El mismo color puede verse de diferente forma según el dispositivo que lo representa: puede que no lo veas igual en una pantalla de ordenador que en la impresora que en tu cámara. Todos ellos se representan mezclando los colores primarios, tal y como nos explicaron en el colegio, dependiendo de la “cantidad” de un color u otro o de la importancia de este color, se consigue una tonalidad u otra exactamente. Pero siempre utilizando los colores primarios que pueden ser tres o cuatro, según usemos Color RGB o Color CMYK, tres o cuatro canales.
Por lo general, los canales usados por pantallas, monitores o cámaras son RGB o lo que es lo mismo: rojo, verde y azul. Por su parte, las impresoras o cualquier dispositivo que usa tinta apuesta por CMYK que, como también nos explicaron hace años, corresponde a cian, magenta, amarillo y negro. Pero más allá de estos usos, hay diferentes espacios de color y cada uno nos permite una mayor cantidad de tonos o colores, una mayor capacidad de representación de la realidad. Es por eso que hoy explicamos los diferentes espacios de color y sus diferencias.
Los modos de color
Los modos de color determinan el modo en el que se colorearán los píxeles que componen una imagen dentro de un programa de edición como Photoshop. Estos modos de color vendrán determinados por los colores primarios que tengan como referencia, así como por los canales que se configuran. Los principales de modos de color son los siguientes:
- Color RGB:este modo mezcla tres canales: rojo, verde y azul (de ahí su nombre, Red, Green & Blue). Este es el modo más utilizado de todos, especialmente en pantallas.
- Color CMYK:este modo de color mezcla los colores complementarios al RGB. Esto significa que está compuesto por cián, magenta, amarillo y negro (CMYK viene de Cyan, Magenta, Yellow, Black). Este modo es el que más utilizan los dispositivos con tinta como las impresoras.
- Color Lab: este modo modelo es el que más se aproxima a la visión humana ya que cuenta con una gama de colores mucho más grande que los RGB o CMYK.
¿Qué son los espacios de color?
Los espacios de color son la forma en la que se organizan los colores en una imagen y la forma en la que los apreciamos tal y como están representados. Una serie de datos que son capturados por la cámara en la que haces una fotografía, por ejemplo, y que posteriormente el ordenador o el programa de edición traduciría. Combinaciones de colores que suelen estar compuestos de tres o cuatro factores y que puede variar según el dispositivo que estemos usando para verlo, como hemos dicho en los párrafos anteriores. No solo variará de una pantalla o monitor a una impresora sino que entre dos pantallas podrás conseguir un mayor grado de representación de la realidad o menos según la calidad o el espacio de color que use. Por ejemplo, si utiliza sRGB o Adobe RGB.
¿Por qué debemos preocuparnos por los espacios de color? Dependiendo del uso que hagamos o que vayamos a hacer, es recomendable apostar por un espacio de color u otro. Por ejemplo, para imprimir fotografías no es aconsejable usar el mismo que utilizarías para subir imágenes a Internet. En ese caso, repasamos cuáles hay, cuáles son sus diferencias o qué colores muestran respecto a la realidad.
Espacios de color
Aunque hay muchos, como veremos a continuación, en monitores de ordenador y en informática habitualmente los más comunes son sRGB lanzado por HP y Microsoft en el 1998 o bien Adobe RGB, lanzado por Adobe. Ambos son espacios RGB junto con otros como DCI-P3 utilizado para proyección de películas, por ejemplo. Pero no son los únicos y te explicamos las distintas opciones, sus usos, sus características.
