Así predijo Isaac Asimov que sería el mundo y la tecnología en 2019 hace 35 años
Pocas personas pueden considerarse como adelantadas a su tiempo. Hay grandes personajes de la historia que han sido capaces de predecir cambios y tecnologías que eran impensables en su momento, como es el caso de Leonardo da Vinci o el propio Isaac Asimov. El creador de las leyes de la robótica, que aparecieron por primera vez en su relato “Círculo vicioso” de 1942, escribió un artículo en el año 1984 sobre cómo veía el futuro en el año 2019. ¿Acertó?
El artículo original fue publicado el 31 de diciembre de 1983 por el medio The Toronto Star, el más leído de Canadá. La cifra de 35 años fue elegida porque George Orwell publicó 1984 en 1949; 35 años antes. En él, Asimov destaca tres aspectos que iban a ser clave en 2019: la guerra nuclear, la informatización y la utilización del espacio exterior.
Guerra nuclear
Sobre la guerra nuclear, Asimov no tenía dudas debido a la gran tensión que había entonces entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y que en cualquier momento podría haber puesto en peligro la vida en todo el mundo. Por suerte, la tensión entre ambos países cayó y se firmaron acuerdos de desnuclearización.
Informatización y robotización
Suponiendo que esa predicción de guerra nuclear total que aniquilase a casi todos los seres humanos del mundo no se cumpla, la segunda predicción que hizo tiene que ver con que la informatización iba a llevar ordenadores a todos los hogares, ya que se habían convertido en herramientas esenciales para gobiernos y empresas.
En este campo también habla de que, como consecuencia, se crearían objetos informatizados, o robots. Estos robots están presentes en la industria, y la mecanización y automatización están formando una mayor parte de nuestras vidas. Junto con ello, Asimov destaca que la tecnología no iba a destruir trabajos, sino que iba a generar nuevos y diferentes puestos, tal y como ha ocurrido en estos años, y que ya ocurrió cuando se pasó de la agricultura a la industria.
Estos nuevos trabajos no serán iguales que los anteriores, y cada vez se iba a ir requiriendo un mayor nivel de especialización. Así, los trabajos que desaparecerían serían aquellos rutinarios y con mucha repetición que acaban con la cordura de la mente humana, fácilmente sustituibles por robots. Entre los nuevos trabajos que se crearían se encuentran los de creación y mantenimiento de esos robots y de los ordenadores que los manejan.
Este cambio iba a requerir que los ciudadanos fueran nativos digitales y que fueran siendo educados en el uso de la tecnología, tal y como ha ocurrido con la democratización del ordenador, y posteriormente de los teléfonos inteligentes y de las tablets. El cambio educativo de la agricultura a la industria obligó a potenciar el sistema educativo, necesario para esta última, mientras que el cambio de la informatización sería (y ha sido) bastante más brusco.
Para 2019, este cambio estaría prácticamente resuelto. Los que necesiten reeducarse lo habrán hecho, y quienes no ya habrán encontrado un trabajo. Los nuevos ciudadanos se habrán formado en las nuevas tecnologías y sabrán entenderlas y manejarlas perfectamente.
Acción de los humanos y la población
La población también tendrá que enfrentarse a nuevos retos. Asimov predijo que la población iba a seguir creciendo, pero que iba a estancarse. La población mundial no para de crecer, mientras que es en los países desarrollados donde se ha estancado o está empezando incluso a caer por la baja natalidad.
En segundo lugar, predijo que los problemas generados por el cambio climático, la contaminación y los residuos iban a ser más aparentes. Para 2019 esperaba que la tecnología hubiera puesto a nuestra disposición herramientas y técnicas para gestionar mejor esos residuos, y por suerte eso es parcialmente cierto, con la mejora del reciclaje y el crecimiento esperado del coche eléctrico, que probablemente revertirán estos problemas tal y como predijo Asimov.¡
En tercer lugar, predijo una mayor cooperación entre países y grupos de países, algo que se dejó ver en acuerdos como la creación de la Unión Europea o la proliferación de acuerdos comerciales entre países. De hecho, habrá una especie de gobierno a nivel mundial mediante la cooperación, aunque no se admitirá su existencia. En aquel entonces ya existía el G6 y la ONU, y en 1999 se creó el G20.
La curiosidad se explotaría con los ordenadores, y no en las escuelas
Las escuelas matan en una gran parte la curiosidad y la creatividad de muchos niños, y Asimov afirmaba que la educación se vería revolucionada por los ordenadores, que despertarían más curiosidad en los niños que los profesores. Así, los más jóvenes podrían aprender lo que quisieran y como lo quisieran, en su tiempo libre, a su velocidad, y a su manera.
Esto ha ocurrido gracias a fenómenos como la Wikipedia, o a canales de YouTube diseñados para enseñar. Gracias a ello, la educación se ha convertido en algo que sale de dentro y que es divertido, y que la persona tiene interés por hacer en lugar de ser forzado sobre ella.
La gente trabajará menos y vivirá para el ocio
Esta predicción la hizo de manera similar John Maynard Keynes, donde predijo que la mecanización iba a hacer que los trabajadores pudieran dedicarse enteramente al ocio, mientras que el estado proveería. Asimov hace una predicción similar, afirmando que el mundo estaría “gestionándose solo”, y que los humanos dedicarían el tiempo a lo que quisieran. Este tiempo no sería estar tirando en el sofá viendo Netflix, sino tiempo libre para la investigación científica, para escribir, para el arte o para encontrar nuevos hobbies.
Como vemos, aquí no se ha llegado a producir esto, pues la jornada laboral sigue durando lo mismo, aunque las actividades que se pueden hacer en el tiempo libre son muy variadas. La llegada de Internet ha permitido que la gente pueda llegar a prosperar profesionalmente de manera más fácil con sus aficiones.
El espacio: llegar para quedarnos
La última de las predicciones tiene que ver la conquista del espacio. Actualmente hay más de 4.000 satélites en órbita, y para la próxima década esa cifra se va al menos a triplicar. Asimov predijo la creación de la Estación Espacial Internacional 14 años antes del lanzamiento del primer módulo.
En su predicción, dijo que el ser humano iba a tener presencia en la Luna para minar sus recursos naturales. También avanzaba la presencia de placas solares en la luna que obtuviesen electricidad del Sol y la mandasen en forma de microondas a la Tierra, o la creación de fábricas en el espacio que permitiesen crear elementos basándose en propiedades del espacio, como altas o bajas temperaturas, radiación extrema, vacío infinito o gravedad cero. En este lugar los residuos podrían lanzarse lejos de la Tierra.
Como cierre a sus predicciones, Asimov comenta que entre 1984 y 2019 habría grandes cambios, pero que éstos serían pequeños por los que están por venir en los siguientes 35 años. Veremos si también acierta en esto.
