No las abandones: deberías borrar todas las cuentas online que ya no utilices

Día a día pasamos horas conectados a Internet y a todo tipo de servicios. Entramos en programas, nos damos de alta en páginas web y llevamos a cabo todo tipo de tareas. Al final, vamos dejando un rastro gigantesco de cuentas abandonadas que no cerramos. Simplemente se quedan ahí. Y eso, es un grave error.
A veces nos relajamos demasiado con la actividad que tenemos en la red. No nos damos cuenta de que todo deja huella y que, además, nos estamos exponiendo si no vamos cerrando todas las puertas que abrimos. Quizá no te parezca un problema hoy, pero en el futuro, la pereza de no cerrar tus cuentas te podría meter en apuros.
¿Por qué es un riesgo?
Lo primero de todo es porque, en mayor o menor medida, con cada cuenta que abres estarás dejando unos datos concretos en la base de datos de la web, servicio o programa que hayas utilizado. La información que compartirás será más o menos voluminosa, pero datos seguro que estás dejando. Puede ser tu nombre, tus apellidos, tu fecha de nacimiento o incluso aspectos más sensibles como el número de tarjeta virtual o de crédito.
Entre los más habituales se incluyen el nombre y la fecha de nacimiento, dos campos de información que, en malas manos, te podrían dar muchos dolores de cabeza. Por supuesto, el número de la tarjeta es lo peor de todo, pero, por suerte, no suele ser aquello que introduzcamos a la ligera. El problema de ir dejando esos cadáveres digitales a nuestro paso es que, si algún día se produce una filtración de datos del servicio en cuestión, estaremos arriesgándonos a que los ciberdelincuentes crucen esa información y nos metan en problemas. ¿Y si hemos utilizado la misma contraseña en varios lugares? O incluso sin haberlo hecho, no será nada positivo que haya delincuentes que conozcan nuestro nombre y apellidos, dirección de email o fecha de nacimiento.
¿Y si no recuerdo mis cuentas antiguas?
Este es uno de los principales problemas que tenemos. ¿Quién puede recordar aquellas páginas en las que te has registrado y donde solo has entrado una o dos veces? ¡Es imposible! Y seguro que estás de acuerdo en que este tipo de registros se hacen de forma frecuente y, en ocasiones, sin pensarlo mucho. Porque si quieres probar algo, ya sea una herramienta online o un servicio, en ese momento en lo único en lo que piensas es en hacerlo y no en que te estás registrando y dejando tu información.
Por suerte, hay formas de descubrir las cuentas antiguas. Una de ellas es acudiendo al administrador de contraseñas que tengas en tu navegador. Por lo general, este recuerda mucho más de lo que tú vas a recordar. Y cuando entres y mires, seguro que te sorprendes, puesto que hay algunas contraseñas y cuentas de usuario que lo más probable es que hayas olvidado por completo.
Luego ve a tus perfiles de redes sociales y comprueba qué apps o webs están autorizadas con tus cuentas de usuario. Es posible que hayas probado servicios entrando con tu cuenta de X o Facebook y que hayan quedado vinculadas. En estos casos también es muy importante que borres esos permisos para que no expongas la seguridad de tu presencia en las redes sociales.
Por último, también te recomendamos que eches un vistazo en tu correo electrónico, principalmente en la bandeja de entrada. Busca palabras específicas como “Bienvenido”, “Usuario” o “Tu cuenta”. Eso hará que te salgan muchos correos que en su momento te enviasen los servicios a los que te habías registrado. Luego solo tendrás que ir comprobando uno por uno hasta que lo hayas limpiado todo.
¿Cómo borrar las cuentas?
Este puede ser un tema complicado. Hay algunos servicios o herramientas que te lo van a poner muy difícil para que llegues a borrar la cuenta. Son webs a las que les afecta mucho que se den de baja los usuarios y que, incluso en algunos casos, no ofrecen esta opción de una manera visible.
Como este proceso puede ser bastante molesto, lo que te recomendamos es que, primero, accedas a la página web JustDelete.me, la cual se ocupa de integrar una amplia base de datos de métodos de baja. Lo único que tienes que hacer es buscar el servicio del que te quieras borrar, hacer clic en el enlace o seguir las instrucciones que se te indican. En algunos casos puede ser más fácil que en otros y, como te decíamos, algunas veces no se proporciona este servicio. Por ejemplo, si quieres dar de baja tu cuenta de Adobe, la web te dice que debes llamarles por teléfono o enviarles un email.
Si con todo esto hay páginas que se te quedan sin poder eliminar la cuenta, lo mejor será que intentes hablar con sus departamentos de atención al cliente. Puede ser un proceso pesado, pero en cierta manera, por todo lo que te decíamos antes, merece la pena hacerlo.
¿Hay algo más que puedas hacer?
La situación puede ser desesperada en algunos casos, porque quizá nadie te responda y no puedas darte de baja. Si te está ocurriendo algo así, lo mejor es que trates de editar tu cuenta de usuario en la medida de lo posible. Entra en ella y altera todos los datos que puedan suponer algún tipo de información personal. No podrás eliminar el registro que ha quedado de tu correo electrónico, pero sí cambiar otros datos que posiblemente no quieres que tenga nadie.