Esta es la razón por la que un coche híbrido contamina más que los demás

Siempre se ha dicho que el coche híbrido es un vehículo ecológico y bien postulado para el medio ambiente. Sin embargo, también es verdad que han habido estudios que han mostrado cómo esta clase de automóviles, también el híbrido enchufable, estaría contaminando incluso más que un diésel o gasolina, como cualquier otro. Pero, entonces, ¿por qué lleva la distinción azul de Cero emisiones?
El coche híbrido no refleja sus emisiones reales
Los vehículos híbridos son una variación de los eléctricos y los tradicionales, de manera que sus emisiones de gases contaminantes a la atmósfera quedan reducidas. Pero, ¿hasta qué punto se reducen dichas emisiones? Y es que existen otros aspectos de estos vehículos que influyen en una reducción de la contaminación, ya que algunos de sus materiales son también menos contaminantes.
No obstante, en los últimos tiempos se ha hecho ver que el coche híbrido no estaría tan bien postulado como presume, por más que estos porten la etiqueta medioambiental azul de cero emisiones, la azul (en los enchufables y que estos posean una autonomía superior a los 40 kilómetros).
En ese sentido, este tipo de vehículos se han asentado en los catálogos de los concesionarios con marcas apuestan fuerte por esta opción, arropada bajo un marketing verde muy potente en tiempos de emergencia climática. Sin embargo, ¿hasta qué punto este tipo de vehículos ayudan a reducir las emisiones? Es lo que ha revelado la OCU, que revela que las etiquetas ECO y Cero emisiones asociadas a estos coches no se reflejan con las emisiones reales.
Qué ocurre
Con todo, lo que denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios, es algunos de estos coches híbridos de gran potencia y que tienen etiqueta ECO -funcionan con una mezcla de gasolina y electricidad o autogas- contaminan más que otros coches con etiqueta C, que funcionan con gasolina, pero son más modernos.
Allí, junto con Green EuroNCAP, la OCU ha llevado a cabo un exhaustivo estudio de hasta 147 modelos de automóviles de los últimos años con distintas etiquetas ambientales. Ello ha reflejado que, entre los que no cumplen con el nivel de emisiones pactadas, un 38% son modelos híbridos, que actualmente cuentan con la etiqueta Cero.
En concreto, el estudio se centra en la realidad de los híbridos enchufables (PHEV) que han irrumpido en el mercado con fuerza debido a sus prometedoras características, a medio camino entre la combustión interna y la movilidad cien por cien eléctrica.
Sin embargo, estos vehículos calificados con el distintivo de cero emisiones no son los menos nocivos para el medio ambiente como sus etiquetas anuncian. Los ejemplos más claros, por su parte, se ven con modelos como el Mercedes GLE y el Porsche Cayenne e-hybrid, coches grandes con motores potentes, lo que significa que, cuando la autonomía eléctrica cesa (a los 40 kilómetros) contaminan más que otros modelos de combustión.
Qué hay que tener en cuenta
El problema de los híbridos enchufables es que la cifra homologada que consiguen es el resultado del consumo de los primeros 100 km que recorre el coche en el test, todos los que se realicen a posteriori hasta que se haga la próxima recarga serán en modo híbrido y, como es lógico, gastaran más.
Hay que tener en cuenta que los híbridos tienen que soportar el peso adicional, que no tienen las versiones sólo de combustión, de las baterías con las que van equipados. Las más potentes y pesadas, alrededor de 100 kilos, son las de los híbridos enchufables con más autonomía y entre 8 y 10 KWh,
Como tal, y sobre el papel, el coche híbrido tiene la etiqueta ECO porque cuenta con un pequeño sistema eléctrico auxiliar, y no debería ser suficiente ya que la reducción de emisiones es muy escasa. Por lo tanto, OCU denuncia que es un sistema injusto, porque está basado en las tecnologías del motor y no en las emisiones reales de los vehículos, y si bien el sistema de etiquetados fue un buen primer paso, ellos dicen que se debería realizar correctamente.
El estudio señala, por su parte, a las «inconsistencias» del sistema de etiquetas, que no tiene en cuenta el tamaño o el peso de los vehículos, de modo que coches utilitarios de bajo consumo quedan penalizados frente a todoterrenos híbridos que, por su peso, tienden a consumir más cuando circulan sin el motor eléctrico, de ahí que se demande una revisión del sistema de concesión de etiquetas medioambientales para clasificar los vehículos por su impacto ambiental real.