Los metadatos están en los archivos que creamos, que descargamos, que enviamos a nuestros amigos. Son datos, sí, pero ¿qué son? ¿qué información tienen? ¿cómo afectan a nuestra privacidad? Esto es lo que debes saber con los metadatos o cómo podemos consultarlos o eliminarlos de un archivo o documento concreto.
En el momento de navegar por Internet o enviar archivos a tus amigos, hay que tener en cuenta un aspecto: todo está compuesto por metadatos. Para que puedas hacerte una de qué son exactamente, es como el rastro que cada usuario va dejando en la red. Por lo que, de esta manera, es posible encontrar información al respecto en ese sentido.
Qué son los metadatos
¿Qué es un metadato? En resumidas cuentas, podríamos decir que los metadatos son datos sobre los datos. Información sobre los datos que tiene un documento, una imagen, un archivo, una página web. Información sobre un documento que nos permitiría, por ejemplo, saber quién es el autor o cuándo se creó. Sobre una imagen, por ejemplo, permitiría saber cómo se hizo o cuál es el tamaño, se usó o no se usó zoom o con qué teléfono móvil o cámara de fotos se ha hecho esa fotografía.
Dependiendo del documento o archivo en sí nos dará una información u otra. Como ya hemos dicho, de una fotografía nos dará todos los ajustes o modelo de la cámara, pero también hay metadatos de una web HTML que nos da detalles e información sobre las etiquetas, las características y todo lo relacionado con la página web en sí. Así, podemos encontrar metadatos en un sinfín de archivos o softwares, como Word, WordPress, Photoshop o en bases de datos Oracle, entre otros.
¿Para qué sirven?
Son datos de los datos y su finalidad es darnos información que nos ayude a saber más pero, sobre todo, a poder organizar y categorizar mejor. Lo explica el propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en su propia página web: “Los metadatos ayudan a organizar y mantener la inversión de una organización en los datos y proporciona además esa información en forma de catálogo. El desarrollo coordinado de los metadatos evita duplicar esfuerzos asegurando que la organización es consciente de la existencia del conjunto de datos”.
Así, los metadatos son fundamentales en el entorno digital, ya que ayudan en la estructuración de la información y contribuyen a identificar la relevancia de lo que estás buscando. Nos permiten organizar la información, recopilarla atendiendo a unos criterios concretos, por ejemplo. Dependerá de los metadatos que estemos consultando que sirvan para una cosa u otra. Pueden servir de identificación, pueden ser útiles para ordenar y categorizar, para ubicar un documento o un archivo en el espacio.
Toda información, sea cual sea su soporte, contiene metadatos. Por ejemplo, para una novela serían el nombre del autor, la fecha de publicación o la editorial. Ahora, en un entorno cada vez más digitalizado, los metadatos son fundamentales para gestionar el gran volumen de información disponible.
En cualquier caso, hay que tener claro que si se gestionan de manera correcta, lo cierto es que te puedes beneficiar de una serie de aspectos. Como puede ser el hecho de reutilizar o intercambiar dichos datos con diferentes fines. Al igual que puedes aprovecharlos para conseguir encontrar datos que te sean de utilidad. Y esto es solamente el principio.
¿Cómo crear los metadatos?
Puede que se creen automáticamente (en la mayor parte de los casos) o que tengas que crearlos de forma manual. Lo normal es que se creen de forma automática sin que tú tengas que hacer nada, en el caso de las imágenes o los documentos. EL software que utilizamos para crear un archivo registra automáticamente esos metadatos. O igual tu teléfono móvil o tu cámara. Puedes verlo fácilmente al consultar los metadatos de una foto: verás que tienes en la información la apertura, la velocidad ISO, el dispositivo, el fabricante del dispositivo, el flash o no. ¿Los has escrito tú manualmente al hacer la imagen? No, se han grabado de forma automática sin que lo sepas o sin que pretendieses que se grabe, por ejemplo.
Pero no siempre es así y puede ser que tengas que grabarlos o crearlos manualmente si tienes una base de datos, por ejemplo. Si tienes una agencia de noticias y quieres organizar todas las imágenes para encontrarlas posteriormente más fácil cuando las necesites como recurso. En ese caso, podemos añadir datos extra que no estén como el nombre del fotógrafo o incluso las personas de la foto. Esto no sería un método manual sino semimanual porque ya habría previamente información y tú añades algo más. Es lo más frecuente, junto con lo automático.
