Los fabricantes de tarjetas gráficas lanzan cada pocas semanas nuevas versiones de drivers que añaden funciones y mejoran el rendimiento en determinados juegos. Esto es algo que damos por sentado, y por ello vamos a analizar si realmente supone una mejora de rendimiento utilizar un driver u otro.
Comparando los 13 últimos drivers de NVIDIA podemos saber si cambia el rendimiento
Por ello, nuestros compañeros de HardZone recogen una comparativa de los 13 últimos drivers de NVIDIA en los que se compara el rendimiento de cada uno de ellos en diversos juegos utilizando la misma tarjeta gráfica. Los drivers van desde junio de 2016 (versión 368.39) a septiembre de 2017 (versión 385.69).
En el primer gráfico podemos ver resumidas todas las diferencias de rendimiento, mientras que en el segundo podemos ver el índice de rendimiento de cada uno de los drivers. Como vemos, las diferencias son inapreciables, y se pueden considerar ruido blanco, al estar dentro del margen de error de la propia medición de rendimiento, con diferencias de apenas menos de 1 fps en la mayoría de casos. Los dos primeros drivers son los que peor rinden, ya que fueron los primeros lanzados para las tarjetas Pascal (en la prueba se usó una GTX 1070). A partir de esos drivers, el rendimiento se mantuvo muy estable.
El rendimiento depende del juego, y los fabricantes de tarjetas no empeoran el rendimiento de sus tarjetas a través de un driver
Así, una de las conclusiones más claras es que da igual qué driver tengamos instalado, siempre que nuestra tarjeta lleve un par de meses en el mercado. Cuando sí tiene sentido instalar un driver para obtener una mejora de rendimiento es para un juego que está recién salido. Estos drivers suelen mejorar algo el rendimiento, a la vez que arreglan posibles fallos e incompatibilidades. A largo plazo (años), como podemos ver en el siguiente vídeo, sí que aumenta ligeramente el rendimiento.
Muchos usuarios suelen quejarse de que algunos juegos nuevos funcionan mal en sus tarjetas gráficas. Esto es debido a que los desarrolladores suelen centrar sus esfuerzos en optimizar los juegos para los últimos modelos de tarjetas gráficas, los cuales son compatibles con las últimas tecnologías (por ejemplo, DirectX 12, HBAO+, MFAA, teselado, etc). Así, este bajo rendimiento no es culpa como tal de los drivers, sino más bien de cómo el desarrollador ha optimizado el juego.
Por tanto, con este análisis podemos obtener dos conclusiones. La primera es que los fabricantes de tarjetas gráficas no empeoran el rendimiento de modelos anteriores conforme van sacando nuevos drivers, y que en segundo lugar tener una versión u otra no va a cambiar mucho el rendimiento del juego. En todo caso, una versión de driver más reciente nos ayudará a solucionar cuelgues y posibles errores que pueda tener un juego recién salido. También es importante tener las últimas versiones de los parches de cada juego, pues los propios desarrolladores suelen optimizar también el rendimiento de sus juegos con el paso del tiempo.
Al igual que los controladores de nuestra gráfica, también es posible instalar o actualizar los drivers de red, entre otros, de forma automática o manual con estos sencillos pasos.