Nuevo paso adelante en la evolución de los estándares WiFi. En los últimos años hemos visto una gran progresión y ahora conocemos que pronto podría mejorarse el rendimiento de las conexiones inalámbricas hasta alcanzar los 2 Gbps, algo impensable tiempo atrás y que serviría para igualar estas conexiones a la calidad de la conexión con cable.
Los estándares WiFi siguen su particular evolución al alto ritmo que hemos visto en los últimos meses. Gracias a las innovaciones introducidas es posible que la calidad de la señal dentro de, por ejemplo, el hogar o la oficina se vea mejorada hasta el punto de permitir una velocidad de transmisión de datos que pocos creían posible hace tiempo.
En mayo de 2010 nos hacíamos eco del nuevo formato creado por Wi-Fi Allience con la colaboración de Wireless Gigabit Alliance. Dicho estándar de transmisión inalámbrica que haría las conexiones sin cable hasta 10 veces más veloces. Un año más tarde conocíamos el estándar 802.11ac, una que mejoraría el rendimiento de las redes inalámbricas hasta velocidades de 1 Gbps, sobrepasando las capacidades de la versión 802.11n, la más extendida en la actualidad pero que aún no han sido explotadas al 100%.
Hasta 2 Gbps
El portal XatakaON se hace eco ahora de la creación de los primeros chips que utilizan este estándar. Diseñados por Quantenna, podrán ser instalados en routers, puntos de acceso e incluso en todo tipo de dispositivos como tabletas, lo que les permite una conectividad mejorada que podría llegar a los 2 Gbps. De este modo, estaríamos ante un gran paso para conseguir la transmisión de señales HD entre dispositivos permitiendo, por ejemplo, que una película en Alta Definición podría ser transmitida desde un reproductor u ordenador personal a una televisión de forma inalámbrica, sin necesidad del actual cable HDMI.
A falta aún de su comercialización, parece un serio paso adelante del sector. No en vano, en los últimos meses también hemos visto cómo cada vez es más frecuente eliminar de forma progresiva el uso de cables en todos los dispositivos y conexiones. La banda ancha móvil y su rápida evolución es un ejemplo de ello, ya que hoy en día permite gracias a tecnologías como el Long Term Evolution (LTE) la transmisión de señales a alta velocidad, lo que la sitúa como el camino a seguir en un futuro.