Uno de los aspectos que más han evolucionado a lo largo de los años es la manera de ver cómo se ha instaurado la posibilidad de aumentar la potencia de nuestro patinete eléctrico de fábrica. Sí, es una idea que se ha visto rondando en la cabeza de más de un usuario, más teniendo en cuenta que no todos tienen una relación certera entre precio y potencia, por lo que buscan sucumbir a ellos y sacarles todavía más rendimiento. Ahora bien, ¿esto es legal?
No es nuevo ver cómo los diferentes tipos de usuarios andan en la búsqueda intensiva de trucar sus Vehículos de Movilidad Personal, en concreto, a sus patinetes eléctricos. Esta es una práctica que se ha visto en buena forma últimamente, más teniendo en cuenta que los hay con unas pretensiones muy altas… y que luego ven que no son todo lo que querían.
Una práctica recurrente
Es por ello que, bien para deslimitarlos, agregarles más accesorios, o simplemente aumentar la potencia de su patinete, estos intentan acudir a nuevas formas, herramientas y formatos para mejorarlos. Pero también es cierto que son muchos los que intentan jugar con la legalidad, puesto que, en la actualidad, las normas de circulación dicen que estos no pueden ir a más de 25 km/h.
Entonces, ¿qué sentido tiene hacerlo? ¿Cuál es el fin de ello? La respuesta sólo está en ellos, claramente. Aún así, esta es una habilidad cada vez más indagada, especialmente por los recién llegados. Sin embargo, también es verdad que el reglamento ha sido muy permisivo en los años anteriores, especialmente porque nunca había habido una incursión tan amplia de este tipo de vehículos en la sociedad como está ocurriendo hoy en día.
De todas formas, podemos decir que no es nada que no se haya hecho ya. De hecho, en diciembre de 2019, la Dirección General de Tráfico (DGT) emitió una instrucción transitoria que adelantaba la normativa que ha entrado en vigor el pasado 2 de enero de 2021. Una serie de reglas que ponía el ojo avizor en cada uno de los usuarios que intentaban eludir su reglamento. Asimismo, también es verdad que, hasta hace unos años, los fabricantes daban vía libre a estas prácticas.
En qué consiste
Ante el auge inusitado de los patinetes eléctricos como medio de transporte en los entornos urbanos, se hacía necesario regular su uso y funcionamiento a fin de preservar la seguridad de peatones, conductores de vehículos a motor y, como no, de los propios usuarios de los patinetes eléctricos.
Dicha normativa ya es una realidad. Aun así, la experiencia (y los datos) nos dicen que cada vez más la práctica de aumentar la potencia del patinete, pese a que, como todo, no es tan seguro arbitrariamente. En este sentido, esta pericia asaltada por algunos se ha hecho tan popular en internet que sus visitas se pueden contar por miles.
Como tal, esto consiste en variar el comportamiento de su motor de la mano de un software. De hecho, y por raro y extraño que parezca, marcas como la de Xiaomi ofrecen la posibilidad. Pero esto no es más que software, y detrás de él hay una amplia comunidad que se ha dedicado a modificar el firmware para que podamos conseguir aumentar unas prestaciones mayores del patinete solo con una aplicación.
En ello, se opta por meter mano al propio custom firmware. Esto es una versión no oficial nueva o modificada de firmware creada por terceros en dispositivos. La finalidad de ello es proporcionar nuevas funciones o desbloquear funciones ocultas. Por tanto, si lo que se busca es aumentar esa potencia sin sacrificar nuestro patinete, esta puede ser una de las vías accesibles. Y no, no es nada fácil. Porque instalar un tipo custom firmware, por ejemplo en un VPN de Xiaomi, puede suponer ciertos problemas en el funcionamiento del patinete, por lo que debemos saber que, si instalamos un custom firmware lo haremos bajo nuestra responsabilidad. Además, se puede llegar a correr el riesgo de inhabilitar el vehículo.
Qué dice el reglamento
La normativa y legislación actual de los patinetes eléctricos en España está siendo revisada y actualizada constantemente debido al Boom que han tenido éste tipo de vehículos eléctricos. Por regla general, deberemos circular por los carriles bici, con una velocidad moderada, para no perjudicar a los demás patinadores o ciclistas.