Pointer Gamut: ¿Qué es?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es Pointer’s Gamut gracias a que se trata de una aproximación de la realidad que puede percibir el ojo humano. Es decir, sería el punto máximo de colores que podrían apreciarse. El nombre se debe a una investigación de Michael R. Pointer, publicada en el año 1980 y que le da nombre. No hay pantallas capaces de reproducir más del 90% aunque sí lo conseguimos en impresiones, como veremos con ProPhoto más adelante. Según el estudio de Pointer, cualquier color puede ser creado con la mezcla de rojo, verde y azul para conseguir una aproximación de la realidad que ve el ojo humano.
sRGB o Standard RGB
sRGB o Standard RGB es el más utilizado, el más común en pantallas. Es el que encuentras en la mayoría de monitores y el que, por ejemplo, utilizan la mayoría de cámaras por defecto. ¿Cuándo es recomendable? Si quieres utilizar imágenes si no vas a imprimirlas. Es decir, si únicamente vas a trabajar con ellas online: para subirlas a una página web, para enviarlas por correo electrónico, para colgarlas en alguna parte. No para imprimir las fotografías.
Se trata de un espacio creado por Hewlett Packard (HP) y Microsoft en 1996 para pantallas, especialmente pensando en las imágenes a través de Internet. Más allá de su alta compatibilidad en monitores, también ha sido aprobado por otras empresas importantes como Corel, como Pantone, Intel, Exif, etc.
No vas a conseguir la mejor calidad ni el mejor color, ofrece una saturación mayor de la real y mayor contraste que otros espacios de color que se verá reflejado en caso de que apuestes por imprimirlo. Además, la gama de colores es bastante limitado y no conseguimos ajustar la tonalidad que queremos exactamente.
¿Cuándo usar sRGB?
Pero tiene como ventaja la gran aceptación y la compatibilidad con la mayoría de programas gratis de software libre o con formatos de imagen. Por eso, es el que utilizan la mayoría de monitores de ordenador asequibles. No todos, puesto que los monitores de gamas más altas sí tienen soporte para otros espacios como AdobeRGB. Es recomendable si vas a usarlo para web, para portfolios online, para redes sociales… No necesitarás nada mejor si esta es tu finalidad. También tienes la opción de trabajar en otros espacios de color y convertir la fotografía antes de publicarla en Internet o en tu página web para que no se alteren los colores.
Para usuarios que hacen fotografías para guardarlas en un disco duro o dejarlas como recuerdo. Si estas disparando en JPEG en la cámara y posteriormente vas a subirlas a Facebook o a almacenarlas en la memoria. Si no necesitas editar para posteriormente imprimir esas fotografías.
Adobe RGB
Otro de los más populares es AdobeRGB y uno de los más habituales. A diferencia del anterior, sí permite trabajar de forma profesional. Nació años después, en 1998, y fue desarrollado por Adobe como su propio nombre indica. Está pensando para editar fotografías de gran calidad y de forma profesional y también es recomendable en caso de impresión para colgarlas en las paredes de tu casa, en una exposición, etc.
La idea de Adobe RGB era crear un sistema que fuese capaz de englobar prácticamente todos los colores de impresoras CMYK (Cian, Magenta, Amarillo y Negro) que son las que habitualmente se utilizan en las imprentas, consiguiendo así que la reproducción del color fuese más fiel a la hora de imprimir una fotografía. Eso sí, no todos los monitores son compatibles y sólo en gamas más altas podrás encontrarlos aunque encontrarás modelos de unos 250 o 300 euros que incluyen estas características.
Como el anterior y aunque ambos sean los más utilizados, tampoco abarca todos los espacios de color pero sí más que el sRGB ni son los mejores que vas a encontrar. Los colores se consiguen menos saturados y nos permite una idea bastante definitiva de cómo va a quedar la copia final al imprimirla: consigue un 86,2% de la reproducción del color tal y como lo verían nuestros ojos. Además, la mayoría de cámaras son capaces de capturar en esta gama de colores (seleccionándolo desde los ajustes o los modos del propio dispositivo) y la mayoría de impresoras (de gama media o alta, no si compras una portátil o la más asequible del mercado) es capaz de reproducir los colores al realizar la impresión.
¿Cuándo usarlo?
