Hemos visto cómo Huawei se ha destacado entre todos los fabricantes de smartphones a la hora de dotar a un Smartphone de ciertas funciones gracias a la inteligencia artificial. En ello mucho tiene que decir su procesador Kirin 980, que integra dos unidades de procesamiento neuronal, capaces de realizar funciones realmente sorprendentes. Sin embargo, lejos de mejorar las fotografías, ser capaz de reconocer objetos o incluso darnos información de aquello que fotografiamos desde el móvil, Huawei ha conseguido algo que pocos podías imaginar, acabar la Sinfonía Inacabada de Schubert.
Recordemos que Franz Schubert fue una de las grandes figuras de la música clásica, sin embargo, su temprana muerte no le permitió acabar la que sin duda ha sido una de sus piezas más famosas, la “Sinfonía Inacabada de Schubert”. Una sinfonía que ha permanecido incompleta durante casi 200 años y la que ahora, ha sido capaz de terminar la inteligencia artificial de Huawei.
Concretamente, ha sido la inteligencia artificial desarrollada por Huawei junto con la experiencia humana los que han conseguido componer los movimientos finales de la famosa Sinfonía No. 8 en si menor de Schubert. Esta versión completa se ha creado gracias a la potencia del procesamiento neuronal del Huawei Mate 20 Pro a partir del timbre, el tono y compás de los primeros y segundos movimientos de la sinfonía.
La inteligencia artificial del Huawei Mate 20 Pro finaliza la Sinfonía Inacabada de Schubert
La melodía de los movimientos tercero y cuarto, que hasta ahora era los que faltaban en la famosa Sinfonía Inacabada de Schubert, se han generado gracias a la IA del Huawei Mate 20 Pro, que ha sido capaz de analizar esta famosa pieza musical para poder acabarla al estilo de su compositor original Franz Schubert. Esto no hace otra cosa que confirmar el poder de la IA para conseguir algo que ninguna mente humana ha realizado con el paso del tiempo.
Posteriormente, Huawei ha trabajado con el compositor Lucas Cantor con el objetivo de organizar una partitura orquestal de la melodía de la Sinfonía No. 8 de Schubert creada gracias a la inteligencia artificial del Huawei Mate 20 Pro que mantuviese el estilo de Schubert. Una partitura que fue presentada recientemente de forma oficial en una audición privada en el Cadogan Hall de Londres y donde la interpretación corrió a cargo de la prestigiosa English Session Orchestra bajo la dirección de Julian Gallant.
Por lo tanto, se trata de un hecho nunca visto hasta ahora, que un Smartphone haya sido capaz de terminar una obra musical gracias a la inteligencia artificial. Aunque eso sí, en el resultado final también ha intervenido la mano del ser humano, en este caso de Lucas Cantor. No obstante, el propio compositor ha reconocido que su trabajo ha sido hacer los arreglos para la orquesta y elegir las melodías facilitadas por el algoritmo.
La IA de Huawei no le dio toda la partitura al compositor, pero sí muchas ideas aprendidas a partir de los primeros movimientos de la Sinfonía Inacabada de Schubert. De cualquier forma, se trata de una primicia tecnológica, dado que nunca se había visto que la inteligencia artificial de un móvil, en este caso la del Huawei Mate 20 Pro, pudiera completar una sinfonía que nadie había sido capaz de completar en 197 años desde que se produjera el fallecimiento inesperado de su compositor.
Pues bien, una vez más se demuestra hasta dónde puede llegar la inteligencia artificial y no hace pensar que en un futuro muy cercano, seguro que vemos otro montón de aplicaciones donde las máquinas serán capaces de aprender y desarrollar ciertas cosas o dar soluciones a algunos problemas de forma más eficiente incluso que el cerebro humano.
No es la primera vez que vemos cómo la IA de Huawei está relacionada con el arte, ya que hemos hablado en otra ocasión de cómo la inteligencia artificial ha sido utilizada para crear obras de arte como si de un pintor a mano alzada se tratase y para dotar a ciertas máquinas de la capacidad de aprender y desarrollar imitaciones o realizar nuevas creaciones sin la necesidad de la intervención humana.