Pasar una noche sin dormir tiene consecuencias más graves de las que imaginas

Pasar una noche sin dormir tiene consecuencias más graves de las que imaginas

Justo Romanos

Para ti, perder una noche de sueño y quedarte estudiando, trabajando o realizando cualquier actividad de ocio, puede no tener consecuencias. Pero lo cierto es que las implicaciones de hacerlo son superiores a lo que puedas imaginar. Los científicos avisan de la manera en la que una noche sin dormir puede afectar directamente a tu estabilidad emocional.

Quizá la próxima vez que decidas quedarte una noche sin dormir por elección propia te lo pienses dos veces. Distintos estudios y experimentos del sueño que se han realizado a lo largo de los años han confirmado que pasar 24 horas sin dormir puede llegar a afectarte mucho más de lo que imaginas. Ahora una nueva investigación aporta nuevos datos y desvela ciertos aspectos que ayudan a entenderlo todo mejor.

El impacto negativo de no dormir

Tomamos de referencia el texto que ha publicado el científico Eti Ben Simon en Scientific American, donde cuenta los resultados de sus experimentos. Menciona que, durante un periodo de tiempo, tuvo que sacrificar las noches de los viernes por motivos de trabajo. Junto a él, había un equipo que se encontraba en la misma situación. En poco tiempo se llegó a dar cuenta de que ellos se habían convertido en parte del experimento.

Y cuando llevaba dos meses con esa rutina, un día se encontró llorando en el coche mientras escuchaba una canción romántica. No le había pasado nunca y no entendió el motivo hasta que dedujo que todo estaba relacionado con esa forma en la que afectaba a su cerebro. En ese momento, entendió que sus emociones se encontraban al límite y que la fragilidad que estaba sufriendo era debido a todo el sueño perdido que había acumulado. Pero su caso no es precisamente el único.

Militares poniendo a prueba sus límites

El ejército estadounidense ha realizado muchos experimentos con la intención de descubrir dónde se encuentran los límites de las personas en cuanto al tiempo que se puede pasar sin necesidad de dormir. Descubrieron que, a partir de las tres noches, el cerebro ya comenzaba sufrir problemas importantes. Por ejemplo, soldados que habían sido muy calmados, educados y de comportamiento comedido, se dejaban llevar por emociones nuevas, por el descontrol e incluso por la agresividad.

Otros manifestaban alucinaciones y todo tipo de historias que se formaban en su cerebro dentro del proceso de falta de sueño. Algunos mencionaban que creían estar en misión secreta por orden del presidente, mientras que otros realizaron declaraciones igual de extrañas. En un estudio paralelo llevado a cabo entre civiles, hubo quienes aseguraron que habían sentido fantasmas tocándoles o incluso que habían visto extraterrestres. Pero, en todos los casos, se reflejaba que, después de un día durmiendo tras finalizar el experimento, se recuperaba la cordura y se llegaba a olvidar absolutamente todo lo ocurrido en ese estado inestable durante las pruebas.

La ciencia lo explica

Poco a poco, los científicos han ido profundizando más y más en la manera en la que el sueño afecta a la estabilidad emocional. Así es como se llegan a conclusiones claras que van más allá de las alucinaciones que se producen en los casos más extremos. Con una sola noche sin dormir, ya estás incrementando el riesgo de sufrir depresión, ansiedad y otros problemas mentales que pueden ser difíciles de solucionar cuando llegan a un nivel demasiado elevado. Esto es algo que se puede comprobar, sobre todo, en las personas que sufren insomnio crónico. ¿Pero por qué ocurre?

Para entenderlo hay que concentrarse en el córtex prefrontal y en el cuerpo amigdalino, que es el cual se ocupa del control de las reacciones emocionales. Cuando perdemos sueño, los estudios recientes demuestran que hay un gran cambio y movimiento en estas dos partes del cerebro. Se podría decir que el trabajo de la amígdala cerebral se queda totalmente en modo automático sin tener control sobre lo que está ocurriendo. Eso es lo que deriva en que no se controlen las emociones y que se puedan tener reacciones totalmente opuestas a las que tenemos de una forma habitual. La mala noticia es que, si bien en el pasado se podía creer que esto ocurría al acumular varias noches de sueño, hoy día sabemos que puede pasar simplemente estando un día sin dormir. Y eso está claro que es algo que todos hemos hecho alguna vez.

El descontrol en la gestión de las emociones demuestra que aumenta en el caso de personas que duermen menos de 6 horas al día o en aquellas que se han pasado cinco días durmiendo solo cuatro horas al día. Si tú encajas en uno de estos perfiles quizá entiendas por qué estás más sensible de lo habitual durante el día, por qué tienes malas reacciones o se te pone mal humor en casos en los que no parece haber motivo. En conclusión: tenemos que dormir más.