Si disparas y vas a trabajar con edificio de imágenes para luego imprimirlas. Siempre debes tener en cuenta que todo lo que uses en ese proceso debe ser compatible. Es decir: debe serlo la cámara, el monitor que estás utilizando, la impresora que has utilizado y también el programa que uses de edición. Lo aconsejable es que utilices este formato para editar tus imágenes o fotografías en los programas de edición de Adobe (Photoshop, Lightroom…) y luego podrás decidir si almacenas una copia en Adobe RGB para imprimir y una copia sRGB para tener en tu página web, para enviar a alguien y que pueda ver los colores sin modificar, etc.
ProPhoto
Mejor que los dos anteriores es ProPhoto RGB y el mejor para los que buscan la mayor perfección en colores, que sea lo más fiel posible gracias a que cubre la gama más amplia de colores y el más fiel al Pointer’s Gamut del que hablábamos en párrafos anterior. Eso sí, solo estará compatible en cámaras de gama alta y no en compactas a nivel de usuario. Está pensado para profesionales o perfeccionistas pero tiene el inconveniente que ningún monitor es, por ahora, compatible con estos colores. Sí impresoras por lo que podrás conseguir una representación totalmente fiel y real al hacer la impresión.
ProPhoto fue un espacio de color desarrollado por Kodak y abarca prácticamente el 100% de los colores reales que vemos en el mundo que nos rodea según la investigación mencionada al principio. Es el único capaz de conseguir la fidelidad en los colores tal y como los ve el ojo humano.
No es recomendable que lo uses si no eres un profesional o si el color es tu prioridad absoluta. Los dos anteriores son más recomendables para la mayoría de los usuarios aunque conviene que sepas que este existe y que es especialmente útil si buscas la perfección aunque no podrás verlo sobre una pantalla pero sí sobre una impresión como resultado final. Además, se aconseja usar profundidades de color de 16 bits.
DCI-P3
Este es uno de los espacios de color RGB utilizado en monitores tanto a nivel profesional en el ámbito del diseño como de multimedia, en teléfonos, en monitores… Está desarrollado por la Society of Motion Pictures and Television Engineers y está pensado para la captura y proyección de vídeo digital. La ventaja, no solo en vídeo sino también en gaming, es que consigue mejores imágenes en movimiento ya sea en el resultado final en la pantalla como en la cámara.
Consigue abarcar un 86,9% del ojo humano por lo que es bastante fiel a la vida tal y como la vemos en la realidad y mejora lo que consigue el Adobe RGB que hemos explicado en párrafos anteriores. Mejora mucho los colores con respecto a los monitores con sRGB desde el 69,4% del primero hasta casi un 20% más.
Aunque está enfocado al uso profesional de la edición de vídeo y en la mayoría de proyectores digitales, también lo vemos en monitores y en televisiones. O en teléfonos móviles que reproducen contenido HDR. O, por ejemplo, el monitor de Apple con su iMac Retina. Los productos que utilizan DCI-P3 utilizan un certificado de producto concreto que nos muestra que podemos tener los colores de este estándar.
NTSC
En 1953 empezó a usarse el estándar NTSC, siendo uno de los primeros. Se lanzó orientado a la televisión analógica, a videojuegos antiguos o a películas en DVD. No es tan común en la actualidad como los anteriores porque se pensó para lo analógico aunque aún hoy se utiliza como estándar de referencia. Además, tiene la gran ventaja de ser uno de los que más capacidad tiene para reproducir el color, consiguendo un 89,5% según la Pointrer’s Gamut y superior a todos los anteriores.
Rec.709 y 2020
Rec.709 es el estándar para televisiones HD, el más globalizado. Equivaldría aproximadamente a un sRGB pero en televisores y comparte con este el nivel con respecto a la Pointer’s Gamut y con profundidad de color de 10 bit. Por su parte, el estándar Rec.2020 es similar, para televisiones, pero en este caso enfocado a televisiones con resolución UHD y con una capacidad mucho mayor para la reproducción del color: un 99,9%. Antes que estos legó el estándar Rec.601 para reproducción en SD pero ya en desuso. El actual Rec.2020 también es conocido como BT.2020 y es el que usan prácticamente todas las televisiones del mercado para comparar su capacidad de reproducción del color, para medir la fidelidad con respecto a la realidad de los colores que aprecia el ojo humano.