El Gobierno inspecciona los acuerdos de BlaBlaCar con sus usuarios

El Gobierno inspecciona los acuerdos de BlaBlaCar con sus usuarios

Carlos González

De nuevo, el Ministerio de Fomento, responsable del transporte regulado, enfatiza en su investigación con este modelo de mercado como objetivo. Tras la queja de los taxistas europeos, BlaBlaCar está en el punto de mira de Fomento, que inspecciona ahora los acuerdos entre BlaBlaCar y los usuarios que hacen uso de su plataforma social.

BlaBlaCar, la red social original de Francia que sirve a los conductores y pasajeros como punto de contacto, está siendo inspeccionada por el Ministerio de Fomento. El objeto de la investigación pasa por la demostración, por parte de BlaBlaCar, de que su actividad se ciñe al modelo de consumo colaborativo, lo cual sería correcto y legal o si, por el contrario, la compañía francesa está actuando como mero intermediario con objeto de lucro.

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El Ministerio de Fomento continúa en contra de las indicaciones de Europa

A pesar de las indicaciones que el Ministerio de Fomento ha recibido de la Comisión Europea, de parte de Neelie Kroes, los dirigidos por Ana Pastor continúan llevando a cabo una regulación persecutoria en favor de los taxistas españoles que, hace menos de una semana, iniciaban la huelga en Madrid y Barcelona como respuesta contra Uber. Las recomendaciones de la Comisión Europea hacia el Ministerio de Fomento indicaban claramente evitar el celo regulatorio por falta, por parte de Fomento, de autorización para la intervención en acuerdos privados entre los ciudadanos. Además, Neelie Kroes también tuvo tiempo para los taxistas, a quienes sugirió que la huelga no solucionaría su causa.

BlaBlaCar pagaría hasta 18.000 euros y tendría que modificar su cambiar de negocio

En cuanto a la investigación que el equipo técnico de Ana Pastor está llevando a cabo sobre BlaBlaCar, a priori podrían suceder dos cosas. Por una parte, podría concluir con que BlaBlacar hubiera estado ciñéndose, hasta el momento, al modelo de consumo colaborativo con acuerdos privados entre los usuarios que se valen de su plataforma social o bien que, por el contrario, la compañía francesa estuviese lucrándose. Así, según la primera condición no habría problema para BlaBlaCar mientras que, en caso de coincidir con la segunda situación, BlaBlaCar tendría que pagar una multa de hasta 18.000 euros y, además, se vería obligada a modificar su modelo de negocio.

En este sentido, el consejero delegado en España de la plataforma social ya se ha pronunciado anunciando que su modelo es legal y justifica esta respuesta alegando que sus usuarios sólo comparten los gastos ocasionados por el transporte privado, pero en la actividad no hay ánimo de lucro. Además, lanza un mensaje directo a los profesionales del transporte señalando que la falta de pasajeros se debe a la crisis, no a BlaBlaCar.