¿Por qué me sale Netflix en inglés o Google en ruso? El gran problema de las IPs
La dirección IP de un dispositivo es lo que permite su identificación dentro de Internet. De tal forma que la comunicación con servidores está perfectamente ordenada. Es decir, que el cliente puede enviar una petición, recibirla el servidor, y responder de forma inequívoca aunque esté atendiendo las de otros dispositivos. Ahora bien, a través de los rangos de direcciones IP se aplican también limitaciones y bloqueos por geolocalización. Y aquí es donde pueden venir los problemas para los usuarios.
La escasez de direcciones IP, por las limitaciones del sistema IPv4, ha provocado que la disponibilidad de direcciones IP para los operadores –en algunos casos- sea variable. Es decir, que estas direcciones IP los operadoras las compran de forma periódica y distribuyen a sus clientes. ¿Qué importa esto? Importa, en tanto que las direcciones IP pueden haber sido utilizadas anteriormente en otros países, y por tanto estar afectadas –cuando vamos a utilizarlas- por los bloqueos regionales de acceso a determinados contenidos. Es decir, que si nos entregan una dirección IP extranjera podemos sufrir problemas como, por ejemplo, que Netflix aparezca en inglés, o en otro idioma, y que páginas web como Google no aparezcan tampoco en español.
Ocurre porque las bases de datos de direcciones IP no se actualizan suficientemente rápido. No es culpa de tu operador ni de quien presta el servicio que está dándote problemas.
Si el problema únicamente es con el idioma de Netflix, es decir que lo vemos en otro idioma distinto al nuestros, siempre podemos probar a cambiar el idioma en Netflix y comprobar si todos estos problemas se solucionan o el problema viene asociado a nuestra dirección IP.
Por qué puedes acabar con una ‘dirección IP extranjera’
Las direcciones IP, como decíamos, son compradas por los operadores. Todas estas direcciones IP quedan registradas en bases de datos que se actualizan de forma periódica y agregan información como la ubicación. Es decir, que en ciertas bases de datos aparece de dónde es una dirección IP. Y cuando se utiliza en otro país, quizá la base de datos tarde en actualizarse, y por tanto la consulta que haga el determinado servicio de Internet obtenga un resultado equivocado. A fin de cuentas, todo esto se resume en que tu operador puede entregarte una IP que antes se usaba en otro país, y todavía no se ha dado la ‘instrucción’ de que está siendo utilizada en España.
La escasez de direcciones IPv4 es lo que ha originado este dinamismo en la identificación de dispositivos, y la discordancia entre bases de datos e IPs en uso.
En determinados casos no nos daremos cuenta porque no se apliquen bloqueos regionales de acceso a determinados contenidos, o porque no accedamos a portales web donde esto pueda ser notable. Sin embargo, fácilmente podemos encontrarnos –si se da el caso- con que un servicio no funciona porque ‘está bloqueado en nuestro país’, o aparece en un idioma que no es el español. Recientemente, por ejemplo, ha ocurrido que HBO España no cargaba a los usuarios porque tenían ‘direcciones IP rusas’. Algo falso, pero mostrado así por la desactualización de las bases de datos.
¿Qué puedo hacer si me ‘bloquean’?
Lo mejor que puedes hacer, probablemente, es esperar. El ritmo de actualización de estas bases de datos de direcciones IP es rápido, y puede ser cuestión de horas que los problemas desaparezcan. En caso de que esto no nos convenza, también hay otra solución que es utilizar un servidor proxy. De esta forma, igual que con una red privada virtual o VPN conseguiremos engañar al servidor con el que estamos conectando y, así, conseguiremos que identifiquen la conexión como española. El problema, evidentemente, es que esto implica lentitud.
En Europa ya se ha lanzado la propuesta de eliminar las barreras regionales de contenidos, pero mientras tanto este problema puede seguir dándose. Otra solución que está en camino es la implementación de IPv6. Tanto una como otra solución tardarán algún tiempo en estar disponibles, y mientras tanto el único ‘puente’ que pueden utilizar los usuarios, en caso de que ocurra esto, es ‘engañar’ al servidor utilizando un proxy para el acceso –con una IP identificada como española-, o bien utilizar una red privada virtual -VPN- que cumpla exactamente el mismo requisito.