A estas alturas, el formato HDMI se ha estandarizado para transmitir audio y vídeo en todo tipo de dispositivos. Sin embargo, esto no significa que todos los cables de Interfaz Multimedia de Alta Definición sean exactamente iguales y hay unos que sacarán más partido que otros.
Hoy te vamos a descubrir cuáles son unos cables HDMI algo menos conocidos que los que todos tenemos por casa y por qué podrían ser lo que necesitas para dar un salto de calidad a tu imagen y sonido de tu Smart TV.
Cable HDMI de fibra óptica
La gran mejora de los cables HDMI tienen que ver con la llegada de la fibra óptica, de la que ya hemos podido comprobar en la conectividad de red que aportan una serie de ventajas hoy en día imprescindibles.
Bajo su denominación más apropiada, cable HDMI con conductor de fibra óptica, tenemos una evolución de los cables más utilizados hoy en día para retransmisión de audio y vídeo que soluciona gran parte de sus problemas. Gracias a la inclusión de la fibra óptica en lugar de gran parte del cobre de los cables estándar, tenemos una muy alta velocidad de transmisión de datos, algo que es necesario para resoluciones y frecuencias de refresco más altas (por ejemplo, 4K a 120Hz o más, o resolución 8K), especialmente para largas distancias ya que los cables convencionales comienzan a fallar y a perder calidad a partir de los 10 metros de distancia.
Estos cables tienen una característica diferencia con respecto a los cables estándar de cobre. Estos últimos funcionan de forma bidireccional, da igual el extremo que va en la fuente y cuál en la salida de imagen y audio. Sin embargo, en los de fibra óptica no da igual qué conector conectes en qué dispositivo: el extremo SOURCE (fuente) debe ir conectado al dispositivo emisor (por ejemplo, la videoconsola), mientras que el extremo DISPLAY (pantalla) debe ir conectado a tu TV o monitor.
Ventajas de la fibra en imagen y sonido
El cable HDMI óptico o AOC (active optical cable, por sus siglas en inglés) es un cable híbrido, que combina fibra óptica y cable de cobre. La fibra se encarga de transmitir el contenido principal, el vídeo y el audio. Por su parte, el cobre lleva el contenido auxiliar: señal DDC, el EDID, el CEC y la electricidad.
Una de las ventajas de uso de este tipo de cables con respecto a los de puro cobre es que la fibra es inmune a las interferencias, así que es mucho más recomendable para evitar la contaminación eléctrica, bucles de tierra mal aislada, ondas electromagnéticas de WiFi o Bluetooth e interferencias de radio analógicas que se inducen en cables mal apantallados.
Igualmente, la fibra no se corroe ni se oxida, así que es más duradera que el cobre. Eso sí, hay que tener en cuenta algunos cuidados extra. Aunque estos cables se pueden enrollar sin ningún tipo de problema, es recomendable no curvar demasiado el cable; asegúrate de que tiene como poco 10 centímetros de diámetro. De igual manera, debes tener un poco más de cuidado de lo habitual a la hora de conectarlo: nunca lo sujetes por el cable o por el saliente de goma, sujétalo siempre por la parte dura del conector para evitar que se pueda doblar a la hora de conectarlo o desconectarlo.
Al pesar menos la fibra que el cobre, ocupa menos espacio y el diámetro del cable se reduce. Los cables HDMI AOC son nuestros grandes aliados cuando tenemos que pasar un cable por un espacio muy reducido. Eso sí, si tus dispositivos (tanto el emisor o fuente como la pantalla) no son compatibles con el estándar HDMI 2.0/2.1, ni te molestes en plantearte la compra de un cable HDMI de fibra óptica porque no te merece la pena, con un cable HDMI de toda la vida tendrás más que suficiente.