Tipos de metadatos
Hay varios tipos de metadatos que podemos encontrar, pero se pueden clasificar atendiendo a diferentes criterios como variables o no, por ejemplo, o teniendo en cuenta su contenido o según la función que cumplan esos datos en concreto.
- Según su función (como su propio nombre indica, ¿qué función cumplen?)
- Lógicos: Estos datos se encargan de explicar de qué manera los datos simbólicos pueden usarse para hacer deducciones de resultados lógicos, caracterizándose de esa manera por la compresión.
- Simbólicos: Estos se encargan de detallar los siguientes tipos de datos, los subsimbólicos. Se puede decir brevemente que se encargan de darle sentido.
- Subsimbólicos: Estos no contienen información alguna sobre su significado.
- Según su variabilidad (¿cambian a lo largo del tiempo?
- Inmutables: Esto datos no cambiarán nunca, independientemente de la parte que sea visible.
- Mutables: Estos, por contra, son aquellos que difieren a los demás, e incluso pueden ser diferentes parte a parte.
- Según su contenido. En el último caso, son ordenados u organizados según su contenido, pero dependerá de los propios metadatos que tengamos unos tipos u otros para su clasificación.
También hay varios tipos de metadatos, que se utilizan para diferentes propósitos y en diferentes contextos:
- Metadatos descriptivos: Estos son los metadatos que describen el contenido y el significado de los datos. Por ejemplo, en una fotografía digital, los metadatos descriptivos pueden incluir información sobre el autor, la fecha y el lugar en que se hizo la fotografía, la cámara utilizada y las características técnicas de la imagen.
- Metadatos estructurales: Estos son los metadatos que describen la estructura y la organización de los datos. Por ejemplo, en un libro electrónico, los metadatos estructurales pueden incluir información sobre el título, el autor, el índice, los capítulos y las secciones.
- Metadatos administrativos: Estos son los metadatos que describen la gestión y el uso de los datos. Por ejemplo, en una base de datos, los metadatos administrativos pueden incluir información sobre la propiedad de los datos, los permisos de acceso, las políticas de seguridad y las fechas de creación y modificación.
- Metadatos de uso: Estos son los metadatos que describen cómo se utilizan los datos. Por ejemplo, en una página web, los metadatos de uso pueden incluir información sobre las palabras clave utilizadas, los enlaces a otras páginas, las estadísticas de acceso y las interacciones de los usuarios.
Principales usos de los metadatos
Los metadatos tienen generalmente un uso muy concreto, establecido previamente y que no va a diferir de ahí. Sin embargo, la virtud que tienen estos es que son totalmente multifuncionales, y de hecho los beneficios que hay en su utilización son casi innumerables. Estos «datos sobre datos» proporcionan información que se vuelve esencial y de interés para mejorar la gestión de los datos.
Hoy en día son cada vez más los datos que están digitalizados, por lo que la gestión y organización de estos se vuelve clave, y todo sea dicho, imprescindible. Como digo, este es el punto clave de los metadatos, pero estas son las principales ventajas de su utilización en el mundo digital:
- Mayor facilidad para la búsqueda y el análisis de datos: Los metadatos son como el GPS de los datos. Su correcta utilización hace que sea mucho más fácil el análisis y la localización de estos, facilitando además la transformación y la auto documentación.
- Potencia la estandarización: Los metadatos se vuelven claro para evitar que haya errores en los datos, haciendo que el ciclo de vida de estos sea más largo. Esto permite que se cree una visión más amplia desde que se crea hasta que se consume.
- Ayuda a la integración: La integración con los metadatos permite a que se mejore la gestión de los datos de una forma global.
- Informes más fiables: Al gestionar los metadatos de manera más precisa también conseguiremos que los informes se emitan de manera fiable y segura.
- Desarrollos mucho más eficientes: El correcto acceso a estos «datos sobre datos» hace que los procesos sean mucho más cortos y de esta manera se podrán incluso rebajar costes, algo muy importante.
- Intercambio de datos: Otro de los aspectos por los que se pueden usar los metadatos consiste básicamente en el intercambio de información que se puede llevar a cabo entre plataformas, y todo con el fin de buscar información o aumentar la productividad que tengan los desarrolladores de dichas webs o plataformas.
