Desde el pasado 1 de julio, por norma obligatoria general, todos los nuevos vehículos eléctricos e híbridos de nueva homologación han de incorporar el sistema AVAS. Este es un avisador sonoro del que, aunque había modelos que ya lo equipaban de serie, no todos lo mantenían, por lo que ahora su uso será imprescindible. Pero, ¿de qué trata el AVAS y por qué se ha hecho para una utilización forzosa?
Los eléctricos e híbridos deberán hacer ruido por ley
Los vehículos eléctricos vendidos a partir del 1 de julio del 2021 deberán variar el tono y la frecuencia de su sonido tras incorporar el sistema de aviso acústico AVAS. Esa fue la noticia que se dio a conocer para todos los fabricantes y marcas de automóviles electrificados, pero también para los que usan la tecnología híbrida. Este sistema repercute directamente a modo de señalización sonora.
Ideado específicamente para los peatones, lo cierto es que muchos viandantes están acostumbrados a guiarse por el sonido de los coches. Pero el hecho de que los eléctricos no hagan apenas ruido ha traído tantos sustos, atropellos y accidentes que la Unión Europea ha decidido dar un paso firme.
Para ello, y en forma de una solución totalmente impulsada para los eléctricos e híbridos de nueva generación, se ha apostado por implementar, como medida obligatoria, que todos los vendidos a partir del 1 de julio de 2021 tengan que añadir un avisador acústico, el AVAS. La nueva regla entró en vigor el 1 de julio de 2019 tras una moratoria de dos años para dar margen a los fabricantes. Por tanto, podemos decir que a partir de ahora estos segmentos tendrán que «hacer ruido» por ley de una forma artificial.
Qué es el AVAS
Un coche eléctrico hace muy poco ruido. Su motor es completamente silencioso vaya a la velocidad que vaya. Lo que sí podemos oír cuando pasamos junto a un vehículo eléctrico es el sonido de la rodadura, o lo que es lo mismo; el que emiten los neumáticos al contacto con el asfalto. Aunque, a menor velocidad menos perceptible será.
Y es que, uno de los puntos más fuertes de los automóviles de nueva generación es este: el poco sonido que emiten. Ello hace también porque el ruido de la aerodinámica pase prácticamente desapercibido. Eso es debido a que en ese momento es el motor eléctrico el que lo mueve. Sin embargo, y pese a que esto es una de las características mejor reconocidas ante la también nula contaminación acústica, sí que puede suponer un problema para los peatones.
Sobre todo para aquellos que, bien por problemas auditivos o porque simplemente acostumbran a escuchar la llegada de los coches, pueden sufrir con ellos algún tipo de accidente en las ciudades. Para ello se incorpora el AVAS, un dispositivo que posibilita tanto a los coches eléctricos e híbridos que no generan ruido cuando funcionan que puedan simular hacerlo.
Este procedimiento ha sido ideado tras la integración de algunas marcas en sus modelos más recientes, lo que ha dado porque ahora sea obligatorio para el resto. Lo vemos con firmas como la de Jaguar, que lo mantiene en su I-Pace, uno de los coches eléctricos que ha integrado este sistema. También se observa con Nissan, quien desarrolló en Japón la tecnología Canto para acabar con este problema. En el caso de Toyota, ésta la ha implementado en el último Prius.
Especificaciones y funcionamiento
Ya en 2019 lo fue para los de nueva homologación, pero desde el primero de julio todos los coches comercializados en Europa que hagan uso de un motor eléctrico, ya sea de forma continuada o puntual, también deberán estar dotados del AVAS y sin excepción. Así, ahora tienen que avisar con un sonido exterior artificial cuando estén rodando a menos de 20 km/h tanto hacia delante como hacia atrás.
A partir de esa velocidad, el ruido de la rodadura será suficiente para detectar la presencia del vehículo, por lo que el sistema se desconectará automáticamente. Para su funcionamiento, y como conoceremos a continuación según el coche sea eléctrico o híbrido, hay fabricantes que han mantenido su propio sistema.
No obstante, su funcionalidad debe ser para todos igual. En su caso, estamos ante una seña que se activa de forma automática. De hecho, la normativa europea no permite que se toque ningún parámetro ni ningún botón, prohibiendo que el usuario y conductor pueda desconectarlo.
A raíz de ello, cuando circulen a esa baja presteza, será cuando la alarma acústica sonará. Esto es así, porque se considera que a más velocidad el ruido de la rodadura ya es suficiente para avisar a peatones y ciclistas de la presencia en la calzada de un coche eléctrico o híbrido. La regulación dice que en ningún caso podrá desactivarlo manualmente el conductor. Con ello, se especifica que el sonido emitido por estas tecnologías deberá superar los 56 decibelios y nunca exceder de los 75 decibelios.
A su vez, sonido no podrá ser inferior a 53 decibelios. Para ponernos en situación, el tráfico intenso suele superar esa cifra y un claxon puede llegar a unos 110 dB. Esta normativa indica, también, que cuando los híbridos rueden con el motor de gasolina no será necesario que salte esta alarma. Sus características son las siguientes:
- Avisa a peatones y otros usuarios vulnerables de que se acerca un vehículo silencioso
- Tecnología patentada con sonido de varias frecuencias y localización instantánea y direccional. El sonido solo se oye en la zona de peligro.
- El tono y el volumen aumentan automáticamente con la velocidad del vehículo imitando a un motor de combustión interna.
- El sonido se interrumpe a 30 km/h.
Coches eléctricos
Al mismo tiempo, es importante matizar que esta señal encuentra algunas distancias entre los que son modelos puramente electrificados y los que funcionan mediante tecnología híbrida. Es por esto que, aunque las características sean similares para ambos segmentos, hay algunas especificaciones que pueden verse alteradas entre uno y otro.
Entre sus especificaciones, como hemos visto, el sonido de los automóviles eléctricos no podrá superar en ningún caso los 56 decibelios, que es la marca equivalente a una conversación, así como tampoco exceder los 75, que es el nivel habitual que emiten los motores térmicos.
En su lugar, además, se ha hecho imponer establecer porque el ruido de este AVAS para vehículos eléctricos tenga que seguir una continuidad. Ello lo hará, por su parte, similar al de uno con motor de combustión interna, que será lo que variará en función de la velocidad. Otro dato interesante es que el sonido no debe ser igual para todos. Esto puede dar lugar a la identificación de los vehículos eléctricos o híbridos según el ruido que emitan a través de su sistema AVAS.
Coches híbridos
La normativa, como decimos, no aplica a modelos homologados antes de su entrada en vigor, así que en principio los que sean de una fecha anterior no tienen por qué preocuparse. Eso sí; la normativa europea puede abrir la puerta a que en algún momento todos los coches silenciosos, sin distinción, tengan que contar con sonidos de aviso para evitar atropellos.
Es ahí donde también entran los híbridos. En su caso, los que combinan un motor térmico con uno eléctrico también muestran algunas variaciones con respecto a los que pueden ser coches 100% eléctricos. Sobre todo en su misma categoría, como ocurre con los PHEV, los automóviles híbridos enchufables.
Aquí, el AVAS no tendrá que generar ningún tipo de sonido cuando el propulsor térmico esté en funcionamiento. Por lo que tampoco será obligatorio su activación al colocar la marcha atrás. Especialmente si tenemos en cuenta que existen algunos modelos híbridos que de serie mantienen un avisador sonoro para este uso. La regulación contempla que los clientes puedan escoger entre diferentes sonidos ofrecidos por los fabricantes.