España reclama menos regulación y más competencia y se opone a una CMT Europea

Según publica el diario «Cinco Días», la posición del Gobierno es clara. España está totalmente en contra de crear un regulador europeo en el sector de las telecomunicaciones, como desea la CE. Bruselas quiere que ese órgano disponga de potestad para vetar las decisiones de los organismos nacionales como la Comisión de Mercado de las Telecomunicaciones presidida por Reinaldo Rodríguez.
La propuesta oficial para crear una autoridad europea en el sector de las telecomunicaciones ni siquiera ha salido todavía del despacho de la comisaria europea de Sociedad de la Información, pero Viviane Reding, comisaria europea del sector ya cuenta con países que se oponen totalmente. Entre ellos figura España. «Si no existe un mercado único para qué queremos un regulador único», y Lo que hace falta, es menos regulación y más competencia». explican fuentes diplomáticas españolas.
El Gobierno quiere un «roaming» a 60 céntimos
La propuesta de la Comisión Europea para recortar drásticamente las tarifas del roaming internacional continúa alejándose poco a poco de su objetivo inicial. Alemania, país que preside este semestre la Unión Europea, ya ha elevado el precio máximo previsto en el borrador a 50 céntimos por minuto para las llamadas realizadas en el extranjero y 25 céntimos para las recibidas. Y la escalada puede continuar, porque países como España están defendiendo que las dos tarifas se eleven a 60 y 30 céntimos respectivamente.
Hace un año, Bruselas aspiraba a suprimir las tarifas por recibir llamadas y a igualar el resto de tarifas internacionales al roaming nacional. Cuando el proyecto se plasmó en el papel, la primera idea había desaparecido y la segunda se transformó en un recargo del 30% sobre las tarifas mayoristas.
¿Quién controla el negocio de Skype?
La evolución del sector de las telecomunicaciones ha dejado obsoleto, según la Comisión Europea, el actual sistema de vigilancia de los mercados. Las autoridades nacionales, lamenta Bruselas, se reúnen en un foro conocido como European Regulators Group (ERG) que rara vez logra consensuar alguna medida ambiciosa. «Y cuando lo hacen, no tiene fuerza legal», se desesperan en el departamento de Viviane Reding, comisaria europea de Sociedad de la Información.