Guerra entre la industria de la cultura y el mundo de Internet

Guerra entre la industria de la cultura y el mundo de Internet

Javier Sanz

El conflicto actual parece ser más profundo que una simple diferencia de posturas acerca de cómo tratar el acto delictivo de la piratería. Por el contrario, parece acercarse más a una lucha de poder entre dos industrias que buscan afianzar la supremacía del entretenimiento mundial. ¿Hasta dónde llegará el conflicto?

Sigue el culebrón de la guerra contra la piratería. Las últimas acciones de la comunidad de Internet en contra de la implementación de las leyes americanas antipiratería han provocado reflexiones interesantes. Por un lado la industria del entretenimiento con Hollywood a la cabeza ve a Internet como una amenaza a su modelo tradicional. La Red por otro lado, con Silicon Valley como abanderado, intenta que su modelo no sea atacado. ¿Sólo puede quedar uno?

La batalla pasa por la influencia política

En países como Estados Unidos la presión política de los lobbies es vital para mantener una posición privilegiada como industria. En Hollywood no es nada nuevo, ya que lleva colaborando con el gobierno americano desde hace décadas para mantener su posición dominante en el planeta como industria de entretenimiento. Las embajadas americanas trabajan estrechamente en el extranjero con la industria del cine y el audiovisual. Esto que permitió establecer la posición privilegiada de la que goza Hollywood desde hace más de 50 años. ¿Qué pasa ahora? Que en los últimos años la industria de Internet también “compró” su parte en este mercado de favores.

Algunos gigantes de la red como Google, Facebook o eBay llevan años aumentando su influencia en Washington. Especial atención requieren los datos de sus contribuciones políticas de los últimos años, que superan incluso a las de la industria audiovisual “tradicional”. Esto crea un evidente conflicto de intereses a la hora de legislar.

Washington y la encrucijada

Las voces en el Congreso contra SOPA-PIPA ya se hacen notar y por el momento el gobierno americano parece haber aminorado la marcha para estudiar las consecuencias. No cabe duda que una “guerra civil” entre dos de los sectores estratégicos del país podría provocar un grave impacto a la economía tanto nacional como mundial.

¿Terminará este conflicto beneficiando al que pague más dinero?

Es más que probable que la administración Obama trate de encontrar una solución intermedia para salvar los muebles y mantener el statu quo entre dos de sus motores económicos principales. Pero no parece tarea fácil cuando el desarrollo imparable de uno supone el fin de la época dorada del otro tal y como la conocemos.

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