Guía: cómo entender las especificaciones técnicas al comprar unos auriculares
Cuando compramos determinados productos, normalmente establecemos un rango de dinero que queremos gastarnos, y en función de eso vamos acotando. Cuando hay poca variedad, la elección suele ser más fácil; con los auriculares la variedad es abismal. Por ello, vamos a hacer una guía para entender todos los números y datos que los fabricantes dan de sus auriculares para elegir el mejor en función de sus características o especificaciones técnicas.
Tipo
De botón: estos auriculares no cuentan con el aislamiento de ruido de los in-ear, y suelen ser los de menor calidad al tener un mal aislamiento y unas frecuencias malas debido a su construcción. Al no adaptarse correctamente a la oreja, perderemos muchos matices en el sonido.
In-ear: este tipo de auriculares van insertados directamente en la oreja, y se quedan dentro gracias a unas almohadillas. Estas almohadillas están disponibles en diversos tamaños en función del tamaño de nuestra oreja, y tendremos que elegir el más adecuado. Normalmente suelen traer tres tamaños: pequeño, mediano y grande. Por Internet podemos comprar repuestos y con una mayor variedad de tamaño.
Mini supraaurales: también encontramos algunos que se acoplan tipo diadema, ideales para hacer deporte, que suelen ser nombrados como “mini supraaurales”.
On-ear (supraaurales): estos auriculares suelen ser de diadema y tienen un diámetro de tal manera que cubran casi toda la oreja, yendo apoyados sobre ellas. Suelen ser cómodos para hacer deporte o andar por ciudad, gracias a que su tamaño suele ser más reducido que los circumaurales
Over-ear (circumaurales): por último, tenemos que los circumaurales son más grandes y voluminosos, debido a que descansan en la cabeza en lugar de apoyarse en la oreja. Por ello, suelen ser los más adecuados para largas sesiones de uso, como puede ser jugar o ver películas, y los que mejor calidad de sonido ofrecen.
Abiertos o cerrados
Otra característica que encontramos en los auriculares es que éstos sean abiertos o cerrados. Esto se refiere a si la parte externa de cada auricular (la que mira hacia fuera) es cerrada o abierta. Si es cerrada, el aislamiento de ruido será mucho mejor, y el efecto que genera es similar a un auricular in-ear, solo que con más calidad y potencia.
Por otro lado, los auriculares abiertos dejan pasar el sonido, haciendo que éste se escuche también por otra persona si los utilizamos en una misma habitación o en un lugar público. Según afirman muchos audiófilos, la calidad de sonido de los abiertos es mejor porque ofrece un sonido más natural, además de ofrecer menor presión en la cabeza.
Frecuencia
El oído humano “sólo” escucha entre frecuencias de 20 Hz y 20.000 Hz. Los 20 Hz representan la frecuencia más grave que puede oír el ser humano, mientras que los 20.000 Hz representan la más aguda. Es por ello que el estándar en los auriculares sea de esas frecuencias, no debiendo nunca comprar unos auriculares que tengan menos de esas frecuencias.
Otros auriculares ofrecen frecuencias más amplias, que llegan por ejemplo a entre 5 Hz y 33.000 Hz. El hecho de que se ofrezcan frecuencias superiores a las que puede escuchar el oído humano tiene que ver con que hay sonidos que se sienten más que se oyen. Por ejemplo, al ofrecer unas frecuencias de graves de 5 Hz, los graves se sienten mejor.
Impedancia
La impedancia es la resistencia eléctrica medida en ohmios. Cuanto mayor sea la impedancia, mayor resistencia, lo cual significa que se necesitará más energía para hacer funcionar los auriculares. Los auriculares más grandes y de mayor calidad suelen tener una impedancia mayor, de 32 a los 600 ohmios. Para obtener la mejor calidad de sonido con una alta impedancia, es muy recomendable utilizar un buen amplificador.
Cuanto mayor es la impedancia, al usarse más energía, las interferencias quedan minimizadas, de ahí que sea más común oírlas en unos auriculares in-ear de 20 euros que en unos circumaurales de 150 euros. Normalmente, con una impedancia de 32 o más ohmios el ruido tiende a desaparecer. Lo más común son auriculares in-ear de 16 ohmios, supraaurales de 32 ohmios y supraaurales de 32 o más ohmios, siendo entre 60 y 80 ohmios más que suficiente para buena calidad de sonido sin necesitar un amplificador. Por encima de 100 y hasta los 600 ohmios deberíamos plantearnos seriamente utilizar un buen amplificador.
Sensibilidad
La sensibilidad de unos auriculares normalmente se mide en decibelios (dB). En concreto, la medida que se da son los decibelios que los auriculares ofrecen con una señal de 1 mW (medido en dB/mW) por acortar. Cuantos más decibelios, más volumen pueden alcanzar los auriculares. Hay que tener en cuenta que a partir de los 120 dB es cuando el oído humano empieza a reemplazar la sensación de oír por la sensación de dolor.
Los móviles, al optimizar la batería, ofrecen baja potencia para los auriculares, por lo que se obtendrá la mejor experiencia con los auriculares que ofrezcan decibelios más altos (de 90 dB para arriba). Si por el contrario tienen una sensibilidad baja, como ocurre en los in-ear, será necesario subir el volumen, generando distorsión y un mayor consumo de batería.
Tamaño de driver
El driver, o transductor, es propiamente el tamaño del “altavoz” que tiene cada auricular. Así, los auriculares circumaurales suelen generar una mejor calidad de sonido al poder equipar un transductor más grande que ocupe todo el pabellón auditivo, permitiendo crear un sonido más rico y cercano a la realidad, con más detalles y matices. Como ocurre con el precio, un mayor tamaño no significa que la calidad sea mayor, pero por regla general los auriculares con transductores superiores a los 40 mm ofrecen una gran calidad.
Cancelación de ruido
Algunos auriculares, sobre todo los inalámbricos, cuentan con cancelación de ruido activa. Este tipo de aislamiento atenúa el ruido exterior. Para ello, se crea una señal que anula lo que va recogiendo el micrófono de los auriculares, siendo más eficiente con bajas frecuencias que en altas.
Dicho esto, llega un punto en el que las diferencias entre comprar unos u otros son factores puramente subjetivos, pues habrá quien prefiera más graves o más agudos. Cuando estamos acostumbrados a unos auriculares, puede que al principio nos cueste acostumbrarnos a los nuevos. Si después de estar usándolos durante una o dos semanas nos son incómodos o no nos gusta cómo se oyen, podemos optar por devolverlos. También depende del tipo de música que queramos escuchar, pues algunos sonarán mejor para rock o para house, mientras que otros serán mejores para música clásica. Si tenemos en cuenta todo lo anterior, no tendremos problemas con los auriculares.