Hemos hablado en multitud de ocasiones de nuevas tecnologías para baterías que actualmente se están investigando. Este sector es muy lucrativo, porque si alguien consigue crear baterías que sean más seguras, duraderas o baratas, seguro que se va a hacer de oro. Más allá de las baterías con grafeno o las baterías de estado sólido, una empresa de Massachusetts ya comercializa baterías de litio-metal.
SolidEnergy: pionera en crear baterías de litio-metal
Esta startup del MIT, llamada SolidEnergy Systems, afirma ser la primera compañía en comercializar baterías de litio-metal. Estas baterías, en lugar de contar con un ánodo de grafito, utiliza una fina capa de litio-metal.
La primera aplicación de estas baterías ha sido en drones, las cuales afirman que pueden almacenar el doble de energía que una batería de ion de litio tradicional que se usan en todo tipo de dispositivos (como móviles o los propios drones). Esto no sólo implica que una batería del mismo tamaño y volumen tenga el doble de capacidad, sino que se puede avanzar en la miniaturización de otros dispositivos gracias a poder hacer baterías de la mitad de tamaño, pero manteniendo la misma capacidad.
Si se decide mantener el tamaño de la batería, se puede conseguir que los drones puedan hacer tareas que requieran más energía, como tener una mayor aceleración, o aumentar el área que se puede volar al poder tener las antenas más energía. Según el fundador de la empresa, Qichao Hu, el radio de distancia se duplica y se cuadruplica el área sobrevolable.
La compañía está ofreciendo actualmente estas baterías a fabricantes de drones especializados en ofrecer Internet en zonas rurales de difícil acceso. Su coste de fabricación todavía es elevado, debido a que las unidades que pueden fabricar de momento son muy escasas.
Primero drones, y en el futuro quieren llegar a los coches, pasando por smartwatches y móviles
Esto no parece importar a los fabricantes de drones, que al parecer están pagando estos altos precios a cambio de poder disponer de esta última tecnología, dado que la rentabilizan. La compañía actualmente fabrica todas sus baterías en Woburn, Massachusetts, pero para el futuro esperan poder aumentar la producción de las baterías (muy probablemente abriendo fábricas en China).
La compañía se hizo el pasado mes de enero con 34 millones de dólares de financiación, y detrás de ella hay empresas como General Motors apoyándola. Desde su creación en 2012 han conseguido 50 millones de dólares, y actualmente trabajan también en mejorar la tecnología. Las baterías actuales son lo “suficientemente buenas” como para venderlas, pero todavía no son perfectas.
De cara al futuro, la compañía quiere expandirse una vez el volumen de fabricación se lo permita, y llegar a más dispositivos como smartwatches, wearables, móviles y finalmente coches. La batería para wearables estará disponible en 2019, y la de los coches llegará en 2020 o 2021, justo cuando llegarán al mercado las primeras de estado sólido.