De momento, tanto la realidad virtual como la realidad aumentada se han centrado en los videojuegos, pero prometen también una revolución para la comunicación. Microsoft HoloLens es una de las varias tecnologías que reúne estos dos conceptos, y además los hologramas, para recrear entornos virtuales interactivos, algo que se comprende mejor cuando lo visualizamos en vídeo. Pero la compañía de Redmond quiere dar otro golpe sobre la mesa con nada menos que el teletransporte, un concepto realmente llamativo.
Microsoft HoloLens no es el único dispositivo necesario, evidentemente, Utilizando el casco de realidad virtual podemos ver, sobre el entorno físico real, esta realidad aumentada. Ahora bien, las imágenes que con un avance de su tecnología se pueden introducir no son sino las de otras personas, que gracias al conjunto de hardware se pueden recrear en un espacio remoto. Es decir, yo esto aquí, y otra persona allá, y con este conjunto de hardware de Microsoft HoloLens, ambas personas podemos cambiarnos de posición para estar juntos, tanto en un sitio como el otro, gracias a una recreación virtual.
Lo cierto es que la demostración es realmente alentadora, y este concepto que parece sacado de una película de ciencia ficción es viable y funcional actualmente. Ahora bien, las posibilidades de Microsoft HoloLens, según esta aplicación, tienen limitaciones importantes por varios motivos. En primer lugar, que se requieren varias cámaras de grabación de vídeo en 3D para el reconocimiento de los sujetos. Por otro lado, el hardware de las propias HoloLens para recrear este teletransporte. Y claro, esta tecnología no funciona, de momento, sino en espacios muy marcados por sus formas. Básicamente, en habitaciones cuadradas con este tipo de videocámaras dispuestas en torno al sujeto a ‘teletransportar’.
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Cómo no, en el vídeo de demostración se pueden ver algunos fallos de imagen e imprecisiones comunes en proyectos en fase de desarrollo. En cualquier caso, es algo así como una evolución de la videollamada en un salto cualitativo muy a tener en cuenta. Ya no se trata de la visualización de una imagen plana de otra persona, sino de la recreación en tres dimensiones del sujeto con el que nos estamos comunicando, y además interactuando con nuestro entorno. ¿Acabará esto formando parte de nuestras vidas?
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