afectados, también queda la opción de las comunicaciones vía satélite con redes como Starlink. El problema es que el equipamiento en Tierra que usan para comunicarse también se vería afectado, por lo que podrían comunicarse entre sí, pero no llegar a enviar correctamente las señales de vuelta a la Tierra. El fallo en cadena podría dejar que el sistema de DNS dejase de funcionar, por lo que incluso aunque hubiera supervivientes, no podrían acceder a Internet al no poder resolverse sus solicitudes de acceso.

Por ello, es necesario implementar mecanismos de protección para Internet. Estados Unidos tiene varios sistemas, pero es difícil prepararse para algo cuyo alcance se desconoce, por lo que por mucho que nos preparemos, una tormenta solar puede seguir generando efectos devastadores.