Los videojuegos podrían llegar a las Olimpiadas en 2024

Los videojuegos podrían llegar a las Olimpiadas en 2024

Carlos González

¿Quién dijo que los videojuegos no son un deporte? Ahí están los eSports, las competiciones de videojuegos que poco a poco van ganando patrocinadores y adeptos. Tanto es así que en los Juegos Olímpicos de París 2024 se está considerando que los videojuegos entren a formar parte como una disciplina deportiva en la que, como en el resto de deportes, se compita por el oro olímpico. Eso es lo que ha comunicado Tony Estanguet, co presidente del comité de la candidatura de Francia a la prensa.

La llegada de los videojuegos a los Juegos Olímpicos de París 2024 ‘está en discusión’ según han informado. Es algo que se debe valorar, comentan, y se está valorando. Además, según han explicado, ya se están produciendo las primeras conversaciones para ‘establecer puentes’ posibles entre las Olimpiadas y los eSports. Desde el comité de la candidatura francesa aseguran que no sería justo decir que ‘no’ desde un principio, y que es interesante interactuar con el entorno de los deportes electrónicos para comprender mejor cómo funciona y por qué tienen tanto éxito.

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París podría tener las primeras Olimpiadas con videojuegos

La lista de eventos de los Juegos Olímpicos de París 2024 empezará a tomar forma desde 2019, pero no será hasta después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando se establecerá la lista oficial de deportes que allí se disputarán. Pero en todo esto, no sólo deben tomar una decisión sobre si incluir los eSports, o no, dentro de las Olimpiadas. Habría también que definir de qué manera, y todos los detalles sobre la forma de proceder con los deportes electrónicos dentro de los Juegos Olímpicos que se disputarán en siete años en la capital francesa.

Ya en el año 2014 Rob Pardo, director creativo de Blizzard en aquel año, aseguró que hay argumentos para que los eSports entren a los Juegos Olímpicos. Según el directivo, en los deportes electrónicos se muestran habilidades competitivas. Los jugadores tienen reflejos realmente elevados –para lo que, por cierto, tienen horas y horas de entrenamiento-, y la capacidad de tomar decisiones muy rápidas sobre la marcha. Efectivamente, el juego competitivo tiene público y sus profesionales han demostrado estar a la altura de lo que se espera de un deporte.