Ayer la compañía de Cupertino presentaba su primer reloj inteligente tras dos años desde que se iniciaran en este sector los principales fabricantes del mundo de la tecnología. Llegó tarde, han señalado muchos medios y usuarios. Sin embargo, Apple volvió a demostrar ayer que sí, la innovación sí es lo suyo. Al menos, demostraron que sí son capaces de ir un paso por delante de la competencia… ¿o no?
Durante el evento de ayer, Apple presentó varios nuevos dispositivos. Apple Watch es su primer reloj inteligente, pero la compañía de Cupertino hizo énfasis también en su gama de ordenadores introduciendo el nuevo MacBook y renovando la gama de MacBook Air y MacBook Pro. Con el nuevo portátil de 12 pulgadas, el MacBook, Apple se atrevió a simplificar las conexiones a una única entrada/salida de tipo USB Type C, algo que por el momento ninguno de sus competidores se ha atrevido a hacer. Pocas horas después de la presentación, la crítica se ha abalanzado sobre, pero ¿está Apple caminando un paso por delante? Repasemos su historia.
No brindar soporte a Adobe Flash era «contrario a la competencia»
La compañía de Cupertino, que fue criticada en su momento por ello y denunciada por prácticas presuntamente monopolísticas, decidió no brindar soporte a Adobe Flash. Más tarde, Apple ha visto cómo los competidores que denunciaron la iniciativa han dado la razón a esta decisión. De hecho, Google es una de ellas, y en los últimos meses hemos visto cómo cerraba puertas al formato Flash en favor del HTML 5.
Las pantallas táctiles hoy son algo normal
En la imagen anterior podéis apreciar cómo eran los móviles antes del iPhone original (izquierda) y cómo son tras su lanzamiento (derecha). Recordamos, en este sentido, que el primer iPhone fue presentado por Steve Jobs en el año 2007 y, como respuesta, a Steve Ballmer (Microsoft) no se le ocurrió sino reírse porque costaba 500 dólares. Actualmente, el iPhone original se plantea como uno de los puntos de partida de la telefonía inteligente tal y como la conocemos y, por otra parte, ha supuesto la generalización de las pantallas táctiles.
El primer iPad… y después todas las tabletas
Con el primer iPad, la compañía de Cupertino se arriesgó en el mercado de las tabletas tratando de convencer a los usuarios de un formato de dispositivo en absoluto popular. En realidad, originalmente estaban limitadas a las funciones de un teléfono inteligente, pero sin la posibilidad de hacer llamadas. Se lanzó por primera vez en 2010 y casi cinco años después todos sus competidores mantienen dispositivos de esta categoría en el mercado. Además, las intenciones de los principales fabricantes pasan por ofrecer soluciones que sirvan, al cien por cien, como alternativa a los ordenadores portátiles -para usos incluso profesionales-.
¿Necesitan los ordenadores una unidad óptica?
Aún encontramos compañías que tratan de salvar el «formato físico» y, evidentemente, las soluciones ópticas siguen con vida y en un proceso de desarrollo constante. Sin embargo, hace ya años Apple apostó por eliminar las unidades ópticas de gran parte de sus ordenadores, lo que una vez más supuso la queja de consumidores y la mofa de sus competidores. Habiendo pasado ya el tiempo, los «ultrabook» de cualquier fabricante prescinden de este hardware para reducir sus dimensiones y peso.
Los portátiles ya sólo necesitan un cable para todo… o no
Por último, ayer presenciamos el último «gran atrevimiento» de la compañía de la manzana mordida. La crítica, como adelantábamos, ya se ha echado sobre Apple asegurando que «no tiene sentido un único conector». Sin embargo, este único conector es el USB Type C, sobre el cual ya os hemos mostrado las especificaciones, y que se plantea como estándar europeo.
Reducir las conexiones a un único puerto USB Type C implica usar la misma entrada/salida para la carga de batería, transferencias con discos duros o unidades de estado sólido, salida de imagen HDMI o VGA y demás. Evidentemente, para conectar este tipo de periféricos y accesorios de forma simultánea necesitamos un adaptador que, como ya sabemos, Apple venderá por 80 euros. Ahora bien, como señalábamos este cable se plantea como estándar en Europa, y una importante parte de los usuarios sólo conecta y desconecta el cargador. ¿Será este el «paso por delante» que Apple quiere dar ahora?