Nuevos testimonios que confirman el fraude en el cine español para conseguir las elevadas subvenciones concedidas por el Ministerio de Cultura. Un director ha desvelado los procedimientos de un gran número de productoras de nuestro país para conseguir estos beneficios.
De un tiempo a esta parte y de forma cíclica el tema de las subvenciones y la corrupción en el cine español se destapa como un problema que acaba por afectar al bolsillo de todos los ciudadanos, puesto que estas ayudas son de índole pública y somos todos quienes aportamos con nuestros impuestos a este tipo de partidas económicas. No han sido pocos los directores, guionistas o productores quienes han intentado tirar de la manta y explicar el fraude que existe en nuestro país con este tema, pero la situación continúa con total impunidad.
El pasado mes de junio era el director Hernán Migoya el encargado de explicar públicamente cómo se falsean datos en muchas películas de producción españolas para hacerse con las jugosas subvenciones. Tan sólo unos meses más tarde, el director de películas como «Alma sin dueño», Tinieblas González, ha querido salir a la luz pública para detallar estos procedimientos que, a priori, son denunciables.
Según leemos en elEconomista.es en declaraciones aparecidas en el diario Deia, González señala a «consagrados productores, grandes productoras y sus filiales» como autores de «artimañas» para lograr beneficios a través de estas subvenciones «con la connivencia del Ministerio de Cultura». Asimismo, implica a la SGAE en este proceso, entidad que también haría la vista gorda al respecto.
El asesor legal del director afirma que este falseamiento de datos para conseguir subvenciones públicos es conocido por todo aquel que esté ligado a la industria del cine en nuestro país. Sin embargo, «ningún director se ha atrevido a denunciarlo«, indica. El director, cuya última película, finalizada en 2009, no ha llegado ni siquiera a estrenarse en las salas, ha mostrado su intención de lanzarse al «acantilado de la industria del cine de este país para sacar a la luz las miserias del multimillonario negocio que se esconde detrás del séptimo arte».
«Para poder optar a las subvenciones que concede Cultura, las productoras han de cumplir varios requisitos, como el de tener la bovina terminada y sumar más de 20.000 euros en taquilla», detalla el asesor del cineasta. «Además, el director ha de firmar siempre la solicitud de subvención. Pero algunas lo que hacen tras concluir la película es comprar tíquets por valor de esa cifra, para que conste que se ha estrenado, pero nadie llega a ver la película en cuestión. Eso es lo que le ha pasado al señor González, que por supuesto no ha estampado su firma en ningún papel de este tipo», denuncia.
¿Hasta cuándo seguirá esta situación fraudulenta? ¿Qué tiene que suceder para que los responsables sean juzgados por estos hechos? ¿Sería el fin del cine subvencionado la solución a este problema?