La UE hizo y escondió un informe que demuestra que la piratería no es mala
Organismos dedicados a la protección de los derechos de autor y la propiedad intelectual, en ocasiones, encargan a una consultora que lleve a cabo una investigación en torno a la piratería. Es lo que hizo la Comisión Europea con la consultora holandesa Ecorys, a la que pagó 360.000 euros. Y lo hizo para investigar en torno al efecto de la piratería sobre la venta de contenidos protegidos por derechos de autor. El resultado no fue exactamente el que esperaba la Comisión Europea, y por eso no supimos nunca de este informe.
Fue en el año 2014 cuando la Comisión Europea encargó a Ecorys este informe, con un coste de 360.000 euros. Se pretendían hallar, en datos objetivos, los efectos negativos de la piratería sobre la comercialización de contenidos protegidos por derechos de autor. El informe se terminó en mayo del año 2015, y sin embargo no fue publicado. Eran nada menos que 300 páginas en las que, para sorpresa de la Comisión Europea, se sugería que no había evidencias del impacto negativo de la piratería sobre las ventas de este tipo de contenidos. Únicamente con algunas excepciones para estrenos en cine.
La CE pidió un informe sobre piratería ¿por qué no hizo públicas las conclusiones del mismo?
‘Los resultados del estudio no muestran evidencia estadística de impacto negativo sobre las ventas, por las infracciones en contra de los derechos de autor’. Esta es una de las conclusiones que se pueden leer en este informe, aunque comentan también que ‘no significa que la piratería no tenga efecto’. En el análisis estadístico que llevaron a cabo para la elaboración de este informe concluyen que ‘no se prueba efecto con una probabilidad suficiente’. Y no es el primer estudio que ha extraído conclusiones similares a esta.
El problema no está en las conclusiones del análisis, sino en que la publicación se evitó de forma deliberada, a pesar de que la investigación fue financiada con fondos públicos, porque los hechos encubiertos apuntaban en contra de la agenda política de la Comisión Europea. Es decir, que estos datos se ocultaron con pleno conocimiento, porque la Comisión Europea esperaba que los resultados arrojasen evidencias sobre un efecto negativo de la piratería en contra de las ventas de contenidos protegidos por derechos de autor. Y no fue así.