Así es la increíble mejora de calidad del aire en las ciudades con coches eléctricos

La venta de vehículos eléctricos tiene como principal objetivo reducir la huella de carbono y el nivel de emisiones contaminantes. Estos coches son mucho más limpios para el medio ambiente, pero todavía hay escépticos que piensan que sus efectos beneficiosos no son tantos. Un nuevo estudio desmonta este escepticismo.

Un mejor aire gracias al coche eléctrico

Según podemos ver en un nuevo estudio liderado por la Escuela de Medicina Keck, perteneciente a la Universidad del Sur de California, el efecto de la circulación de los coches eléctricos ya se deja notar en nuestros cielos.

Los resultados, los cuales han sido publicados en la revista especializada Science of the Total Environment, han tomado como ejemplo California, uno de los estados más poblados de Estados Unidos para analizar cómo está afectando positivamente la llegada de estos nuevos vehículos verdes y la eliminación progresiva de los de combustión.

Se prevé que la transición a los vehículos eléctricos tenga considerables beneficios colaterales para la salud pública, pero la mayoría de las pruebas sobre la calidad del aire y los impactos en la salud provienen de proyecciones en lugar de datos del mundo real. Este estudio aporta datos reales.

Concretamente, las estadísticas analizadas han sido un estudio ecológico a nivel de código postal que relacionó los cambios en la cantidad anual de vehículos de cero emisiones por cada 1.000 habitantes de 2013 a 2019 y los comparó respectivamente con las concentraciones promedio anuales de dióxido de nitrógeno (NO2) monitorizadas y el asma anual ajustada por edad y relacionado con los episodios de visitas al departamento de emergencias de los hospitales.

Menos contaminación atmosférica

Las conclusiones brutas de este estudio demuestran que por cada 20 vehículos de cero emisiones adicionales cada 1.000 personas, se produjo una caída del 3,2% en la tasa de visitas de emergencia relacionadas con el asma, Además, se pudo comprobar cómo también se apreciaba una reducción ligera en la cantidad de NO2 en el aire.

El dióxido de nitrógeno es un contaminante atmosférico, de origen principalmente antropogénico, cuyas fuentes fundamentales son el tráfico rodado, así como las emisiones de determinadas industrias y grandes instalaciones de combustión.

Los niveles más altos se alcanzan en áreas urbanas, especialmente en las grandes ciudades y sus zonas metropolitanas, así como en la proximidad de las vías de comunicación con mayor intensidad de tráfico. En el medio urbano, se estima que más del 75% del NO2 en aire ambiente se debe al tráfico rodado.

Niveles elevados de dióxido de nitrógeno pueden irritar los pulmones y disminuir su capacidad funcional. La irritación que provoca este contaminante se relaciona con una importante inflamación de las vías respiratorias y una mayor mucosidad, lo que supone un aumento de la reactividad bronquial favoreciendo la aparición de infecciones respiratorias, como bronquitis, especialmente en mayores e inmunodeprimidos, así como bronquiolitis en niños. Además, incrementa la sensibilidad pulmonar a la broncoconstricción, reagudizando los síntomas de pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, asmáticos y alérgicos. Otras investigaciones apuntan también a relacionar contaminación atmosférica con un bajo peso al nacer y mayor probabilidad de parto prematuro, por lo que las embarazadas son un colectivo de especial protección ante estos episodios.

Por desgracia, la adopción del coche eléctrico no es igual en todas las zonas de California que han sido tomadas como ejemplo del estudio. En las áreas con mayor capital, esta tecnología ha podido ir abriéndose paso con mayor facilidad. Sin embargo, en otras zonas no han podido adoptar el coche eléctrico de la misma forma. Esto también aporta un dato muy crudo de cara al estudio: en aquellos barrios residenciales con menor proporción de coches eléctricos sigue habiendo más afecciones respiratorias entre la población.