Hay ciertos elementos que están entre nosotros pero nunca llegamos a saber qué significan. Nos familiarizamos con su existencia, pero no vamos más allá si no necesitamos saber para qué sirven. Puede que eso mismo te haya pasado con una especie de códigos QR, pero de colores, que cada vez está en más sitios.
Estos QR de colores tienen una misión muy importante en la sociedad, tratando de tener ciudades más inclusivas y haciendo que la tecnología pueda ayudar a la integración de personas con discapacidad.
¿Has visto un QR de colores?
«Una persona con discapacidad visual tendría que ser capaz de leer un código QR«. De este problema surgió una solución y para eso precisamente sirven esos códigos QR de colores que puedes ver en alimentos, transportes, etc.
El nombre técnico de estas señales visuales es NaviLens. Estos tienen el mismo cometido que un QR tradicional en blanco y negro: llevarnos a una fuente de información, pero también tienen una serie de ventajas con respecto a estos. En primer lugar, los usuarios no necesitan conocer con precisión dónde están colocados, simplemente escanea con la cámara del móvil y obtén la información necesaria contextualizada.
Otra de las ventajas es que este sistema permite ser leído desde 12 veces más lejos que QR y código de barras tradicional, unos 15 metros, además de poder ser escaneado realmente rápido gracias a la combinación de colores y formas que los componen. También hace que puedan ser leídos en peores condiciones que los tradicionales, con gran ángulo hasta 160º y en todas las condiciones de luz, además de poder ser leído sin necesidad de enfocar. algo imprescindible para personas con discapacidad visual.
Una app para «ver» el mundo
Estos códigos NaviLens pueden ser leídos con una aplicación específica que las personas con discapacidad visual pueden instalar en su smartphone para que la cámara de su teléfono móvil actúe como guía e indique qué hay en el mundo que les rodea, pero no pueden ver. Los QR de colores de NaviLens ayudan a hacer ciudades más inteligentes e inclusivas.
Las capacidades de este código permiten a los usuarios relacionarse de forma más sencilla y accesible con su entorno en sitios como estaciones de metro, paradas de bus y museos o edificios públicos. Al usar la cámara a través de la app, Navilens informa de la distancia a la que está la etiqueta. Además de la distancia, también indica el ángulo de inclinación de la etiqueta e incluso puede detectar muchas etiquetas simultáneas, presentándolas de forma cómoda al usuario.
Puede que si hasta ahora no te habías preguntado qué son estos QR de colores, tampoco sepas su origen. Están creados por la empresa murciana Neosistec, siguiendo los avances del Mobile Vision Research Lab de la Universidad de Alicante. Están disponibles cada día en más y más sitios, desde el Metro de Nueva York a los de Madrid y Barcelona, el tranvía de Murcia, la Estación Almudena Grandes-Puerta de Atocha de Madrid, hospitales y otros servicios públicos. Poco a poco, también muchas empresas alimenticias están apostando por su inclusión para que la información nutricional esté a mano de los consumidores, aunque tengan discapacidad visual.
El gran reto al que se enfrentan es conseguir una aceptación tan masiva como los códigos QR. Estos han tenido que pasar por muchas cosas para terminar imponiéndose a otros métodos de identificación y ahora mismo están totalmente estandarizados. Incluso los podemos leer con la cámara del móvil sin tener que hacer nada, algo que, por ahora, no es posible con los códigos de colores de Navilens.