El tiempo se agota. Las redes 2G y 3G desaparecerán en el futuro y esto llevará a que millones de dispositivos en todo el mundo dejen de funcionar. Los especialistas solicitan a los gobiernos que tomen parte en el asunto y pongan remedio antes de que sea demasiado tarde.
Está pasando. Cada vez nos vamos acercando más al día en el que, de forma obvia, las empresas de telecomunicaciones dejen de utilizar las frecuencias de las redes 2G y 3G. Recientemente, el regulador británico Ofcom dijo que ese momento llegaría en su totalidad en 2033, pero la desconexión habrá comenzado anteriormente de forma progresiva. La previsión es que 2025 sea el año en el que el proceso acelere y se comiencen a sufrir los efectos de ello. Tal y como representantes de Ofcom han dicho, el final de esta conectividad «afectará a los clientes que utilicen dispositivos y servicios antiguos». Y, específicamente, hay un tipo de terminal que se verá afectado gravemente en millones de unidades.
Es una carrera contrarreloj
Si el PAC, el Comité de Cuentas Públicas de Reino Unido, se mete de por medio en algún asunto de estado, tiene que ser porque existen motivos de peso para que lo hagan. Pero, en este caso, un amplio grupo de políticos correspondientes a distintos partidos se han unido con la intención de hacerle una petición común al gobierno: que se ponga a trabajar en el reemplazo de los contadores inteligentes. Porque estos dispositivos, presentes en cada vivienda, están desactualizados y todavía utilizan redes 2G y 3G, por lo que quedarán obsoletos con el paso del tiempo. Cambiarlos no será tan fácil como devolver un router a un operador o actualizarlo por otro.
Están viendo que el plan para la actualización de los terminales, con casi 60 millones de unidades, se está retrasando y no se está llevando a cabo con la eficacia y velocidad necesarias. Por ahora queda alrededor de una quinta parte de todos los contadores que no se han actualizado. Y los políticos son claros: o se cambian a tiempo o el coste por adaptarlos o modificarlos en el futuro, dentro de una situación de desconexión, será muy superior. Lo que les está ocurriendo a los británicos, posiblemente, se aplique de forma similar en otros países, por lo que los gobiernos deberían estar al tanto.
Hay un claro problema futuro
Una de las explicaciones que se están dando en lo relacionado con justificar los problemas y la lentitud en la actualización de los equipos, es que no solo tienen que reemplazar muchos contadores inteligentes, sino que también deben reparar un amplio porcentaje que no funciona. Esto abre dos problemas simultáneos que tienen que ser corregidos lo antes posible. A los políticos les preocupa que las viviendas y los negocios lleguen a estar en un momento dado sin un sistema que registre el consumo que se realiza. Y, aunque todavía hay tiempo, al menos teóricamente, quieren que el problema esté solucionado cuanto antes porque nunca se sabe qué es lo que puede llegar a ocurrir.
En un sector con el de las telecomunicaciones, que está en constante movimiento y evolución, todo puede cambiar con velocidad en cuestión de unos pocos meses. Si las redes 2G y 3G quedan obsoletas mucho antes de las estimaciones iniciales, los británicos y los países en los que se sufra una situación similar tendrían serias dificultades. Para ellos también es un dolor de cabeza ver cómo se ha desarrollado, a lo largo de los últimos años, todo el proceso de actualización de contadores tradicionales por modelos inteligentes. La campaña comenzó en 2012, pero ahora se encuentran con que tienen que seguir con el proceso e incluso actualizar algunos modelos instalados originariamente pensando en que podrían utilizarse durante muchos más años.
En España, empresas como Iberdrola y Endesa utilizan también contadores inteligentes. Se cree que la estimación para la desconexión total del 2G y 3G seguirá la misma línea que en Reino Unido, por lo que el año 2025 podría ser crítico. Pero suponemos que también se están llevando a cabo procesos de actualización que eviten problemas a los ciudadanos, empresarios y al propio gobierno.