Cuando compramos un producto, y en este caso nos centraremos en dispositivos tecnológicos, los consumidores tenemos derecho a una garantía legal mínima. Aunque el vendedor o fabricante pueden ofrecer garantías mayores, los que os enseñamos en esta publicación son los puntos mínimos con que se deben cumplir en la garantía de dispositivos.
Como consumidores, tenemos derecho a una garantía mínima de dos años para productos nuevos y de un año para productos de segunda mano, según la legislación española vigente. Esta garantía, por otra parte, comienza en el momento de entrega del producto, aunque lo mantengamos cerrado desde el primer día. De acuerdo, esto es algo que casi todos conocemos, pero, ¿qué hay de los pequeños matices de la garantía legal que no cumplen todos los fabricantes o vendedores? Allá vamos con todos ellos.
¿Reparación o sustitución? Tú eliges
Un producto que no cumple su finalidad o no funciona correctamente, según la garantía legal, da derecho al consumidor a exigir la reparación o sustitución del mismo. Lo que muchos usuarios -y consumidores- desconocen, y de lo que suelen aprovecharse algunos vendedores y fabricantes, es que la elección entre estas dos soluciones corresponde al consumidor, y no al vendedor. Ahora bien, esta elección tan solo se puede llevar a cabo cuando ninguna de las dos resulte objetivamente imposible o desproporcionada. Por lo tanto, según este matiz tenemos un pequeño fleco al que puede acogerse el fabricante o vendedor que hará cumplirse la garantía legal. Evidentemente, una vez se opta por una de las dos soluciones, se tendrá que llevar a cabo la misma sin posibilidad de cambiarla.
Por otra parte, también hay que matizar en aspectos concretos como los productos de segunda mano, los cuales no se sustituyen en ningún caso. Además, los consumibles tampoco pueden ser sustituidos en ninguno de los casos, puesto que son susceptibles de desgaste por parte del usuario, lo que puede mermar su funcionalidad sin corresponder con un defecto de fabricación.
Cuidado, que todo esto debe ser gratuito
¿Has enviado un dispositivo a tu fabricante o vendedor para repararlo en garantía y te han cobrado por el envío? Si es así, deberías saber que todos los gastos necesarios para que el producto sea conforme con lo contratado deben ser gratuitos para el consumidor. Es decir, que la reparación o sustitución, los materiales, la mano de obra y los gastos de envío o desplazamientos no pueden cobrarse al consumidor durante el plazo en que es válida de la garantía legal.
La garantía también se extiende y suspende temporalmente
No son pocos los consumidores que creen que la garantía corre en el tiempo desde la entrega del producto sin pausa alguna. No, en absoluto. Una vez nos es entregado el producto reparado, el fabricante tiene que responder durante seis meses más de las faltas de conformidad que dieron lugar a la reparación. Por lo tanto, si nuestra pantalla tenía problemas y han tenido que repararla o sustituirla, el fabricante o el vendedor extenderán el plazo de la garantía de este componente por otros seis meses más, pero la tableta -por ejemplo- concluirá su plazo de garantía legal según el tiempo transcurrido desde el día de entrega al consumidor.
Por otra parte, durante el tiempo que el consumidor se ve privado del producto por la sustitución o reparación, la garantía tiene que ser suspendida por el mismo plazo. Es decir, si pasamos dos semanas sin nuestro dispositivo porque está siendo reparado por el fabricante, entonces contaremos con otros 15 días de garantía, puesto que tal plazo sin el producto no restará sobre los dos años -uno si es de segunda mano- desde la fecha de entrega original.
¿Tardan demasiado? Puedes pedir el reembolso por el producto
Según estipula la legislación española actual, la garantía legal da derecho al consumidor a exigir la resolución del contrato en caso de que la reparación o sustitución de un determinado producto no se lleve a cabo en un plazo razonable. En este caso, se podrá devolver el producto y recuperar el dinero desembolsado por el mismo, o bien exigir una rebaja del precio correspondiente a la compra original. No obstante, la garantía legal establece que esto sólo se podrá hacer efectivo siempre y cuando la falta de conformidad no sea de escasa importancia, sin duda otro «fleco» al que pueden agarrarse los fabricantes y vendedores.
Si no estás conforme, deberían indemnizarte
Tampoco conoceréis un caso así, pero la garantía legal nos da derecho a los consumidores a obtener una indemnización por los daños y perjuicios que pudiera causar la falta de conformidad con un producto. En este sentido, podemos comprender mejor la puntualización pensando, por ejemplo, en un detergente quitamanchas que, usándolo según explican las instrucciones del producto, destiñe las prendas lavadas -y se anuncia como apto para ropa de color-.