La industria tecnología se ha enfrentado muchas veces al problema de reducir al mínimo a unos de los mayores enemigos de los ordenadores y los dispositivos electrónicos: el calor. Ahora, una nueva investigación apunta al uso del grafeno blanco como solución para refrigerar los circuitos de ordenadores portátiles y gadgets y poder prescindir en un futuro del uso de ventiladores.
El grafeno, uno de los materiales más de moda en el sector tecnológico debido a sus condiciones de resistencia, durabilidad y versatilidad, usado en la fabricación de estructuras, componentes de baterías u otros elementos internos, puede encontrar un nuevo uso según una reciente investigación de la Universidad de Rice en Texas, Estados Unidos. Este nuevo estudio ha centrado el uso de una estructura tridimensional de grafeno de 100 nanómetros en forma de panal, que facilita la ventilación de la circuitería interna de un ordenador gracias a propiedades únicas como la dispersión del calor.
El grafeno blanco es el nombre que recibe el nitruro de boro, presente en estas estructuras y que se haya conectado entre sí a través de unos tubos del mismo material, dispuestos de manera horizontal, lo que hace que la dispersión del calor hacia fuera se produzca de forma igualmente efectiva a como lo hace entre planos verticales. En el estudio que han llevado a cabo se han calibrado diferentes longitudes de estas estructuras tubulares modificando la distancia entre sí de las mismas lo que ha ofrecido distintos resultados en cuanto a la eficacia para dispersar el calor.
El uso del grafeno blanco todavía resulta muy caro
La única pega que por ahora tiene esta tecnología reside en el coste de manipular estas estructuras a nivel atómico pero los responsables del proyecto creen que es solo cuestión de tiempo que se produzca su implantación en ordenadores o teléfonos móviles debido al ahorro que supondría en cuanto a la instalación de otros componentes como ventiladores o sistemas de refrigeración auxiliares.
Precisamente los teléfonos móviles son dispositivos muy propensos a sufrir problemas con el calor, lo que conlleva reducir su vida útil y provocar el deterioro de todos los componentes internos que lo forman. El uso del grafeno blanco podría paliar casos como el del procesador Qualcomm Snapdragon 810, que provoca un excesivo calentamiento en muchos de los terminales móviles que optaron en su momento por incorporar este chip.