France Telecom anunció el lanzamiento hace unas semanas de un teléfono híbrido de nueva generación, Unik, que funciona como un fijo en casa o la oficina y como un móvil en la calle, con el mismo número. Además, el 17% de los hogares españoles ya no dispone de teléfono fijo y el tráfico de llamadas fijas ha caído en tres años del 72% al 55% por lo que el resto de operadoras buscan soluciones para integrar el teléfono fijo y el móvil.
Otras compañías como Vodafone han optado por seguir utilizando el terminal móvil pero aplicando tarifas fijas (más baratas) o móviles dependiendo del lugar desde donde se realiza la llamada. Y casi todas las nuevas soluciones pasan por empaquetar servicios de llamadas con Internet y televisión.
El móvil tampoco puede olvidarse del fijo por dos razones básicas. La primera, la bien ganada fama de que las tarifas del móvil son mucho más caras que las del fijo, una llamada desde un móvil puede ser hasta cinco veces más cara que desde un fijo.
La segunda es la conexión a Internet. El móvil ha desarrollado la HSDPA (Acceso a Paquetes de Datos a Alta Velocidad), con una calidad equiparable al ADSL, pero aún muy insuficiente para un usuario intensivo que se pase el día descargándose contenidos de la Red.
Diferentes propuestas
Así que, operadores fijos y móviles se han puesto a la faena de la convergencia, aunque cada uno con métodos muy distintos. Las compañías de telefonía fija (British Telecom, France Télécom, Deutsche Telekom o TeliaSonera, entre otros) han optado por soluciones como los terminales híbridos fijos-móviles, tarifas planas y bonos que incluyen ambos tipos de llamadas, o acuerdos con compañías celulares para ofrecer precios especiales en las llamadas a móviles.
Por su parte, los operadores de móviles como Vodafone o la filial de Telefónica O2, han optado por otro modelo completamente opuesto porque creen que la sustitución del móvil por el fijo es imparable: sin necesidad de cambiar de terminal ni de red, aplicar tarifas distintas cuando se llame desde el hogar o la oficina (tarifa fija) o desde fuera (tarifa móvil).
La primera dificultad con la que se topan estos productos es la escasez de terminales. Frente a una gama casi interminable de teléfonos móviles, apenas algunas marcas (Nokia, Samsung y Motorola, por ahora) comercializan terminales híbridos. ¿Aceptarán los usuarios españoles, acostumbrados a cambiar de móvil cada año y medio y para los que el teléfono es un objeto de moda y de estatus social, someterse a una gama tan reducida?