Debido a la cantidad ingente de dispositivos que hay conectados a la red, el número de IPs disponibles en Internet es cada vez más limitado. Para solventar esto, se creó el protocolo IPv6, pero no son muchas las compañías que lo aplican. Debido a esto, la mayor parte de la red sigue moviéndose en IPv4, con direcciones IP de 32 bits, frente a los 128 bits del IPv6, que permite alrededor de 6.7 x 1017 direcciones IP. Las direcciones IPv4 son un bien preciado, y un grupo de cibercriminales se ha lucrado con ello.
El 6 de junio de 2012 fue lanzado mundialmente el servicio IPv6, y los principales proveedores americanos lo habilitaron en sus redes, y las webs más importantes se hicieron compatibles con este nuevo protocolo. Es una migración compleja, y que requiere que todos los participantes pongan de su parte. En España también está disponible por parte de los grandes operadores, aunque todavía nos encontramos a la cola en adopción.
En septiembre del año pasado, el Registro de Regional de Internet para Estados Unidos (ARIN) anunció que no había disponibles direcciones IPv4 nuevas, y que las disponibles actualmente serían reutilizaciones de direcciones previas. Hay una larga lista de espera de compañías que esperan a que ARIN reciba direcciones IP sin utilizar, y que sean reasignadas a estas nuevas compañías.
Easy money, easy life
Los cibercriminales han encontrado con esto un negocio bastante rentable gracias a esa escasez. Estos criminales buscan, de entre todas las direcciones IP que poseen las compañías, aquellas que no tienen un nombre de registro asignado. Al no tener dueño, basta con registrarlas a su propio nombre, o incluso reutilizar nombres de empresas extintas. Una vez tienen asignadas las direcciones IP, proceden a revenderlas a las empresas.
Otro método que utilizan es registrar compañías nuevas, y ponerse en la lista de espera. Una vez ARIN les asigna las direcciones IPv4, proceden a venderlas directamente en el mercado negro.
El Director del Servicio de Registros de ARIN, Leslie Noble, comentó que, entre 2005 y 2015, sólo descubrieron 50 usos fraudulentos de compañías. Desde que ARIN anunció el pasado septiembre que ya no había direcciones IP nuevas, han detectado 25 nuevos casos.
Este hecho es uno más que demuestra de que la escasez hace que un bien sea más preciado, y por tanto se cree un negocio que busque lucrarse de esa escasez. Hasta que no se estandarice el IPv6, y tengamos casi infinitas direcciones IP disponibles, seguiremos escuchando noticias sobre cómo se satura el IPv4.