Los científicos no están de acuerdo con la forma en la que se expande el universo
Los científicos están en crisis y tienen entre manos un debate que nadie sabe cómo terminará. Está confirmado que el universo se encuentra en expansión, pero hay dos teorías distintas acerca de la manera en la que lo está haciendo. Y ninguna de ellas es capaz de anteponerse a la otra. ¿Qué cuentan los científicos y qué puede significar para nuestro conocimiento del universo?
La teoría dice que, a medida que pasan los años, los científicos tienen más tecnología a su disposición con la que realizar mejores avances y estudios. Por lo tanto, deberíamos estar resolviendo enigmas del universo con más facilidad ahora que en el pasado. El problema es que esa mejora tecnológica también abre nuevas incógnitas y complica las investigaciones. Eso es lo que está ocurriendo con la expansión del universo.
Dos teorías enfrentadas
El reto de los expertos siempre ha sido tratar de dar una respuesta a la constante Hubble. Para ello se han llegado a utilizar dos métodos que han dado dos resultados diferentes, lo que ha llegado a convertirse en un dolor de cabeza para quienes están estudiando esta cuestión. Lo que quieren conocer es la velocidad exacta a la cual se está produciendo la expansión del universo. Porque, como te decíamos, ya sabemos que se expande, ¿pero a qué ritmo lo hace?
Una de las dos formas de calcular la velocidad de expansión ha sido tomando de referencia el brillo de determinadas estrellas, como las estrellas variables Cefeida. Los resultados del análisis de estas estrellas se combinan con los de las supernova de tipo Ia. El estudio de ambos tipos de estrella proporciona el dato necesario para poder calcular la constante Hubble, la cual se llegó a determinar que era de 72 kilómetros por segundo por megaparsec. Pero, como te indicamos, esta es solo una de las dos propuestas.
El debate continúa
La primera de las teorías utiliza la distancia como forma de llegar a un resultado de la constante Hubble. Para ello, se recurrió al uso de los telescopios más poderosos que hay en la Tierra. Primero, se utilizó el Telescopio espacial Hubble, pero los científicos coincidieron en que se encontraban limitados y que posiblemente se podía conseguir más con maquinaria más avanzada.
El trabajo continuó, por lo tanto, con el telescopio James Webb, el cual está derribando multitud de barreras en la exploración del universo y del cual ya se han rodado varios documentales. La idea de sacarle partido resultaba atractiva, puesto que con este telescopio se podía hacer uso de una mayor potencia y así llegar a observar las estrellas y hacer unos cálculos mucho más precisos. Lo que se encontraron fue con que la resolución espacial superior del James Webb facilitaba los análisis sin tener que realizar tantos ajustes manuales. En la práctica, esto significaba tener unos datos más precisos que permitieran hacer los cálculos. Lo curioso fue que, tras usar el James Webb y beneficiarse de las distintas herramientas que aporta, el resultado al que llegaron los científicos fue el mismo que con el Hubble. Por lo tanto, sus datos de la velocidad de expansión del universo debían ser correctos.
Pero, al mismo tiempo, como te decíamos, había una segunda teoría. En este caso, los científicos que han investigado para descubrir esta velocidad, lo han hecho analizando la radiación de fondo de microondas. Y lo que se encontraron fue con que la velocidad de expansión del universo era de 67 kilómetros por segundo por megaparsec. La diferencia puede parecer pequeña, de 67 a 72, pero en la práctica en el entorno espacial, se trata de una cifra enorme. El problema es que estos datos de radiación, obtenidos analizando la energía que dejó el Big Bang, también han ido puliéndose y mejorando con el paso de los años.
Con solo un 1% de margen de error, los científicos han terminado determinando que la velocidad de expansión del universo mediante el segundo sistema es de 67.4 km/s/Mpc. Por lo tanto, ¿cómo puede ser que ambas cifras sean correctas pero que, al mismo tiempo, sean distintas?
Muchos de los científicos implicados en este tipo de investigación mencionan que ambas teorías son indudablemente correctas y que lo que ocurre es que hay algo que desconocemos del universo. Es decir, se nos está pasando algún tipo de concepto que resulta crucial y que sería la pieza necesaria para que todos estos datos lleguen a encajar. La esperanza que tienen los astrónomos y especialistas es que se puedan obtener respuestas más claras en el momento en el cual tengamos tecnología más precisa y eficiente. Se habla, en especial, de la construcción de nuevos detectores de ondas gravitacionales que tendrá lugar dentro de pocas décadas. Con esa tecnología sí se podría llegar a entender mejor el universo, pero, hoy por hoy, la constante Hubble es algo que sigue frustrando a los expertos. Y, al mismo tiempo, es un aspecto que nos demuestra que todavía hay mucho que desconocemos sobre nuestro universo.