A la hora de montar un ordenador, elegir una tarjeta gráfica dedicada dependerá de para qué lo vayamos a usar. Por suerte, si elegimos un procesador Intel Core éstos vienen equipados con una tarjeta gráfica integrada, que nos permiten usar el PC sin problemas mientras tomamos esa decisión.
Las tarjetas gráficas integradas ya no se incorporan en las placas base desde hace más de 5 años
Y es importante recalcar el hecho de que sí, la tarjeta gráfica integrada se encuentra en el procesador, y no en la placa base. Es un error que he oído con mucha frecuencia incluso este mismo año, y todo debido a que antiguamente las placas base sí que incluían un chip de gráficos integrados (IGP), aunque con la potencia casi de una patata, pues eran chips minúsculos con una pequeña refrigeración pasiva.
Estos chips estaban fabricados por diversas empresas, como ATI, NVIDIA, SIS o VIA. Desde 2012, ningún fabricante incluye las tarjetas gráficas en la placa base, pasando a hacerlo todos en el procesador; Intel desde 2009, y AMD desde 2010.
Por ello, el hecho de que veamos salidas (o incluso entradas) de vídeo en una placa base no quiere decir que ésta sea la que equipa la tarjeta gráfica integrada de la placa base, sino que esas salidas son para la señal de vídeo de la tarjeta gráfica integrada en el procesador.
Así, actualmente todos los procesadores que Intel de la serie Core i3, i5, i7, Pentium, Celeron y Atom incluyen algún modelo, más o menos potente, de Intel HD Graphics. Los procesadores Xeon de alto rendimiento para workstations y servidores no las llevan porque así hay más sitio para equipar más potencia de procesador, ya que estos procesadores suelen equiparse con tarjetas gráficas dedicadas para tareas de alto rendimiento. Los Intel Core X, destinados para entusiastas y profesionales (incluyendo los nuevos Core i9) tampoco llevan gráficos integrados.
Las APUs y los procesadores con gráficos integrados: los sustitutos más lógicos
La decisión de no incluir tarjeta gráfica integrada la ha seguido también AMD con sus procesadores Ryzen, tanto los Ryzen 3, 5 y 7, como con los Threadripper (y también con Epyc). Estos chips van destinados, en principio, a entusiastas y usuarios que buscan el máximo rendimiento de su PC, por lo que requieren equiparlos junto con una tarjeta gráfica dedicada.
Además, AMD no tenía finalizada Vega cuando lanzó estos procesadores al mercado, por lo que esperarán a lanzar los Ryzen Mobile para portátiles y las APUs (CPU+GPU) para sobremesa para aprovechar y equipar tarjetas gráficas integradas de rendimiento aceptable. Este es el motivo de que las placas base de Ryzen (como las de chipset X370) tengan salidas de vídeo, ya que lanzarán APUs para el socket AM4 que utilizan estas placas.
El movimiento lógico de la industria de pasar a incluir las tarjetas gráficas integradas en los procesadores en lugar de la placa base es muy lógica en términos de rendimiento y calor. El procesador suele contar con un buen disipador, pudiendo el usuario elegir disipadores por aire de más de 1 kg de peso, o refrigeración líquida para tener la mejor temperatura en tareas exigentes. Si se incluye un chip gráfico en la placa base, se generan muchos problemas de temperatura al ser un chip con disipación pasiva, además de tener un rendimiento muy bajo.