Acudir al cine es un hábito cada vez más excepcional entre los usuarios y gran parte de culpa la tiene el alto precio de las entradas a las salas. Esto ha provocado que se reabra el debate sobre si todas las películas que se exhiben deberían seguir teniendo el mismo precio en sus entradas.
El precio de las entradas de cine vuelve a ser uno de los temas de actualidad. En los últimos años hemos asistido a un disparatado crecimiento en el precio por acudir a las salas en toda la geografía española, haciendo del cine una actividad menos frecuente en la actualidad para los usuarios que tiempo atrás. Así lo reflejan unas cifras de taquilla que han quedado estancadas y en las que solo las grandes superproducciones alcanzan cifras millonarias.
En un contexto de fuerte crisis económica, los usuarios son más selectivos a la hora de emplear su dinero para disfrutar de su ocio y el cine está siendo uno de los grandes perjudicados ante el elevado precio que cuesta en estos momentos acudir a las salas. Desde el sector se mantiene como uno de los argumentos para mantenerlo que por debajo de éste dejaría de ser un negocio rentable, algo que por otro lado provoca que muchos usuarios no vayan a las salas sino que opten por disfrutar de las películas a través de Internet y en muchos casos sin pagar por ello, lo que paradójicamente genera una menor rentabilidad a la industria.
Con este panorama surgen las primeras voces que apuestan por reducir el precio de las entradas al menos en las películas cuya producción ha sido menor. «Hay que ser realistas, no es posible llenar las salas a 8 ó 9 euros, pero no es solo el problema del cine, sino de todo, bares, etc. Si la gente sigue cobrando cada vez menos o no cobrando, o en paro, y se suben los precios, es imposible», señalaba hace unos días uno de los autores de la película «El mundo es nuestro».
Su obra ha supuesto un punto de inflexión en la maltrecha situación del cine español, al haber conseguido llenar todas las salas sevillanas donde exhibía durante 12 semanas. La clave ha sido su precio: 2 euros. Con el dinero conseguido no solo han amortizado una producción valorada en 600.000 euros sino que la han hecho un productor rentable. Los responsables de la película consideran que no debe costar lo mismo una producción que ha costado 300 millones de euros como Avatar que una como la suya, más si tenemos en cuenta la situación de crisis.
En la misma línea se ha mostrado recientemente el actor Antonio de la Torre, quien considera que «es mejor llenar las salas a 2 euros que tenerlas vacías a 8 euros«. «Veo bien ajustar precios para la gente con menor nivel de ingresos», explicaba en una entrevista a ABC. En ella también hace mención al éxito cosechado por «Carmina o revienta», el film con el que Paco León desafió a la industria y triunfó al estrenarlo de forma simultánea en Internet y en las salas.