Las fallidas y agoreras predicciones sobre el fin de la música por culpa de la piratería
«En cinco años esto desaparece. No habrá ni canciones ni música«. Con estas palabras varios artistas españoles vaticinaban en 2009 el fin de la música señalando a la «piratería» y a la falta de acciones por parte del Gobierno como culpables. Los años han pasado y el tiempo ha mostrado lo erróneo de sus predicciones.
El año 2014 era visto por la industria discográfica y por algunos artistas pertenecientes a ella como el momento en el que la música española habría desaparecido debido a la alta «piratería» que se daba en nuestro país. Tal y como recuerda Genbeta en un artículo, hace unos años un colectivo de músicos entre los que se encontraban Rosario Flores, Luis Eduardo Aute, Loquillo o el cantante de Mago de Öz, salía a la calle para protestar contra las descargas en la Red.
La protesta era una medida de presión para que el Gobierno entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero diese el empujó definitivo a la conocida como Ley Sinde. En su discurso no dudaron en asegurar que en caso de no actuar contra las descargas, el Ejecutivo sería en parte responsable del fin de la música y de la destrucción masiva de empleo en el sector.
Finalmente, la polémica ley se aprobó y se encuentra vigente en nuestro país. Sin embargo, las agoreras previsiones sobre el supuesto fin de la música y de las canciones se han confirmado como ridículas. Como han demostrado algunos informes en los últimos años, el negocio musical sigue generando beneficios millonarios, especialmente a las discográficas más importantes.
Lo que sí es cierto es que el consumo de música se ha modificado en la forma, pero ello no significa que el sector haya muerto. El formato físico a dejado paso al streaming y descargas legales. En Internet hemos visto cómo alternativas perfectamente legales como Spotify se han convertido en referencia a la hora de ofrecer estos contenidos, en lo que es un negocio sostenible por el que los usuarios pagan una cuota razonable.
A su vez, se ha disparado la presencia de grupos independientes que intentan hacerse un hueco en el mercado sin las discográficas. En la era de Internet resulta mucho más sencillo la distribución musical y a eso es a lo que teme una industria que ha dado evidentes muestras de agotamiento e incapacidad a la hora de adaptar su modelo de negocio. A día de hoy siguen pintando el futuro negro señalando a la «piratería» como responsable, pero podemos afirmar que los ciudadanos pueden estar tranquilos porque por suerte la música no desaparecerá debido a que el sector haya visto cómo parte de sus ingresos se minimizan sino que evolucionará su modo de distribución y de generar beneficios.