Microsoft dejará de dar soporte el próximo 8 de abril a un sistema operativo que todavía funciona en más del 28% de los ordenadores de sobremesa de todo el mundo, Windows XP. Sin embargo, según predicen algunos expertos, no abandonarán esta versión hasta que llegue Windows 9 en 2015.
Está decidido, no habrá marcha atrás. El próximo mes de abril, Microsoft terminará con el soporte de Windows XP definitivamente. Se acabaron las actualizaciones de seguridad para el que todavía es el segundo sistema operativo más utilizado en el mundo. Más del 28 por ciento de los ordenadores de sobremesa, el 95 por ciento de los cajeros automáticos y otro gran porcentaje de los portátiles de alrededor del mundo usan aún esta plataforma.
Algo más de dos meses para que previsiblemente veamos un cambio masivo de sistema operativo de estos usuarios y empresas. Aunque según algunos expertos del sector, puede que “masivo” no sea tal, y únicamente una parte decida abandonar ya Windows XP. Las previsiones marcan que la mayoría de estos usuarios que sí harán el cambio, lo harán a Windows 7, rechazando la actual plataforma, Windows 8.1.
De hecho, y más sorprendente aún es que indican, que muchos de los actuales usuarios de Windows XP ni siquiera cambiarán a Windows 7. Esperarán al próximo año, manteniendo a salvo sus equipos con los antivirus que sí seguirán mando apoyo al sistema, hasta que salga Windows 9 y entonces dar el salto.
Se espera que Windows 8.1 Update 1 traiga notables mejoras y será presentado por las mismas fechas, el próximo abril, por lo que parece que la intención de Microsoft es que los que aún utilizan XP actualizasen a este sistema. A pesar de los avances que presentará en busca de recuperar la confianza de los usuarios previo paso a Windows 9, no ha sido suficiente para terminar de convencer a la mayoría, y es por esto que una gran parte se saltará esta versión, tal y como ocurrió hace unos años con Windows Vista.
Uno de los principales factores es que algunas corporaciones no disponen de tiempo suficiente para acoger el largo y costoso cambio, mientras que otras empresas consideran directamente imposible actualizarse ahora para un año más tarde volver a cambiar y han decidido aguantar con la esperanza de que Windows 9 sea además, un sistema más apropiado.