Es el dominador del mercado de los smartphones pero los inversores no acaban de confiar en la compañía por este mismo motivo. Nos referimos a Samsung, que sigue generando beneficios operativos millonarios pero las acciones no han dejado de caer en las últimas semanas.
Un interesante artículo de Wall Street Journal reflexiona sobre el arma de doble filo en que se ha convertido el negocio de los smartphones para Samsung. Hace solo unos días anunció los resultados operativos previstos para el segundo trimestre de 2013, en los que se espera un beneficio operativo de 6.500 millones de euros. Sin embargo, a pesar de suponer un récord con un crecimiento del 50% respecto al año anterior, las acciones del gigante surcoreano cayeron en ese mismo momento un 3,8%.
Con este descenso, en la actualidad sus acciones han perdido cerca del 18% desde junio, cotizando cerca de seis veces los beneficios previstos en 2013 y muy por debajo de la media de 10 años. ¿Qué motiva esta paradójica situación? La respuesta la encontraríamos en los propios smartphones, sus beneficios y la estrategia de la compañía.
Hasta hace poco suponían alrededor el 75% del total logrado por Samsung y esto preocupa a los inversores dado que temen que no sean beneficios sostenibles. La tremenda dependencia de los fabricantes hacia Android es vista como algo negativo. De hecho, desde la propia firma asiática se ha intentado reducir la relación con Google en los últimos meses como hemos visto en alguna ocasión. No obstante, éste no es el único motivo que lastraría al fabricante.
El hecho de que el Samsung Galaxy S4 se haya vendido en las últimas semanas por debajo de lo esperado también contribuye. A esto hay que unir que los costes de marketing de la compañía también han aumentando, provocando una reducción de los márgenes de beneficio. El haberse centrado de lleno en su papel como vendedor de móviles inteligentes no daría suficiente crédito en otras áreas de negocio según algunos analistas, que creen que debería enfocarse con mayor contundencia en la división de chips dado que se prevé un aumento considerable de los beneficios operativos en este área ante la solicitud de suministros por parte de otros fabricantes.
Por último, el artículo también señala que en caso de reducir su apuesta por los móviles tampoco podría ser suficiente para compensar la ralentización de sus ingresos en este sector. Los inversores considerarían que este mercado tenderá a quedar obsoleto a medio plazo y Samsung estaría demasiado centrado en él sin prestar atención a otros negocios. Veremos hasta qué punto se cumplen estas previsiones, pero en lo que se refiere al corto plazo es innegable que el éxito acompañará a la firma asiática durante bastante tiempo.