Ahora que China ya tiene un vehículo en Marte explorando el planeta, la nación está planteándose otro gran desafío para el futuro. Eso sí, da la sensación de que este es un poco más loco de lo previsto, puesto que habrían planificado la construcción de una base subterránea lunar. ¿Tiene el proyecto alguna viabilidad o se han dejado llevar demasiado después de su reciente éxito espacial?
Es obvio que en China se han entusiasmado después de confirmar que, aunque han tenido algunos tropiezos en el pasado, pueden llegar a ser una potencia en cuanto a la exploración del espacio. Su vehículo está obteniendo buenos resultados y es posible que acabe siendo crucial en el estudio de Marte. Por ello, quieren expandirse a la Luna. Lo que no parece que tengan muy claro son los tiempos en los que van a actuar.
Quieren empezar pronto
Luego te explicamos cuál es la idea que tienen para crear la base subterránea, pero primero queríamos detenernos un poco en la inconsistencia del proyecto chino en general, al menos en cuanto a plazos. Dicen que su plan es comenzar a construir la base subterránea en el año 2028. Para ello, utilizarán ladrillos que se construirán con tierra lunar, por lo que no habrá problemas en cuanto a las materias primas que se aplicarán en el proceso. Hasta ahí, todo suena más o menos bien, aunque da la sensación de que parece muy repentino que vayan a poder iniciar el proyecto en solo cinco años.
No obstante, luego descubrimos, comprobando documentos y los planes de China sobre la Luna, que no tienen ninguna misión prevista con tripulación hasta el año 2030. Por lo tanto, o estarían pensando construir sin ningún tipo de mano de obra humana en el lugar o posiblemente tienen algún tipo de confusión con su estrategia. En 2030 mandarán astronautas a la Luna y en 2035 quieren tener formada una base lunar internacional que permita colaborar con otros países. Pero esa base internacional no sería la base subterránea.
Así sería la base subterránea lunar
Y ahora vamos a analizar el plan para construir una base en la Luna. No se puede decir, eso sí, que la idea no sea original. Lo que más le preocupa a China son las condiciones que hay en la Luna, las cuales hacen muy complicado que se puedan establecer colonias y estructuras en el exterior. La atmósfera lunar no es como la de la Tierra y genera una situación muy negativa tanto cuando se encuentra iluminada por el Sol como cuando no lo está. En el primero de los casos, la radiación de los rayos UV no se bloquea tanto como en nuestro planeta, y en el segundo, el nivel de frío es tan intenso que la oscuridad se convierte en un momento terrible para quienes estén allí.
No solo eso, sino que la Luna está expuesta a la caída de restos espaciales y de todo tipo de cuerpos que, a lo largo de miles y miles de años han ido dejando esos cráteres que son tan reconocibles. Por lo tanto, estar en el exterior puede suponer exponerse a sufrir graves accidentes y momentos de riesgo. Todo ello se podría solucionar entrando en el subterráneo y construyendo allí la civilización lunar o, de momento, la base subterránea china. Teniendo en cuenta todo lo dicho, lo que parece una locura a primera vista se puede acabar convirtiendo en un plan muy lógico.
Además, para llevar a cabo este plan, China ha tenido una gran idea: utilizar las cuevas y conductos de lava que existen bajo la superficie lunar y que fueron creadas en su momento por la lava que fluía por el astro. Utilizarían el trabajo que ya ha hecho la lava de forma natural y se aprovecharían de los espacios existentes para poder disponer de una protección que mantuviera a los colonos protegidos de todos los riesgos del exterior. Así, no tendrían que preocuparse de la radiación, ni de la temperatura, ni tampoco de la caída de basura espacial.
Por lo tanto, más allá del concepto, la realidad es que China tiene un plan sólido que podría salirles bien. Claro está, habría muchas preguntas que responder y saber si, en la práctica, será posible aprovechar esos espacios bajo tierra que se han creado por medio del efecto de la lava. También tendrían que llevar a cabo controles de seguridad y cientos de análisis que confirmaran la viabilidad del proyecto. No suena mal, pero pensar en comenzar en 2028 parece un poco exagerado.