Todavía no forman una pieza más del panorama de nuestros cielos, pero los drones poco a poco empiezan a popularizarse gracias a la comercialización de estas aeronaves tripuladas de forma remota que están disponibles para casi cualquier bolsillo. Los Gobiernos llevan tiempo enfrentándose a la problemática de adaptar las legislaciones de cada a país al nuevo escenario que plantean estos aparatos, aunque la monitorización de los mismos empieza a complicarse según aumenta su número. Para ayudar sobre este problema, Reino Unido ha solicitado ayuda a la NASA para que contribuya con su tecnología a la vigilancia sobre los drones.
Poco a poco los drones adquieren un mayor peso en el ecosistema y en algunos países empiezan a verse desbordados de cara al control de los mismos. Reino Unido ha sido uno de ellos y de hecho el Gobierno de David Cameron ha solicitado ayuda a la NASA, la agencia aeroespacial de Estados Unidos, de cara a desarrollar técnicas y procedimientos para la vigilancia de estas aeronaves.
La NASA ya lleva años ayudando a Estados Unidos en el control de los vehículos aéreos no tripulados, gracias también a la colaboración de otros socios tecnológicos que han permitido por ejemplo usar las antenas de telefonía del operador Verizon para monitorizar los vuelos. Ahora, el desembarco de la NASA en Europa respecto a nuevas tecnologías para la vigilancia de los drones ofrecerá herramientas como el uso de radares, satélites, señales móviles y la tecnología en la nube para desarrollar una ley definitiva que regule el tráfico de drones a nivel europeo de cara a 2019, aunque a dicha fecha podría adelantarse el propio Gobierno de Reino Unido gracias a esta colaboración.
El uso de los drones en España
En España es posible hacer volar drones, aeronaves UAV, RPAs o cualquier otro vehículo aéreo no tripulado sobre urbes no pobladas y espacio aéreo no vigilado en determinadas actividades vigilancia y alerta de incendios forestales, terapias aéreas, fitosanitarias y otras que conlleven diseminar elementos en el terreno o en el aire, incluyendo actividades de dispersión de sustancias para el cese de incendios.
Además, es posible usarlos también en ciertas tareas de publicidad aérea o acciones de urgencia, localización y salvamento de personas. Todo ello eso sí, acorde a la normativa española y europea que regula en todo momento el uso de estos aparatos.