Aunque la fibra óptica ha adquirido un protagonismo incontestable en el liderazgo de los accesos de banda ancha fija de medio mundo, cada vez son más los territorios que comienzan a mirar a la tecnología G.fast con el objetivo de utilizar las redes de cobre ya desplegadas para llevar una conexión de Internet de velocidad ultrarrápida a sus clientes. Japón se ha unido a países como Reino Unido que ya han abrazado esta tecnología.
A finales de 2014 se aprobaba el estándar G.fast para proveer servicios de Internet con un giga de velocidad, utilizando las otrora defenestradas redes de cobre. Aunque el despliegue de nuevas redes de fibra óptica hasta el hogar se ha enfatizado en parte debido a la escasa velocidad que pueden ofrecer servicios como el ADSL o el VDSL a través de la red de cobre, el G.fast empieza a revivir a unas infraestructuras que parecían caducas.
Japón ha sido el último país en sumarse a esta nueva tendencia y gracias a la colaboración de la empresa de telecomunicaciones Nokia, ya se ha anunciado el primer despliegue comercial sobre la red de cobre existente para ofrecer una conexión de 1 giga a los clientes del país del sol naciente. Esta tecnología está resultando clave para cubrir áreas que no es posible cablear con fibra, pero que no quieren renunciar a contar con un acceso a Internet a toda velocidad. Esta nueva oferta tendrá lugar a partir del mes de junio de este mismo año y comenzará en la región de Chugokua en Japón.
El G.fast también avanza en Europa en 2016
Pero no ha sido en el único territorio en donde ya se han empezado a dar pasos interesantes en banda ancha fija gracias a esta tecnología que logra reducir las interferencias por diafonía que sufren las conexiones vía cobre, de formas que no se pierda velocidad. En Reino Unido, el operador BT ya anunció sus planes para cubrir de aquí a 2020 a 10 millones de inmuebles en Reino Unido con una conexión G.fast con la que ofrecer velocidades de 300 megas de bajada y 50 megas de subida.
Las posibilidades de G.fast son muy esperanzadoras, ya que en test de laboratorio se ha conseguido alcanzar una velocidad de hasta 5,36 Gbps en una distancia de 35 metros gracias al XG.FAST, algo que aunque todavía se antoja escaso debido a la falta de nodos de acceso, da una prueba del potencial de esta tecnología. Sin duda, el 2016 se postula como un año clave para la tecnología que competirá de tú a tú con la fibra óptica, recogiendo el testigo de las conexiones DSL.