La semana que viene tendrá lugar el evento que otrora fuera una de las ferias de tecnología más importantes de nuestro país. Hablamos del SIMO, un gigante que, en realidad, está bastante muerto, y que no es nada en comparación que fue durante sus años dorados. Y es que, poco a poco, el SIMO paso de serlo todo a no ser nada, de la misma forma que pasó de no ser nada a serlo todo.
España vivió el nacimiento de esta feria allá por el año 1961 como algo muy diferente a lo que acabó siendo, un evento de exposición de material y mobiliario de oficina, de hecho, su propio nombre es un acrónimo que proviene de ahí, Salón Informativo de Material de Oficina, SIMO. No obstante, con los años fue reorientándose e introduciendo paulatinamente el material electrónico para los profesional, algo que fue desplazando al mobiliario, que quedó relegado a una feria secundario. Poco a poco, la feria fue ganando en afluencia, que se convirtió en uno de los pocos sitios donde el usuario podía conocer, tocar y probar esas nuevas tecnologías que no eran fácilmente accesibles.
Así, se convirtió en un gigante europeo, viviendo sus momentos más dulces en el año 2005, donde se ocuparon ocho pabellones, toda la zona exterior del IFEMA, y la zona de conferencias Norte del recinto, el SIMO estaba sobredimensionado. Se ocuparon 65.000 metros cuadrados, y eso que solo abría al público general durante el fin de semana, los días anteriores eran para el personal profesional. No solo había equipamiento electrónico para la oficina, sino que se había llenado de dispositivos móviles, videojuegos, robótica y, sobre todo, de las grandes marcas del mundo de la tecnología. Microsoft, Apple, IBM, Lenovo, Toshiba, HP, Intel y muchas otras ofrecían a los visitantes lo mejor en últimos avances tecnológicos para que pudieran tocarlo, palparlo y probarlo.
En el mundo de la telefonía móvil nos encontrábamos a Movistar, Vodafone y Orange, las tres grandes operadoras en España, con todas las novedades móviles. Y otras marcas como Sony o Philips llevaban al SIMO sus mejores productos. Universidades enseñaban lo que estaban haciendo en sus departamentos de I+D. Lo que empezó siendo una feria para empresas, se acabó convirtiendo en una feria para el público, donde se regalaban objetos y donde los panfletos de propaganda llenaban cajas y más cajas. Para los aficionados a la tecnología era un auténtico paraíso de luces y cables donde encontrar lo más nuevo.
No queda nada de aquel SIMO
En cambio, hoy en día no se parece en nada a aquello. El año pasado tan solo ocupaba un pabellón del IFEMA, y los cuatro gatos que se encontraban en la exposición, se peleaban por ver quién tenían el stand más triste. Y es que, desde el año 2008, cuando se canceló aquella edición porque los principales patrocinadores se negaron a acudir, la feria ha cambiado mucho. Se han olvidado del público general, y se centran únicamente en el sector profesional. Ya no hay nuevos productos de tecnología, ni videojuegos, ni propaganda de regalo. Aparte de unos cuantos móviles, parece la feria del tóner y los TPV, y muchos de los artículos que se exponen no pueden ni tocarse.
El SIMO ha muerto como creció, de la misma manera, sin ningún control. Los avances tecnológicos atraían la atención de la gente, que veía en el SIMO una gran oportunidad para desatar su pasión por la tecnología. La creciente asistencia a la feria, hizo que más empresas mostraran interés. No obstante, la gran cantidad de productos que había, y sobre todo, la variabilidad de ellos, es lo que la hacía tan frágil. En cuanto empezara a flojear por algún sector, iba a caer completamente. Y así ocurrió. No tenía sentido que hubiera videojuegos en una feria en la que algunas principales marcas fabricantes de ordenadores habían dejado de acudir. Ahora, los videojuegos tienen su propia feria, la Game Fest. Y lo mismo ocurre con los dispositivos móviles, que se reúnen cada año en la Mobile World Congress de Barcelona.
SIMO es ahora una feria dirigida a profesionales y empresas. Prueba de ello es que ya solo les quedan dos partners, Dell y HP. El cambio de orientación se produjo después de la cancelación de la feria en 2008. Se buscó algo más barato, y teóricamente más útil. No se dieron cuenta de que el éxito del SIMO residía en otro factor, en el de la gente que acudía a ella, y quizá les hubiera ido mejor si hubieran seguido apostando por el modelo anterior, con la esperanza de que hubiera vuelto a funcionar. Ahora, solo es una feria destinada a la desaparición o, en su defecto, a la minimización total. Interrnet es otro de los factores que ha tenido que ver y es que antes conocías noticias en la feria, hoy los usuarios las encuentran en la Red.