Los postes y cables de telefonía abandonados generan más contaminación de la que se imaginaba

Los postes de telefonía y sus infinitos cables que se extienden a través del paisaje de las ciudades del mundo entero, podrían suponer una mayor amenaza de la que se imaginaba. Un estudio reciente desvela datos concretos que han generado gran preocupación y que podrían llevar a tomar decisiones urgentes para reducir los riesgos.
Un informe publicado por el Wall Street Journal ha destapado una realidad que se trataba de ocultar desde hace muchos años. Los postes de telefonía abandonados, aquellos que en Estados Unidos han ido dejando operadoras como AT&T o Verizon, están contaminando los ríos de una manera masiva. En especial, lo están haciendo los cables que tienen los postes y cuyo plomo está haciendo estragos. El problema es mayor del que se creía.
Los ríos se están contaminando
El artículo publicado destapa que hay una serie de importantes ríos de Estados Unidos que ya han sido contaminados a un nivel preocupante. Ha ocurrido en el río Detroit de Michigan, en el río Willamette de Oregón y en el río Mississippi, de Louisiana, entre otros. Es una situación de riesgo, puesto que una vez el plomo ha acabado en los ríos, este componente tóxico no tarda en llegar a lugares que deberían ser seguros, como lagos y pantanos.
Lo peor de todo es que, tal y como el periódico ha conseguido documentar, existen testimonios de antiguos trabajadores de las operadoras de telefonía que eran totalmente conscientes de lo que estaba ocurriendo y de lo que pasaría en el futuro. Las empresas lo sabían y, de todas formas, continuaron con sus planes en busca del máximo beneficio, sin preocuparse del medio ambiente ni de la salud de las personas que residían en las zonas donde estaban los postes de telefonía.
El problema va más allá de lo imaginado
Hay que aplaudir el trabajo realizado por el Wall Street Journal, puesto que incluso se han desplazado a algunos de los puntos contaminados con la intención de recolectar muestras de los ríos y así ver hasta dónde llega el problema exactamente. Los resultados son terribles. En uno de los ríos se ha encontrado plomo más de 2.500 veces por encima del límite que se estipula para que el agua sea potable. Y aunque el agua del río no se va a beber, con esa cantidad de plomo resulta un riesgo también para quienes se bañen y para todos los seres vivos que forman parte del ecosistema. Otros análisis aportan unos resultados en la misma línea, muy preocupantes y que están haciendo que muchos expertos soliciten, cuanto antes, que se comience a regular la presencia de los cables que hay en los postes de telefonía.
Además, las instalaciones en los postes no son el único problema. Este mismo tipo de cables se encuentran en otros muchos lugares que están aumentando los niveles de contaminación. Por ejemplo, hay miles de cables con plomo subterráneos y otros muchos que se encuentran bajo el agua. En Estados Unidos los utilizaba, principalmente, la empresa American Telephone & Telegraph, la que fuera predecesora de AT&T. Había constancia de los riesgos que podían suponer, pero parece que, para el momento en el que fueron conscientes de ello, ya había tal cantidad de cables que era «difícil» ponerle remedio. Hay que pensar que estos postes de telefonía con cables cubiertos de plomo se comenzaron a instalar en 1800 y que siguieron durante más de 150 años hasta la década de los 60. En la actualidad, muchos de ellos se continúan utilizando.
El contacto con el plomo puede ser realmente peligroso para la salud. Se cree que los niños que crecen en zonas con este tipo de tóxico sufren problemas de desarrollo, se encuentran con dificultades para el aprendizaje e incluso pueden llegar a mostrar un tipo de comportamiento alterado. En análisis realizados a niños norteamericanos menores de seis años, se descubrió que una gran cantidad de ellos, uno de cada dos, tenía plomo en la sangre. Además, pueden generar problemas de riñón, cerebro, hígado o causar dificultades para la reproducción, entre otros inconvenientes.
No obstante, las investigaciones todavía se están realizando, y es ahora, gracias a este trabajo periodístico, cuando el tema está poniéndose en primer plano. Se espera que se tomen medidas y que se investiguen posibles soluciones para el gran riesgo con el que se encuentra la sociedad norteamericana. En España, aunque la situación no ha sido ni es la misma, no hace mucho se introdujo una nueva normativa sobre los postes de telefonía y todos los elementos que forman parte del mismo, lo que evitará problemas de contaminación en el futuro.