- Alto índice de seguridad: No podíamos hablar de los metadatos sin recordar que gracias a ellos el nivel de seguridad aumenta, especialmente en el momento en el que se producen cambios.
- Gestión de cambios: La gestión de estos hace que se tenga una visión muy completa y mejorada de los datos, además de mejorar el control sobre ellos gracias a procesos de automatización.
- Clasificación de información: A través de ellos podemos clasificar los datos atendiendo a diferentes aspectos, como la búsqueda de información relevante.
- Mejora constante: La información que se obtiene gracias a los metadatos puede ayudar en la toma decisiones, especialmente en aquellas empresas que deben mejorar productos.
- Competitividad: Una buena gestión de los datos a través del uso de metadatos mejora la competitividad de las empresas.
- Posicionamiento: En el entorno web, una buena gestión de los metadatos puede ayudar a mejorar el posicionamiento SEO en los buscadores.
En definitiva, a través de los metadatos se mejora tanto el control como la productividad, por lo que es imprescindible tenerlos en cuenta.
Cómo ver los metadatos
Puede que este sea el punto que más nos interese o sea más práctico si quieres saber cómo consultar estos datos mencionados. Desde el ordenador podemos hacerlo sin ninguna complejidad y está disponible en solo un par de clics. ¿Y a mí para qué me sirve? Puede que si no te dedicas a nada relacionado con estos “datos” pienses que no te resulta interesante pero solo en el punto de vista de la fotografía puede ser curioso que compruebes con qué teléfono hiciste según qué fotos, por ejemplo, o cuándo se creó un documento del ordenador, en qué fecha, a qué hora.
En Windows
Ver los metadatos es muy sencillo en un ordenador con Windows. El sistema operativo de Microsoft te ofrece una herramienta nativa muy básica e intuitiva con la que poder ver los metadatos desde tu PC. Solo tienes que hacer lo siguiente:
- Selecciona o busca el documento, fotografía o archivo que quieras.
- Haz clic derecho sobre él.
- Se abrirá el menú de opciones.
- Elige la última de todas “Propiedades”.
Una vez que hayamos abierto las Propiedades estaremos automáticamente en la ventana de información. En concreto, en “General”. Para poder ver los metadatos del archivo o fotografía ve a la sección de “Detalles” donde verás toda la información del archivo en cuestión.
En macOS
Al igual que Windows, macOS también tiene opciones fáciles para verificar los metadatos de las fotos. Para esto, buscaremos el archivo de imagen requerido en «Finder» y haremos clic en el cuarto botón en la fila superior para ver las imágenes en la vista de galería.
Después de eso, al pasar el cursor sobre el archivo de imagen que queremos, se mostrarán los metadatos en un panel lateral. Se pueden ver las fechas de creación, última modificación y última apertura junto con otra información técnica.
En Android
Para verificar metadatos en Android es muy sencillo. Solo tenemos que ubicar la foto deseada y encontrar el icono “i” para tocar. Ahora, veremos los detalles de la imagen, incluida la ruta de la ubicación de almacenamiento, la fecha y hora de tomar la foto y la última fecha y hora de modificación (si corresponde). También podemos ver los detalles de la cámara con estos metadatos.
Sin embargo, este método no muestra toda la información de las imágenes. Es posible que debamos usar diferentes aplicaciones para conocer los metadatos completos. Por otro lado, también se puede consultar más información de PDFs u otros archivos que tengas almacenados en el móvil.
En iOS
En el caso de los dispositivos iOS (iPhones y iPads), encontrar metadatos ya no supone ningún tipo de desafío. Por ejemplo, si se activa la localización del teléfono, la app de la Cámara ya recopila información. Por lo que si accedes a la app de Fotos, seleccionas una foto y deslizar hacia arriba, puedes encontrar metadatos. Lo mismo ocurre desde apps como Archivos. Si tienes documentos puedes mantener pulsado y tocar en ‘Obtener información’.
Aunque, siempre se tiene la opción de instalar una aplicación de edición Exif para saber qué tipo de datos contienen las imágenes. Y todo si la herramienta nativa para consultar esta información desde Fotos no te resulta de interés.
¿Qué información hay?
