Seguro que haces unos días leíste la historia de la victoria judicial que ha condenado a FNAC a hacerse cargo de su error y vender móviles Huawei de 699 euros a 124,90 euros a los socios de la tienda y 139 euros al resto de clientes. Esto es algo que todos hemos escuchado alguna vez y que en pocas ocasiones termina favoreciendo al cliente. Sin embargo, hoy conocemos más detalles de la historia de Álvaro Badía, un valenciano que logró lo que otros no pudieron. Básicamente, tumbó a un gigante como FNAC en los tribunales.
Todo se remonta al 22 de octubre del pasado 2019 cuando la web de FNAC registró más de 10.000 pedidos antes de ser consciente de un error en el precio del flamante (por aquel entonces) Huawei P30. La primera reacción en todos estos casos es que la empresa corrija el precio y cancele rápidamente todos los pedidos, avisando a los clientes (en algunos casos) de que todo se ha tratado de un error. Sin embargo, en algunas ocasiones los clientes consiguen hacer valer sus derechos sobre el precio marcado en la web.
El valenciano que tumbó a la FNAC
Aunque la historia lleva ya algunos días circulando por diferentes webs y medios de comunicación, ayer mismo pudimos conocer más detalles gracias a una entrevista realizada a Álvaro Badía, el valenciano que ha tumbado a FNAC en los tribunales. Este ha conseguido que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid les obligue a vender los móviles al precio ofertado y a respetar las ofertas que canceló rápidamente sin demasiadas explicaciones.
Álvaro no quedó conforme tras la cancelación por “error tipográfico”. Lo que muchos dejan pasar, este valenciano decidió acudir a Confianza Online. Estos le dijeron que debía recurrir a la Junta Nacional Arbitral de Consumo, lo que se tradujo en un laudo a su favor. Este documento le sirvió para iniciar la ofensiva judicial hasta que FNAC le demandó por ese laudo que le era favorable.
Si muchos lo dejan pasar desde el primer momento, el resto lo hubiera dejado pasar tras esta demanda. Sin embargo, Álvaro ya tenía que pagarse un procurador y presentó una denuncia en el TSJ. “Si me allanaba tenía que gastarme el dinero en el procurador, si me declaraba en rebeldía igual me hacían pagar hasta las costas, por lo que empecé a buscar una vía alternativa”.
Esto le llevó a hacerse socio de la Unión de Consumidores que le prestó cobertura jurídica para su batalla. Eso sí, le advirtieron que podría tardar 3 o 4 años en resolverse. El orgullo le hizo seguir adelante y tal y como explica “Yo compré un móvil, no iba a hacer negocio para revenderlo después. Además, no me creí la explicación de FNAC, porque si ves que en cuestión de muy pocas horas hay una compra de 12.911 terminales te tienen que saltar las alarmas. Para mí fue una estrategia de la empresa para captar socios”.
Al final no hubo juicio, fue una deliberación. Esto implicaba que les daban la razón y que FNAC pagaría las costas. El asunto se resolvió en menos tiempo del esperado. Todavía quedan unas cuentas denuncias más por resolverse, pero muy lejos de los 12.911 pedidos que cancelaron. Sea como fuera, Álvaro explica que “Muchos no recurrieron a la Junta de Arbitraje. Desistieron y ya está. FNAC, a pesar de que yo he ganado, no verá esos siete millones de euros comprometidos”.
FNAC todavía no ha contactado con Álvaro y eso que tenía dos semanas para hacerlo. Además, por las palabras del afectado, es posible que la empresa le entregue un terminal de precio equivalente. Lo único que esperamos es que no se la jueguen. Finalmente, Álvaro explica que “tengo la satisfacción de saber que yo sólo he podido contra un gigante comercial”.