Uno de los aspectos clave del coche eléctrico es su mantenimiento. No por otro motivo que porque, al ser bastante diferenciador de uno que podemos encontrar de manera habitual en los convencionales de combustión, por ejemplo, estos se hacen con un nivel de piezas bastante distinto e inferior. De hecho, no contiene tantas piezas como podríamos contar con el resto. Pero, ¿cómo es su coste? ¿A cuánto puede ascender el mantenimiento de un coche eléctrico?
Las tareas de mantenimiento de un eléctrico
Siempre que hablamos de la mecánica o del sistema que rodea al coche eléctrico tenemos que hacerlo, de una u otra manera, con su mantenimiento. Aquí se ven tareas como, por ejemplo, revisar el estado de los amortiguadores o el alineado de la dirección que seguirá siendo como hasta acostumbrábamos.
Con él es verdad que no tendremos que cambiar el aceite, ni los filtros de aire y aceite, pero tendremos que revisar otros componentes como pueden ser los aislamientos y otros componentes. Asimismo, y aunque en un electrificado -ya sea 100% eléctrico o híbrido- se utilicen en gran medida las frenadas regenerativas que desgastan menos los frenos, seguiremos teniendo un sistema hidráulico-mecánico que acciona los frenos en las ruedas.
Es por ello que continuaremos que seguir prestando atención a ello, siendo necesario cambiar el líquido de frenos cada dos años, o, entre otros, revisar el estado de los latiguillos y pastillas. Por otro lado, mientras que la energía que obtiene el coche de combustión proviene de combustibles fósiles, la de un vehículo eléctrico lo hace mediante la inversión de campos magnéticos con bobinas alimentadas por una batería. Por lo que esta también requiere de, al menos, una revisión cada cierto tiempo. Todas estas tareas alrededor de los componentes son las que luego harán porque el coste de mantenimiento del coche eléctrico pueda hacer la diferencia.
Cada cuánto tiempo se hace
En el caso de la electrónica que equipan este tipo de vehículos, indudablemente tienen compuestos de electrónica y automatismos que, prácticamente, son los mismos. Salvo algunos detalles interiores y exteriores en la carrocería insignificantes, no existen grandes puntos discordantes entre los coches eléctricos y de combustión.
Dicho esto, entre los planes de mantenimiento debe existir el tiempo de revisión, el momento al que nos deberemos dirigirnos hacia el taller para comprobar su estado. Por ejemplo, tanto en el caso del Golf con motor de combustión como en el eléctrico, y aunque el número de operaciones es bastante inferior en el segundo, el periodo de revisión recomendado es de dos años o 30.000 km. Además, la extensión de los electrificados estira a ser mayor.
Luego, por su parte, hay algunas piezas más concretas, como son las baterías del coche eléctrico, que requieren de un control más seguido, puesto que, generalmente, tienen una vida útil de aproximadamente 8 años, donde admiten alrededor de 3.000 ciclos de carga total. La revisión de otros elementos se sigue haciendo igual en los coches eléctricos que en cualquier otro vehículo, como sucede con el estado de los amortiguadores o la alineación de la dirección.
En el caso de sus costes, todo depende, como todo. Pero generalmente el vehículo electrificado suele hacer porque tengamos unos gastos menores en comparación con lo que podríamos tener con el coche de combustión tradicional. No obstante, también es importante saber que hay algunos componentes que tienen bastantes diferencias a la hora de su uso.
Es bastante más económico
Por ejemplo, el caso de los neumáticos: estos tienden a degradarse más en uno electrificado con mayor velocidad. Esto es debido a su aceleración de salida. Al ser esta mayor que en un coche de combustión, la tracción que se requiere de las ruedas también es mayor y por lo tanto su rozamiento contra el asfalto.
El coste de mantenimiento de estas partes puede variar mucho de una marca a otra, pero elementos como los amortiguadores o el filtro del habitáculo, por ejemplo, tendrán el mismo precio que el los coches de combustión. Pero hay otros como la batería, la más cara, que haría incrementar las cifras.
A su vez, un propulsor eléctrico es menos susceptible de sufrir averías y apenas requiere de mantenimiento. No tiene piezas móviles sometidas a desgaste; ni aceite, filtros, bujías, calentadores o correas que cambiar de forma periódica. Otro ahorro significativo se produce con la transmisión: lo habitual es que monten cambio automático y no tengan embrague.
Según las mediciones, esto da como resultado un gasto medio de entre 3600 y 4000 euros un Golf convencional a lo largo de sus primeros 12 años de vida. En cambio, el que puede ser un Golf eléctrico supondrá un gasto medio de unos 1300 euros en el mismo periodo y siempre que ninguno de ellos sufra averías no programadas. Por tanto, sí; el coste de mantenimiento de un coche eléctrico es bastante más económico.