A la hora de comprar una vivienda nos entra el estrés del largo tiempo que vamos a tardar en pagar completamente la hipoteca, y este es uno de los problemas del día a día de los españoles. Al llegar a la jubilación, uno necesita estar tranquilo y disfrutar de esos años de vida con sosiego, sin agobios ni preocupaciones que puedan estar produciendo verdaderos quebraderos de cabeza. En este contexto, entra en juego la posibilidad de solicitar un préstamo al banco para mantener un nivel de vida acorde a los estandarizados y, para ello, debes contratar la hipoteca inversa.
La hipoteca inversa es un préstamo que puedes solicitar al banco cuando llegas a la etapa de la jubilación con el fin de sacar adelante el pago restante de la hipoteca y seguir viviendo en el inmueble con total garantía y seguridad. Es un método regido por Ley en el Boletín Oficial de Estado que sirve para rentabilizar los ingresos que se reciben durante la jubilación y poder vivir una vida plena, aunque la cuantía de cada préstamo suele depender de la tasación de la vivienda.
Asimismo, la pensión de la jubilación media se encuentra en los 1138 euros, pero existe la incertidumbre de que el valor de las pensiones pueda llegar a bajar en un futuro y plantearse cualquier solución que sea más viable para afrontar los últimos gastos. Así nace la hipoteca inversa, que se puede contratar en algunas entidades bancarias teniendo en cuenta una serie de requisitos.
Requisitos para solicitar una hipoteca inversa
Cuando solicitas la hipoteca inversa, estás ofreciendo una propiedad como garantía de pago en caso de no que no sea posible cumplir con los plazos de la hipoteca. Por ello, es importante saber que, al contratar este producto financiero, es el banco quien se encarga de realizar esta conveniencia, de tal manera que no pierdes el derecho a seguir manteniendo tu propiedad. Sin embargo, se deben tener en cuenta un conjunto de condiciones, porque no todas las entidades conceden este tipo de beneficios.
- El propietario de la vivienda debe tener más de 65 años o disponer de un grado de discapacidad del 33%.
- La deuda podrá ser exigible por el banco cuando fallezca el beneficiario.
- La vivienda debe estar asegurada y protegida contra daños.
- El banco acuerda con el propietario la firma de un seguro de renta vitalicia en paralelo a la contratación de la hipoteca inversa, es decir, se garantiza el préstamo de una renta constante hasta el fallecimiento.
¿Cuáles son las ventajas y beneficios?
Empezaremos por las ventajas argumentando que la hipoteca inversa no está ligada a los ingresos del beneficiario ni exige tener un nivel de solvencia determinado para ser concedida, sino que solamente tiene en cuenta los requisitos de la edad, la discapacidad y tener en propiedad una vivienda.
Por otra parte, los pagos recibidos por el propietario están exentos de retenciones IRPF, solo hay que tributar por las rentas vitalicias, pero la cuantía que se fija suele ser muy baja. Pero también tienen el privilegio de no pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.
¿Y los inconvenientes?
Siempre que se contrata una hipoteca inversa, conviertes tu vivienda en aval, es decir, ofreces una garantía al banco de que los pagos se devolverán en caso de fallecimiento, con todas las consecuencias. En este caso, son los herederos los que se tienen que hacer cargo de reembolsar el dinero a la entidad financiera, junto a los intereses que se hayan generado durante el disfrute de dicho beneficio.
Para ello, los hijos del propietario tienen un plazo de un año para pagar la deuda y quedarse con la vivienda, o venderla y pagar la deuda con el dinero que hayan obtenido. Una última opción es finiquitar la deuda firmando una nueva hipoteca y pagar las cuotas periódicas que correspondan.
¿Merece la pena contratar la hipoteca inversa?
Todo va a depender de las necesidades del pensionista y en qué momento económico se encuentre. Aunque también se debe avisar a los hijos de que se va a tomar esta decisión porque son ellos los que se harán cargo en un futuro de los pagos de la vivienda. No obstante, antes de pedir este producto, es importante estudiar bien la situación para ver si es lo suficientemente sostenible como para contratarlo, ya que se dejan varias cargas económicas tras el fallecimiento. Al mismo tiempo, se puede sopesar la contratación de otros productos, como los planes de pensiones.