Consejos para proteger tus cuentas de correo electrónico de todo tipo de ataques
A pesar de los años que llevan entre nosotros y del enorme auge de las plataformas de mensajería instantánea de las que hacemos uso hoy día, los servicios de correo electrónico siguen teniendo una enorme importancia en los tiempos que corren, ya sea a nivel personal, como más profesional.
De ahí que la seguridad de nuestras cuentas es primordial para la mayoría de los usuarios, ya que desde las mismas manejamos, enviamos y recibimos gran cantidad de información personal, en ocasiones altamente delicada. De hecho y debido a su extendido uso por parte de la gran mayoría de los usuarios de Internet, los servicios de correo son uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes.
Y es que nuestras cuentas de correo son un objetivo muy tentador para los atacantes, ya que además de tener a su disposición multitud de «vías de entrada», en ocasiones los beneficios obtenidos de esos ataques por email son cuantiosos. Para empezar, diremos que los riesgos que acarrea un mal uso de estos servicios son grandes cuando hablamos de usuarios individuales, pero esto puede llevar consigo un riesgo mucho mayor cuando se extrapola a entornos empresariales más profesionales.
Uno de los grandes peligros de una violación relacionada con el correo electrónico, es que los atacantes podrían, por ejemplo, acceder a otras plataformas asociadas a esas cuentas por medio de los restablecimientos de contraseña. Así, atacantes de todo el mundo emplean cada vez una más amplia variedad de métodos, además de cada vez más complejos, para poder hackear estos servicios de comunicación a través de Internet que, en muchas ocasiones, son imprescindibles para nosotros.
Para que nos hagamos una idea del éxito de estos ataques, recientes informes muestran que en torno al 60% de los mensajes que contienen algún tipo de malware oculto en los archivos adjuntos, se entrega en el destino con éxito, ya hablemos de Ransomware, o Phishing, entre otros. Es por ello que tomar ciertas precauciones sencillas a la hora de usar estos servicios online, pueden ser la clave para mantener nuestras cuentas a salvo ante estos ataques externos.
Cómo mantener nuestras cuentas de correo más seguras
Aunque pueda resultar algo evidente, el primer paso para evitar disgustos relacionados con la seguridad en nuestras de correo, lo primero que debemos hacer es protegerlas con una contraseña robusta. Y es que estos elementos juegan un papel muy importante en la seguridad de estas cuentas, ya que en ocasiones los hackers utilizan “herramientas de fuerza bruta” para violarlas, por lo que se recomienda que esta puerta de acceso sea robusta, y que además usemos una distinta para cada cuenta. Eso sí, para ello nos puede ser de gran utilidad echar mano de algún gestor de contraseñas donde almacenarlas todas y gestionarlas a través de una llave maestra.
De manera paralela es preferible, si es posible y como ya sucede en la mayoría de las plataformas, que activemos el modo 2FA o autenticación de dos factores, ya que esto nos proporciona una capa extra de seguridad y reduce los riesgos de ataques de fuerza bruta. Al mismo tiempo la activación de los sistemas específicos de protección contra amenazas en el correo electrónico que integran la mayoría de las soluciones de seguridad actuales, nunca va a estas de más, ya que se encargan de detectar el malware que por ejemplo nos puede llegar incluido en los adjuntos de los mensajes.
Por otro lado, en el caso de que por regla general tratemos con información confidencial vía email, también es preferible llevar a cabo un cifrado de los mensajes que intercambiemos con terceros, todo ello para que estos sean codificados y sólo los destinatarios puedan descifrarlos y abrirlos.
Otras precauciones a tomar para proteger nuestra cuenta de correo
Sin embargo, buena parte de estas medidas pueden no servir de nada si no usamos el correo con un poco de sentido común. Por ejemplo, nunca debemos abrir archivos adjuntos ni pinchar en enlaces un tanto sospechosos, aunque lleguen de fuentes conocidas, y por supuesto, muchos menos de remitentes desconocidos. Y es que estas cuentas suponen la puerta de entrada para todo tipo de amenazas extremadamente complejas, todo con tan solo hacer un clic en un enlace malicioso que nos llegue.
Para ello se usan tipos de malware como el Ransomware o Phishing que se ocultan en estos elementos a los que os hacemos mención y que en principio parecen inofensivos. Otra de las opciones seguras que tenemos al alcance de la mano, es firmar digitalmente nuestros correos electrónicos, ya que, al llevar a cabo esta tarea, en gran medida nos podemos asegurar de que el mensaje no fue alterado mientras estaba en tránsito, lo que garantiza su integridad.
Y para terminar, también es recomendable que, antes de realizar alguna acción con un correo que nos ha llegado, si tenemos ciertas sospechas, analicemos el encabezado del mismo. Decimos esto porque en ocasiones los atacantes modifican estas cabeceras para que parezcan provenir de algún sitio legítimo y así llevarnos a engaño, al tiempo que pasan por alto los filtros de spam.
Por tanto, si realizamos un análisis un poco más en profundidad sobre la cabecera de un mensaje sospechoso, es probable que detectemos algún fallo, aunque solo sea en un simple carácter de la dirección de donde proviene, ya que la mayoría de los maliciosos que se quieren hacer pasar por lícitos, son en realidad cuentas falsificadas de algún otro servicio totalmente lícito.