Una de las sensaciones más molestas al conducir, tanto en ciudad como en carretera, es tener la creencia de que algo va mal en el coche, lo que nos hace ir con mil ojos puestos y no estar pendiente de la puesta mira en el trayecto. Hacia esto, podemos estar notando algunas vibraciones en el mismo acelerador, ¿sabes qué es lo que puede estar pasando?
Este tipo de problema se suele notar cuando se acelera el coche y cuando normalmente se supera una cierta velocidad. En marchas bajas, no se notará, sin embargo, cuando se superan los 80 km/h, entonces sí que se podrá notar como el vehículo vibra. Pero, ¿cuál es el problema? Hay varios motivos que pueden estar detrás de la vibración. Incluso, en otros casos, el coche puede vibrar nada más acelerar.
Realiza un seguimiento a la mínima vibración
Un suave deslizamiento a cualquier velocidad, junto con una música agradable y sin ruidos del exterior es lo que todos buscamos al conducir. Pero cuando traquetea, se sacude y vibra, la conducción agradable se convierte rápidamente en un verdadero estrés.
Además, un coche que vibra también puede producir rápidamente daños como consecuencia y entrar en situaciones de conducción peligrosas. Por eso, siempre hay que hacer un seguimiento a la mínima vibración del coche. La mayoría de las veces, la situación empeora de manera gradual.
Es entonces que, en su caso, si al pisar el pedal del acelerador y alcanzar cierta velocidad, nuestro coche comienza a vibrar de una forma extraña, lo que debemos hacer es llevarlo cuanto antes al taller, ya que este molesto movimiento nos está indicando que algo no funciona como debería.
Qué es lo que puede estar pasando
Como decimos, es fundamental que la respuesta del volante a nuestros mandatos sea precisa, puesto que ello confiere fiabilidad en la conducción. Por eso, es una situación habitual que se acuda al taller por este tipo de problemas en la dirección… que no lo son tal, o al menos no directamente.
En este aspecto, claro está, unos neumáticos viejos, desgastados y secos pueden hacer vibrar y temblar nuestro coche, pero no son los únicos. De hecho, es bastante más normal que se deba a un problema en el embrague, que será lo menos grave… hasta un problema en los tacos del motor.
Problemas de neumáticos desgastados o desequilibrados
Los neumáticos constituyen la fuente más común y evidente de vibración excesiva, al ser la única parte del coche que está en contacto con la superficie y asfalto de la carretera.
Además, están expuestos a numerosos impactos negativos que pueden hacer que su vida útil se vea acortada considerablemente. Los neumáticos planos pueden ser en sí mismos una fuente de vibración o dar lugar a daños en las ruedas, los cuales serían probablemente la razón más habitual (junto a los fallos en el embrague) que explicaría ese temblor del vehículo.
Embrague mal equilibrado
En un vehículo equipado con una transmisión manual, el embrague es el eslabón principal en la transferencia de potencia desde el motor a la transmisión. Debido a que el embrague está directamente involucrado en esta transmisión de la potencia del motor, los problemas se suelen pronunciar con notable facilidad.
Es entonces que, si al acelerar notamos algún tipo de vibración, o que lo hace siempre cuando el vehículo llega a unas revoluciones determinadas, es posible que el embrague esté mal equilibrado.
Fallos en la junta homocinética
Las juntas homocinéticas también son conocidas como juntas de velocidad constante, situadas en el eje del vehículo, siendo bastante importantes para una conducción segura y precisa.
Y, aunque están diseñadas para ser resistentes y cumplir su función durante mucho tiempo, en ocasiones pueden verse dañadas debido a un mal funcionamiento de sus protectores plásticos. Si estos no funcionan como deben, se puede introducir suciedad y aceites que harán que aparezca la vibración en ella.
Frenos en mal estado
Otra posible razón que origina vibraciones en un coche serían problemas en los frenos. Si al aplicar los frenos, las vibraciones aparecen o se vuelven más intensas, estos serán la raíz del problema.
Es más; un rotor de freno deformado puede ser el causante de estas molestias. En el momento en el que los frenos son aplicados, las pastillas y las pinzas de freno son presionadas contra el rotor. Si su superficie es irregular a causa del desgaste o la corrosión, el agarre entre ellos se produce de forma desigual, de manera que el coche comienza a temblar.
Es ahí que, si un coche vibra al frenar, puede ser que los discos de freno estén deformados. Si estos no están completamente planos y presentan deformaciones, percibiremos vibraciones en el volante del coche que podrían desviar la dirección. Los cambios de temperatura en los frenos y el propio desgaste son los mayores causantes de este problema, por lo que es importante revisarlos.
A esto hay que sumarle que las pinzas de los frenos pueden estar en mal estados y atascarse. Por tanto, estas piezas podrán provocar diferentes vibraciones en el vehículo, o incluso hasta tirones, que se podrán apreciar en una o varias ruedas. Y mientras más alta sea la velocidad, más se notará.
Tacos de motor deformados
De menos a más grave, también tenemos las consecuencias de unos tacos del motor en mal estado, simplemente deformados o, en el peor de los casos, completamente dañados. Hablamos de unos componentes que son los encargados de amortiguar las enormes vibraciones generadas por el conjunto de motor y caja de cambios de un coche, por lo que es importante que se encuentren en óptimas condiciones.
Así, con sus desgastes y deformaciones, es cierto que el coche no va a dejar de funcionar, pero sí que pronto notaremos que algo no va bien bajo el capó. Cuando la goma se degrada, cede, y puede llegar incluso a desintegrarse.
Una inspección visual no tiene por qué ser concluyente: un taco en mal estado puede no tener mal aspecto a la vista. La primera consecuencia de esta lección de física es que las vibraciones del motor se sentirán más intensamente en el interior del coche, especialmente si el motor es un diésel. Lo que hay que tener claro que ante este tipo de problema, hay que acudir a tu taller de confianza para que realicen la inspección correspondiente y lo arreglen.