Depende del tipo de archivo que sea, pero algunos ejemplos son los siguientes… Y es que, hay que tener en cuenta que se pueden encontrar metadatos en diferentes tipos de recursos. Desde una simple imagen hasta un documento de PFD. Por lo que hay que tener en cuenta qué información pueden recopilar:
- En una fotografía: Fecha de captura, dimensiones, ancho, alto, resolución horizontal y vertical, profundidad en bits , unidad de resolución, representación del color, fabricante de la cámara, modelo de la cámara, punto F, tiempo de exposición, velocidad ISO, compensación de exposición, distancia focal, apertura, modo de medición, modo de flash, intensidad de flash, programación de exposición, balance de blancos, versión EXIF, nombre del archivo, tipo o formato del archivo, ruta de acceso, fecha de creación, tamaño, atributos, propietario, equipo…
- En un documento de Word: Autores, guardado, número de revisiones, contenido creado (fecha y hora), contenido guardado (fecha y hora), fecha de impresión, tiempo de edición, tipo de contenido, páginas, palabras, caracteres, líneas, número de párrafos, plantilla, escala, vínculos, tamaño del archivo, fecha de creación del archivo, fecha de modificación y hora, fecha de acceso y hora, disponibilidad, estado sin conexión, compartido con y equipo en el que está el mencionado archivo.
Privacidad y riesgos
Es obvio que los metadatos pueden ser un problema para nuestra privacidad si no nos damos cuenta que los estamos enviando ya que estamos dando toda la información sobre cualquier archivo. El día que se creó te delata, la cámara que usas, la fecha y la hora y hasta el lugar ya que se registran las coordenadas exactas de las mismas. ¿Qué puede provocar esto? Puede ser que haya más ataques realizados por piratas informáticos aprovechando la información que tienen sobre ti como qué programas usas, cuándo los usas, qué dirección IP tienes.
¿Debemos obsesionarnos con los metadatos? Generalmente no, pero conviene que sepas que se pueden eliminar. Por si no quieres que alguien sepa algún detalle concreto puedes borrarlos antes de enviar ese archivo o de subirlo a tu web.
Cuando subimos imágenes online, como en al perfil de Facebook, los metadatos EXIF de las fotos también llegan allí. Los acosadores cibernéticos que vigilan nuestro perfil ahora usarán la información incrustada para conocer nuestro paradero exacto, por ejemplo. Eventualmente, además de conocer la ubicación actual, también pueden predecir nuestra rutina.
Cómo eliminarlos
Puede que te preocupe la privacidad de una imagen o de un archivo que vas a compartir y que no quieres que vean los metadatos del mismo. Los metadatos siguen ahí cuando mandas algún archivo a tus amigos, a tus compañeros, a cualquier persona. Si compartimos fotografías las enviamos con esta información y otras personas pueden consultarlo. Por eso existen posibilidades para eliminarlos.
Desde Windows
Desde Windows podemos eliminar o borrar los metadatos de una foto fácilmente si queremos guardarla sin esta información por si vamos a compartirla con alguien. Simplemente debes seguir los mismos pasos que seguimos para consultarlos:
- Haz clic derecho en el archivo o fotografía
- Se abrirá el menú contextual
- Elige el apartado de Propiedades, justo al final
- Se abrirá la opción de “General”
- Elige la pestaña “Detalles” en la parte superior del menú contextual
- Aquí verás todos los metadatos
Hasta aquí, el proceso es idéntico a consultarlos. Pero en la parte inferior del menú o del recuadro de texto verás que hay un enlace que indica “Quitar propiedades e información personal”.
Al tocar sobre esa opción verás toda la información que tiene el archivo y podrás ir marcando las casillas que quieres eliminar una a una. O simplemente puedes darle a “Seleccionar todo” y borrar toda la información de golpe.
Desde Photoshop
Desde Photoshop, si es una imagen, también podemos eliminar la información de archivo o los metadatos de la fotografía. No hay una única herramienta pensada para esto permite hacerlo con un “truco”. Es tan sencillo como coger el marco de recorte de Photoshop, recortar la imagen completa y pegarla en un nuevo archivo. Tendrás la misma fotografía que antes, pero sin los datos almacenados porque se acabará de crear desde cero y será ahora un nuevo archivo independiente.