El problema es que hasta que la DGT no terminó dando esta instrucción, había ciudades en las que podían mandar al usuario a la acera o a la calzada, según les convenía. Y en lo relacionado a abrir estas nuevas funciones, más de lo mismo. Como tal, el reglamento actual, vigente desde enero de 2021, dice que «siempre y cuando el vehículo supere la velocidad permitida (25 km/h) dejará de ser un VPN para ser un vehículo a motor o ciclomotor»… pero no detalla en exceso si está permitido o no hacer porque nuestros patinetes se modifiquen y consigan tener una potencia superior.
Es cierto que hay todavía muchas lagunas existentes en el formato del reglamento actual. De hecho, ya está sobre la mesa una nueva normativa que se espera que esté en marcha en 2022 para paliar las posibles informaciones perdidas o desconocidas al respecto.
Posibles riesgos
Asimismo, también es verdad que no todo es tan fácil. Es decir; aunque la DGT o el organismo europeo no lo prohíba explícitamente (de ahí que los fabricantes aprovechen para meterles mano), es un procedimiento que no siempre tiene que salir bien. Es más; si decidimos dirigirnos a ello de una manera no profesional, corremos el riesgo de hacer porque nuestro patinete ya no cumpla con las características de uno como tal, y se quede a medias entre lo legal y lo no legal.
Pero, al mismo tiempo, y como ya han avisado algunas marcas y fabricantes de los mismos, ya no solo es que podamos arriesgarnos y peligrar su circulación, sino que, además, es posible que este termine por no funcionar como es debido o, incluso, que deje de hacerlo, directamente.
Es por esto que tenemos que tener mucha precaución a la hora de enfocarnos hasta este punto. En caso de decantarnos por esta opción, lo que hará es porque hagamos del patinete que haga aumentar su potencia, pero también otras especificaciones técnicas. Esto es agrandar el tamaño de las ruedas, adaptar un nuevo tipo de baterías (en casos muy extremos) … Estos son algunos de los posibles riesgos a los que nos podemos enfrentar.
Podría dejar de funcionar
Todo cambio o variación implica nuevos riesgos y peligros. Y en el caso de éste, mucho más. Porque sí; este método, de una manera o de otra, sigue siendo la misma: trucar el vehículo. Como hemos dicho, esto implica un cambio de firmware, la instalación de un firmware que permita modificar sus características a través de ciertas configuraciones.
Así, para aumentar su velocidad, potencia o aceleración, el patinete tiene que estar sujeto a una serie de técnicas que harán porque estemos instalando en él una configuración distinta. Este riesgo aumenta en los casos en los que la modificación del patinete se hace en casa por parte de una persona sin experiencia.
Daños del patinete
Al mismo tiempo, también es posible que el mismo no es que deje de funcionar al instante de añadirle una nueva configuración, pero como cualquier tipo de dispositivo moderno, puede reconocer otro sistema al que incorporaba de serie y algunas funciones dejen de estar operativas, como si fuese un smartphone o un ordenador.
O lo que es lo mismo; quizás no se quede inoperativo, pero es probable que sufra una serie de daños colaterales que impidan que su funcionamiento sea el correcto. Estos son posibles fallos de batería, de carga, autonomía, respuesta de aceleración, de frenado… un peligro que puede costar caro.
Pérdida de garantía
Obviamente, al realizar cualquier tipo de modificación en el mismo, el usuario tiene que conocer que perderá toda garantía que se obtuvo al comprarlo. De manera que el fabricante no se hará cargo de daño o avería, y por supuesto tampoco de ninguna reparación o recambio que puedas necesitar.
Así, y aunque se revierta el firmware y se dejes como estaba de fábrica, en cualquier servicio técnico verán las modificaciones dentro de los logs (registros) del patinete. Por tanto, si la garantía incluía, por ejemplo, 6 meses de garantía para la batería, pero se modifica para aumentar su velocidad y por cualquier motivo la batería deja de funcionar correctamente, el fabricante no estará obligado a cambiarla. O lo que es lo mismo; el dueño correrá con los gastos de la nueva batería, la mano de obra, el transporte…