Con la llegada del frío, que está dando algo de tregua en los últimos días, hicimos un artículo para comparar la diferencia de temperatura que podía generar un radiador eléctrico y un ordenador en una habitación, con el fin de determinar cuál era la forma más eficiente de generar calor en una habitación minimizando el consumo eléctrico ahora que ha subido la luz. El problema es que no tuvimos en cuenta los ventiladores.
Los ventiladores, clave en una correcta temperatura del PC
En ese artículo vimos como un ordenador jugando consumiendo unos 270 vatios puede hacer aumentar unos tres grados la temperatura de la habitación, con lo que el beneficio es doble. Para conseguir elevar más la temperatura hace falta un ordenador más potente que genere más calor, pero que también consuma más electricidad, aunque jugando ya tenemos una temperatura de unos 50-60 grados siendo expulasad hacia la habitación. Para hacer ese artículo hice la comparación midiendo el consumo del PC y la calefacción con el Xiaomi Smart Socket, el cual analizamos hace dos semanas.
Un detalle en el que no caí a la hora de hacer el artículo que comparaba el ordenador y el calefactor es que mi ordenador está muy bien ventilado. El procesador está normalmente a 8 grados más que la temperatura ambiente en reposo, mientras que la tarjeta gráfica en reposo y con el ventilador apagado se sitúa en unos 12 grados más que la temperatura ambiente.
Pero, ¿qué pasa si le quitamos los ventiladores al ordenador? En mi caso, tengo una NZXT Lexa S, una caja que viene con cuatro ventiladores de serie; uno en la parte frontal inferior que mete aire hacia el interior de la caja, otro en la parte trasera de la caja que expulsa el aire caliente hacia atrás, otro en el panel lateral que mete aire hacia la posición de la tarjeta gráfica, y otro en la parte superior que lo expulsa hacia arriba.
Estos ventiladores, al ser los que venían de serie en una caja de 60 euros, no destacan precisamente por su silencio. Es por ello que me decidí a desconectarlos para poder analizar la diferencia de temperatura ahora que estamos en invierno, dejando sólo el ventilador del disipador que es el que a menos RPM gira y hace menor ruido. Es importante recordar que los ventiladores de la caja de un PC no se limitan a soplar aire frio a los componentes, sino que crean flujos de presión dentro de la caja que permiten mejorar aún más la disipación del calor (razón por la cual a veces es mejor no quitar el panel lateral de la caja para ventilarla si tenemos suficientes ventiladores).
Antes de desconectarlos, con una temperatura ambiente de 18 grados, el PC tenía unas temperaturas de 26 grados en reposo en el caso de la CPU y 30 en el caso de la GPU. Después de unas cuantas horas de uso, y en reposo, la tarjeta gráfica subió hasta los 59 grados (con los ventiladores sin encender), y el procesador se sitúa en reposo en unos 44 grados. En total, son unos 20 y 30 grados más. Jugando, la gráfica alcanza los 72 grados (con los ventiladores propios encendidos), y el procesador unos 58.
En invierno, ordenador pasivo; en verano, avión a propulsión
La temperatura se eleva bastante, pero nada que ponga en peligro la vida de los componentes del PC. Los componentes estarán algo más calientes y por tanto la temperatura que expedirán será mayor. Y lo que es mejor, con un silencio prácticamente absoluto. En mi caso, he podido volver a oír el disco duro perfectamente cuando accedo a algún archivo almacenado en estas unidades.
Por tanto, vemos la importancia que tiene utilizar al menos un ventilador en la parte frontal del ordenador y otro en la parte trasera para mejorar la refrigeración de nuestro PC, siendo este uno de los motivos por los que las cajas más baratas suelen incluir al menos uno de estos dos tipos de ventiladores (algunas incluso los dos), ya que con un par de ventiladores se puede reducir al menos entre 10 y 15 grados la temperatura. Controlando las temperaturas, es posible que puedas ahorrar algo de dinero en electricidad haciendo que el PC genere más calor. Si buscas ahorrar, también tienes la opción de contratar la electricidad con Gana Energía, con uno de los precios fijos más baratos de mercado y que utiliza energía 100% renovable.