Los códigos captcha, utilizados por numerosos formularios para su validación, son el objetivo de un nuevo software basado en inteligencia artificial. Gracias al algoritmo desarrollado por Vicarious un 90% de estos códigos pueden ser resueltos mediante el software.
Desde hace unos años los textos distorsionados a base de códigos captcha (siglas en inglés de Prueba de Turing pública y automática para diferenciar máquinas y humanos) se han vuelto imprescindibles en la Red a la hora de aportar mayor seguridad al envío de formularios. Su función no es otra que distinguir cuándo es un ser humano quien rellena el formulario y no una máquina, evitando así que robots o spamrobots utilicen ciertos servicios de Internet como foros o correo electrónico para distribuir spam o archivos maliciosos.
Su fiabilidad es máxima y hasta ahora no se conocía un software que fuese capaz de descifrar estos códigos al no contar con un algoritmo secreto único. Sin embargo, esto ha supuesto todo un reto para algunos desarrolladores y fruto del trabajo por intentar pasar por encima de esta medida de seguridad conocemos el software creado por la startup Vicarious.
Según leemos en Europa Press, su algoritmo es capaz de resolver el 90% de los códigos de forma fiable utilizando «fuerza bruta con servidores masivos» cuya capacidad le permite alcanzar una precisión nunca antes vista. «Por primera vez se consigue un acto de percepción tan distintivamente humano utilizando cantidades mínimas de datos y potencia», explica uno de los fundadores de la empresa, Scott Phoenix.
efectividad muy cercano al del cerebro humano». «Entender el modo en que nuestro cerebro crea inteligencia es el máximo reto científico. Los captchas son el desafío de percepción visual y su resolución hizo necesario que entendiéramos cómo lo hace el cerebro», explican desde la empresa.
Por ahora no se ha dado más que a conocer el avance y no se ha publicado el software para resolver este tipo de códigos. Si bien se trata de un hallazgo notable, su utilización con determinados fines maliciosos podría obligar a las compañías a dar una vuelta de tuerca a su seguridad con otro tipo de métodos que evitasen a robots resolver la validación de formularios.